Ser joven en Catalunya implica tener unos salarios muy por debajo del resto de la población y tardar en emanciparte más que en la mayoría de Europa. Solo un 17% de los jóvenes de entre 18 y 29 años se habían emancipado en Catalunya en el año 2021, según un extenso informe publicado por Comisiones Obreras (CC.OO) bajo el título Jóvenes y emancipación en Catalunya y Europa. O sea, que un 83% de los menores de 30 viven con sus padres en una generación marcada por la temporalidad, el paro y los bajos salarios. El estudio se ha elaborado con los últimos datos anuales disponibles, del año 2021. Aunque el año pasado tendía a mejorar (la tasa llegaba al 18,9% al tercer trimestre), todavía no está la media anual del último año y, en cualquier caso, está por debajo de las cifras de los últimos 22 años, los analizados por el informe del sindicato.

En el año 2000, la tasa de emancipación era del 20,2% y en su mejor momento, en el año 2007, era del 32,6%. Paralelamente, el estudio muestra la evolución del paro juvenil desde el año 2006. Los aumentos del paro juvenil coincidían con menores tasas de emancipación, con un 50,4% de jóvenes desocupados el año 2012 y solo un 28,6% de emancipados. Pero la disminución del paro (un 28,9% el año 2021) no ha coincidido con una mayor emancipación.

 

En comparación con el resto de países de la Unión Europea, España es el séptimo en edad media de emancipación, con 29,8 años, por detrás de Portugal, Croacia, Eslovaquia, Grecia, Bulgaria e Italia. Pero más allá de la baja tasa de emancipación y de su retraso, Irene Galí, socióloga y autora del informe, alerta de que "no hay datos sobre la calidad de esta emancipación". ¿"A cuántos el alquiler se lo pagan los padres para estudiar? ¿Cuántos han vuelto a casa después de emanciparse? ¿Cuántos viven en el hogar de un familiar? ¿Cuántos comparten piso con relaciones que no son buenas? ¿En qué condiciones están estos pisos"?, se pregunta.

El elevado precio del alquiler en España y en Catalunya, combinado con los bajos salarios y el elevado paro de los jóvenes, forman una fórmula perfecta para la precariedad. En pocos lugares se ve tan claro como en Barcelona, dónde según apunta el estudio a los jóvenes menores de 25 tendrían que dedicar un 84,3% de su sueldo para pagar el precio de un alquiler. En Catalunya, el porcentaje cae a un 65,8% y entre los jóvenes de entre 25 y 34 años el esfuerzo representaría un 40% en Catalunya y un 52% en Barcelona. En todos los casos, cifras muy por encima de la recomendación aceptada de dedicar un tercio del sueldo.

Estas cifras, en cualquier caso muestran "una situación incluso mejor que la real", apunta a Galí. Y se explica: "No todos los jóvenes tienen trabajo. Y tener trabajo no quiere decir que sea estable o que cada mes cobres lo mismo". La media salarial de los jóvenes menores de 25 es de 13.393 euros, más alta en los hombres (14.484 euros) que en las mujeres (12.023) Catalunya, según datos de CCOO a partir de Encuesta Anual de Estructura Salarial. Cifras prácticamente idénticas a las de 2008 a pesar de la inflación acumulada desde entonces.

Las cifras son peores si miramos la Agencia Tributaria, que con datos de 2019 muestra un salario anual de 8.517 euros de término medio. Eso es porque las encuestas del INE se pueden responder refiriéndose a trabajos que pueden no durar todo el año. Se trata de ingresos que están por debajo del umbral de la pobreza. Es decir, un joven español es, por término medio, pobre por mucho que tenga trabajo.

Hoy día, el salario de los jóvenes es un 57,7% del salario medio, casi diez puntos por debajo de lo que representaba el año 2008, o sea que la brecha salarial de edad se ha incrementado de manera significativa. Una situación que lleva a España a ser el tercer país con la tasa de pobreza laboral juvenil más elevada (13,1%) solo por detrás de Rumania y de Italia.

Trabajos a tiempo parcial y contratos temporales han condenado a los jóvenes a ingresos muy bajos, tal y como muestra el informe. Si la temporalidad total en España era de un 20,5% el año 2021, la juvenil estaba por encima del 62%. Con respecto a la parcialidad, es de un 10,5% en los mayores de 29 años y de un 27,2% entre los jóvenes de entre 16 y 29 años.

Toda esta situación se da a pesar de que los jóvenes españoles están más formados que nunca en el estado español. De hecho, España se encuentra entre los países con más sobrecualificación juvenil, con un 35,3% de los jóvenes con formación universitaria ocupante puestos de trabajo que no requieren este tipo de formación, solo por detrás de Chipre y Grecia.

Entre las clasificaciones negativas que lidera España con respecto a la precariedad de los jóvenes, destaca otra sobre el miedo a perder el trabajo. Se remite a datos del 2015, último estudio de Eurostat disponible sobre la materia, pero mostraba que un 44,5% de los jóvenes españoles tenían miedo a perder su trabajo, diez puntos por encima del segundo, que era Portugal.