Después de once años sin cambios en los tipos de interés de la eurozona, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo decidió comenzar a subir los tipos de interés en julio de 2022 y desde entonces no han dejado de subir. Con ello, la entidad que dirige Christine Lagarde abrió una nueva etapa marcada subidas permanentes en el interés del dinero tras muchos años al 0%. En septiembre de 2022 el BCE acordó la mayor de su historia al incrementarlos de golpe en 75 puntos básicos. En marzo de 2023 ya se situaron en el 3,5%.

El motivo por el que el BCE sube los tipos de interés es cumplir con su mandato de mantener los precios estables. Esto es, mantener la inflación de la eurozona en el nivel que se considera razonable, que es en torno al 2%. Cuando los precios aumentan con demasiada rapidez, que es lo que está sucediendo en toda la eurozona desde mediados de 2021, el BCE sube los tipos de interés para intentar que la inflación vuelva a situarse en el objetivo del 2% a medio plazo.

La inflación perjudica a los ciudadanos y las empresas porque reduce su poder adquisitivo y encarece el coste de la financiación. Lo sufren especialmente quienes están endeudados porque tienen que pagar más intereses. Ello dificulta la vida de los ciudadanos y las empresas y existe preocupación sobre cuánto puede durar esta espiral inflacionista, especialmente acusada en el coste de los alimentos.

Esas expectativas de inflación son las que determinan las decisiones del Banco Central Europeo sobre los tipos de interés. Cuando los sube trata de transmitir el mensaje de que no permitirá que la inflación permanezca por encima del 2%.

El precio del dinero

Los tipos de interés son el coste de un préstamo, lo que se conoce como el precio del dinero. Cuando se pide un préstamo a un banco, se acuerda un tipo de interés que normalmente es anual. Por ejemplo, para un préstamo de 10.000 euros a un tipo anual del 3%, además de devolver el importe del préstamo habría que pagar al banco 300 euros al año por el interés del préstamo. Por lo tanto, el tipo de interés es lo que el banco cobra por prestar dinero.

Pero el tipo de interés también influye en el otro sentido: en el dinero que el banco paga por los ahorros de los depositantes. Es decir, cuando son las familias o las empresas las que prestan su dinero al banco, normalmente sus ahorros. Por ejemplo, si depositan 1.000 euros en tu cuenta de ahorro a un tipo anual del 2%, el interés que recibirán por ese dinero al final del año serán 20 euros.

¿Por qué varían los tipos de interés?

Como norma, los tipos de interés que los bancos ofrecen a los particulares y a las empresas por sus ahorros varían en paralelo a los tipos oficiales que fija el BCE, pero no siempre es así y también hay otros factores que influyen. En una economía de libre mercado como la de la zona Euro, la demanda y la oferta de crédito también influye en los tipos de interés. Es decir, depende de cuánto dinero quieren invertir las empresas y los ciudadanos, así como de la cantidad de crédito disponible.

El funcionamiento del dinero es similar al de otros productos o servicios y está sometido a la oferta y la demanda. Si muchas personas quieren comprar leche o huevos y la oferta no cubre la demanda, el precio sube. Lo mismo pasa con los tipos de interés: cuando las empresas y los particulares gastan o invierten pero no hay fácil acceso al crédito porque hay menos oferta, los tipos de interés tienden a subir. Esto es, el coste de los préstamos aumenta. En sentido contrario, si en lugar de gastar e invertir los ciudadanos depositan gran parte de sus ahorros en el banco, los tipos de interés tienden a ser bajos porque hay mucho dinero en la economía y los bancos tienen cubiertas sus necesidades de liquidez.

El BCE influye, pero no determina el coste de los créditos

El BCE es el banco central del euro al que los estados miembro cedieron su soberanía para actuar sobre la política monetaria. El BCE no fija los intereses que se paga por los préstamos o el rendimiento que se recibe por los ahorros, pero sí influye en ellos. ¿Cómo? Al fijar los tipos de interés oficiales de la eurozona, lo que se conoce como política monetaria, el BCE lo que hace es determinar el interés que les cobra a los bancos por los préstamos que le piden y por el dinero electrónico que depositan a un día en el BCE.

Los cambios del BCE en los tipos de interés oficiales se reflejan en mayor o menor medida en toda la economía, incluidos los préstamos bancarios, los préstamos de mercado, los préstamos hipotecarios, los tipos de interés de los depósitos bancarios y otros instrumentos de inversión. El Consejo de Gobierno decide sobre los tipos de interés oficiales aproximadamente cada seis semanas, pero durante años han estado al 0% porque la inflación estaba controlada.

¿Cómo influyen los tipos de interés en la inflación?

Si la inflación es muy alta porque la demanda de bienes y servicios supera a la oferta, el BCE puede subir los tipos de interés para que el coste de los créditos sea más caro. La teoría dice que la consecuencia de ello es que la demanda se reducirá, lo que también se conoce como enfriar la economía, y como consecuencia las expectativas de inflación se moderarán y la inflación se reducirá.

Por el contrario, si la inflación es demasiado baja, como ha sido el caso durante mucho tiempo, el BCE puede rebajar los tipos de interés y provocar que el precio del crédito disminuya para estimular la inversión y la demanda. Es decir, que el dinero sea muy barato.

La Guerra de Ucrania dispara la inflación

Desde la invasión de Ucrania por parte de Rusia en marzo de 2022, la inflación se ha disparado en toda la eurozona por encima del nivel razonable del 2%. Para el BCE es demasiado alta, pero la economía se está desacelerando. Los precios han subido mucho por la guerra, sobre todo los de la energía y los alimentos.

Las subidas de los tipos de interés no pueden resolver por sí solos el problema porque no sirven para reducir el precio de las importaciones de energía o para llenar las estanterías de los supermercados, pero unos tipos de interés más altos contribuyen a mantener las expectativas de inflación bajo control.

Si los ciudadanos y las empresas piensan que la elevada inflación es un fenómeno duradero, los trabajadores pedirán subidas salariales y los empresarios, como consecuencia, aumentarán los precios de sus productos o servicios. Esto es lo que generalmente se denomina espiral de precios y salarios.

Para evitar una espiral de este tipo, lo que hace el BCE es seguir subiendo los tipos de interés para que el crédito sea más caro y la remuneración del ahorro suba. El objetivo del BCE es actuar sobre las expectativas y asegurar que las empresas, los trabajadores y los inversores confíen en que la inflación disminuirá y se situará en el 2% a medio plazo para evitar esa espiral.