El ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, confía en que los ingresos conseguidos a través del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) que irán destinados a engordar el Fondo de Reserva de las pensiones, la llamada hucha, acumulará unos 120.000 millones de euros, que se irán desembolsando entre principios de la década de 2030 y hasta los primeros años de 2050 para que el sistema afronte las tensiones financieras derivadas de las jubilaciones de los 'baby boomers'. El Consejo de Ministros, reunido con carácter extraordinario, ha aprobado este jueves la segunda fase de la reforma de las pensiones, que contempla subidas de bases máximas y de cotizaciones, mejoras en las pensiones mínimas y el establecimiento de un modelo dual para calcular la pensión, que dará opción a elegir entre los últimos 25 años cotizados o 29 años, descartando en este caso los dos peores. La reforma, acordada con CCOO y UGT y rechazada por CEOE, se ha aprobado como Real Decreto-ley, aunque el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, se ha abierto a tramitarla como proyecto de ley en el Congreso para que los diferentes grupos parlamentarios puedan negociar la introducción de enmiendas.
Esta segunda pata de la reforma de pensiones, que ha sido negociada con Bruselas, consiguió el aval de Unidas Podemos después de que Escrivá retirase una de las medidas más polémicas: la ampliación del cómputo del cálculo de la pensión de 25 años a 30 con la posibilidad de quitar los dos años con menores bases de cotización. La aprobación del segundo paquete debería haberse aprobado antes del 31 de diciembre, pues está vinculado al cuarto desembolso de fondos europeos correspondiente al segundo semestre del año pasado. Se completa así el paquete total de cambios en el sistema de la Seguridad Social adoptados en esta legislatura y recogidos en el Plan de Recuperación.
La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha asegurado que el Gobierno está "muy satisfecho" con esta reforma, en tanto que el ministro Escrivá ha subrayado que esta norma "culmina la modernización" del sistema de pensiones y supone un "reforzamiento extraordinario" del primer pilar del Estado de Bienestar. "Son 11 millones de personas que son pensionistas en este momento y a los que estamos trasladando un mensaje extraordinariamente potente de que sus pensiones no solamente están garantizadas, sino que, con un marco extraordinariamente robusto de sostenibilidad, lo van a estar de forma indefinida", ha resaltado Escrivá.
La nueva reforma de las pensiones supondrá un incremento de casi 20.000 euros en la futura jubilación de los trabajadores de 25 años y de casi 5.000 euros en empleados que se jubilen en 2027, según las proyecciones del Ministerio. El Departamento que dirige Escrivá estima que la reforma implicará un "sustancial" aumento de la pensión, en buena medida por la progresiva subida de la sobrecotización que establece el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que pasará del 0,6% al 1,2% en 2029.
Frente a las advertencias de la CEOE, Escrivá ha negado que esta reforma vaya a poner en riesgo "en ningún caso la extraordinaria" evolución del empleo, con casi un millón de empleos más que en prepandemia y un primer trimestre del año que presentará cifras récord, con en torno a 250.000 empleos más. Éstas son algunas de las principales medidas que recoge la segunda pata de la reforma de pensiones, según el resumen de Europa Press.
Modelo dual para determinar la cuantía de la pensión Podrá calcularse o con los últimos 25 años cotizados o con 29 años de cotización, de los que se podrán excluir los dos peores, por lo que en la práctica el cómputo en este segundo caso será de 27 años. Esta nueva opción se irá introduciendo de manera progresiva, desde 2027 a 2038, año en el que ya quedarán completamente desplegados los 29 años (menos dos). Hasta 2040 podrá elegirse entre esta opción y los últimos 25 años, mientras que entre 2041 y 2043 la opción de 25 años irá subiendo a razón de seis meses por año, desde 25,5 años en 2040 a 26,5 años en 2043, pudiendo elegirse entre este periodo o los 29 años (menos los dos peores). A partir de 2044 ya no se podrá elegir y la pensión se calculará con 27 años efectivos de cotización (29 años menos los dos peores). De oficio, mientras existan las dos alternativas, la Seguridad Social siempre aplicará la más ventajosa para el trabajador.
Cuota de solidaridad. Se establece una cotización para la parte del salario que no cotiza por superar la base máxima de cotización. Ésta será del 1% en 2025 e irá aumentando a un ritmo de 0,25 puntos por año hasta llegar al 6% en 2045 (5% a cargo de la empresa y 1% a cargo del trabajador).
Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). La actual sobrecotización del MEI, del 0,6%, subirá hasta el 1,2% en 2029, a un ritmo de una décima por año y con la siguiente distribución: 1% a cargo de la empresa y 0,2% a cargo del trabajador. Esta sobrecuota se mantendrá en el 1,2% de 2030 a 2050 y podrá aumentar de manera automática si el gasto en pensiones sobrepasa el 15% del PIB.
Bases máximas. Subirán anualmente con el IPC a lo que se sumará un cuantía fija de 1,2 puntos entre 2024 y 2050. Esto implicará un aumento acumulado del 38% hasta 2050. El Gobierno evaluará cada cinco años en el marco del diálogo social la subida de las bases máximas de cotización y remitirá un informe a la Comisión del Pacto de Toledo.
Pensión máxima. Se revalorizarán con el IPC anual más un incremento adicional de 0,115 puntos porcentuales acumulativos cada año hasta 2050, lo que supondrá un alza aproximada del 3%. Se pretende con ellos, compensar en parte el incremento de la cotización que va a suponer el destope de las bases máxima. A partir de 2051 y hasta 2065 se producirán incrementos adicionales para que al final del periodo, en 2065, la pensión máxima haya subido de manera acumulada un 20%, la mitad del aumento de las bases máximas y a un mayor plazo temporal. A partir de ese año se valorará la conveniencia de alcanzar un incremento total del 30%.
Subida de las pensiones mínimas contributivas. Se establece una senda de convergencia de las pensiones mínimas contributivas para asegurar que, desde 2027, no sean inferiores al umbral de la pobreza calculado para un hogar compuesto por dos adultos. Así, tomando como referencia la evolución de la pensión mínima con cónyuge a cargo, irán subiendo entre 2024 y 2027 de manera progresiva, por encima de la revalorización media de las pensiones, por tanto, por encima del IPC. El objetivo es que la pensión mínima de jubilación contributiva con cónyuge a cargo alcance al menos en 2027 los 16.500 euros anuales (1.178,5 euros al mes por catorce pagas), un 22% más que ahora.
Mejora de las pensiones no contributivas. Crecerán también por encima de la revalorización media de las pensiones, hasta converger en 2027 con el 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar unipersonal.
Cobertura de lagunas y brecha de género. Se mejora para las mujeres y el complemento de la brecha subirá un 10% adicional a su revalorización anual en el bienio 2024-2025.
Fiscalización de la AIReF. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) revisará la reforma a fin de que el gasto en pensiones no supere el 15% del PIB. Para ello, publicará y enviará al Gobierno, desde marzo de 2025 y cada tres años, un informe de análisis sobre cómo van evolucionando los ingresos. En caso de que detecte un exceso del gasto en pensiones, se propondrá al Pacto de Toledo medidas para eliminarlo vía aumento de las cotizaciones u otra fórmula alternativa que eleve los ingresos o reduzca el gasto en pensiones o una combinación de ambas. En todo caso, se prevé que, si estas medidas se retrasan en el tiempo, la cotización del MEI aumente para compensar dos décimas partes del exceso estimado por la AIReF a partir del 1 de enero del año siguiente y otras dos décimas partes en cada uno de los años siguientes hasta que se adopten nuevas medidas del mismo impacto o el exceso de gasto sea corregido.