Después de aprobar una Ley de Vivienda que permite regular los precios del alquiler y de prometer la construcción de 184.000 viviendas sociales, el gobierno de Pedro Sánchez anunció este jueves que el Gobierno invertirá 1.300 millones de euros por fabricar 15.000 viviendas industrializadas cada año. ¿Pero qué son estas viviendas, de qué se hacen, cuánto cuestan y qué ventajas tienen en comparación con la vivienda de obra?

Aunque de repente con el anuncio de Sánchez suene a idea innovadora, la vivienda industrializada existe desde finales del siglo XVIII, cuando se empezaron a hacer construcciones de madera que se podían montar, desmontar y llevar a otro lugar, como de hecho pasó con la iglesia de Santa Maria de Xicago. Algunas colonias británicas en Australia y África se fabricaron con estructura de madera cerrada con chapa y años después el vidrio y el acero empezaron a ganar protagonismo en construcciones prefabricadas como el Palau de Cristal de Londres, primer gran edificio prefabricado industrialmente.

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Obra de vivienda prefabricada / cedida por Mas House

Después de la Segunda Guerra Mundial, muchos países europeos y sobre todo los Estados Unidos necesitaron construir casas a un ritmo elevado por los veteranos que volvían de la guerra. Las casas prefabricadas fueron una alternativa rápida, que después se desarrollaría cada vez más tecnológicamente.

La esencia de la fabricación industrial de vivienda es utilizar las dinámicas industriales para la construcción, es decir, montar procedimientos eficientes y metódicos, con una aportación óptima de la tecnología, que permitan construir más rápidamente una vivienda. El hecho de utilizar técnicas en seco y la especialización en cada paso del proceso facilita la velocidad. En las fábricas se pueden construir o bien los muros, o bien los módulos o incluso la vivienda entera.

En la mitad de tiempo

Miguel Gascón, director general de Mas House, empresa de Barcelona, explica que pueden fabricar casas en la mitad de tiempo que la construcción habitual y que se puede llegar a ahorros del 40%. "Los procesos se alargan por cuestiones administrativas", explica, ya que una vez está el terreno delimitado, los municipios tienen que dar unas pautas de cómo y exactamente dónde se puede construir. "Algunos municipios no tienen arquitecto, hay uno por toda la comarca, y eso hace que puede tardar mucho en aprobarse el permiso de obra", dice Gascón. Una vez construida una casa prefabricada, "a primera vista a una persona que no sabe no la puede distinguir de una de obra", completa.

Su empresa fabrica y vende 30 casas cada año en Catalunya con una facturación de unos 7 millones y medio de euros, pero pronto abrirá a València y tiene la intención de vender 150 viviendas más al año en España repartidos entre 50 en València, 50 en Sevilla y 50 en Madrid. Podrá casi cuadruplicar la facturación, pero son planes que ya tenía mucho antes de conocer la promesa de Sánchez, de la que recela, y que de hecho tendrá su centro operativo en Valencia. "Hará falta ver a quién van estas ayudas y si las empresas tienen capacidad para construir todo eso. También falta mano de obra para hacerlo", dice.

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Casa prefabricada de Mas House

En la misma web de la empresa, como sucede en otras, se puede pedir al momento un presupuesto para una vivienda. El coste es de 1.200 euros por metro cuadrado, de forma que una vivienda de 100 metros cuadrados cuesta 120.000 euros. En Barcelona, el precio medio de una vivienda es de 4.000 euros por metro cuadrado, casi cuatro veces más, pero en caso de las prefabricadas se tiene que añadir el precio de finca.

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Después, hay que añadir el precio del arquitecto, que puede rondar los 20.000 euros, y más tarde lo que cueste el terreno, si es que se tiene que comprar, que depende mucho de la zona. En Pallejà, pone como ejemplo, un terreno de 500 metros cuadrados puede costar unos 80.000 euros, por|para lo cual, sumándolo todo, el coste sería de unos 200.000 euros por una casa lo bastante grande, cosa que podría suponer un ahorro de en torno al 30% en comparación con otras casas de obra nueva.

En la web del despacho de arquitectura Ecosystem House, se puede obtener un presupuesto de una casa de 100 metros cuadrados con parking por unos 238.000 euros de acero o de madera, y la misma aplicación hace el cálculo en obra tradicional, que sube a 258.700, mismo coste que tendría en hormigón prefabricado o acero reforzado.

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Casas prefabricadas de bajo coste en Swannanoa, zona afectada por el huracán Helene en el estado de Carolina del Norte, en los Estados Unidos.

Sánchez dijo a su anuncio que la vivienda industrializada representa menos del 5% del total de viviendas que se construyen en España. Si se finalizaron 82.000 viviendas el año 2024, estaríamos hablando de unas 4.100 viviendas industrializadas. Pero el último estudio del sector de Alimarket cifró en un 2% la edificación prefabricada, con un total de 1.585 el año 2023. Llegar a 15.000 viviendas industrializadas cada año en España supondría multiplicar casi por 10 esta cifra, un incremento que será simultáneo en lo que tiene que vivir la construcción de alquiler protegido, por lo cual una parte se podría hacer de manera industrial, que permite también construir bloques.

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Existe una amplia diversidad de construcción industrializada. En el caso de Mas House, utilizan el framing con acero galvanizado, que permite construir rápidamente y en seco a partir de perfiles de acero que se piden a los proveedores (en su caso Perfilas Madrid) y que una vez llegan al terreno se montan como estructura central, que después estará revestida de varias capas donde ya sí que spot utilizar hormigón armado, membranas aislantes, chapas y otros aislantes térmicos. Se hace sobre una base también de hormigón o cemento. Se trata de un proceso sostenible que reduce el uso de combustibles fósiles en la construcción y permite una elevada eficiencia energética gracias al buen aislamiento térmico.

Aunque la construcción industrializada se asocia mucho a nuestro imaginario en las casas de madera y en el metal, existe también la construcción industrializada con hormigón armado, que se monta con bloques de hormigón previamente fabricados. La construcción industrializada se clasifica, en más de por materiales, por el tipo de elementos que se utilizan. Hay unidimensionales, cuando lo que se monta sobre el terreno son los perfiles. La técnica bidimensional es cuando las piezas que llegan a la obra tienen ya dos dimensiones y pueden llegar a tener incluso los conductos de agua y de calefacción por dentro. Los módulos 3D industrializados son aquellos que llegan ya totalmente montados al terreno, es decir, con tierra, pared y techo como un módulo hecho en fábrica.

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Entre las empresas más conocidas que se dedican a la vivienda industrializada en España está Aedas Homes, que factura 1.000 millones y dedica una pequeña parte del negocio a la fabricación industrial de vivienda. La empresa se alió con la catalana Arquima para hacer vivienda prefabricada. Ecosystem House, Hormipresa, con una facturación de 50 millones anual, son otros referentes catalanes. "Todo son empresas pequeñas", dice Gascón, de Mas House, que detecta un interés creciente por estas construcciones, pero duda de que el sector pueda adaptarse al crecimiento anunciado por Sánchez.