El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, ha lanzado un claro mensaje a los mercados, en su discurso en la conferencia económica de Jackson Hole (Wyoming): la política económica del banco central estadunidense seguirá siendo restrictiva y el regulador seguirá subiendo los tipos de interés hasta que se logre dominar la inflación, especialmente la subyacente. "Aunque la inflación ha bajado desde su pico, algo bienvenido, sigue siendo demasiado alta", ha afirmado Powell en su discurso de apertura del encuentro anual que organiza la Reserva Federal de Kansas City.
Según Powell, la señal para dejar de incrementar el precio del dinero sería que la inflación de los EE.UU. bajara de manera sostenible, algo que aún no ha sucedido, pese a que la evolución en los meses de junio y julio con leves disminuciones mensuales de inflación subyacente. Powell ha subrayado que "dos meses de datos buenos" son únicamente el comienzo de lo que se necesitará para generar confianza en que la inflación está bajando de manera sostenible hacia la meta del deseado 2%. De tal modo, para Powell, aún no es posible saber hasta qué punto continuarán estas lecturas más bajas o dónde se estabilizará la inflación subyacente en los próximos trimestres.
La Reserva Federal decidió continuar con las subidas del precio del dinero el pasado julio, aumentando las tasas en 0,25 puntos porcentuales, hasta una horquilla de entre el 5,25% y el 5,5%, el nivel más alto de las últimas dos décadas. El objetivo es controlar la inflación que en julio fue del 3,2%, ligeramente por encima del registrado en junio, pero muy por debajo del máximo de 9,1% alcanzado hace solo un año. En los mercados norteamericanos la inflación subyacente sigue a la baja. Ello, en un contexto de paro enquistado, la tasa de desempleo se mantiene en un sólido 3,5% y la creación de nuevo empleo parece haberse estabilizado.
Pese a la severidad de su discurso, el presidente de la máxima autoridad monetaria suavizó sus palabras al asegurar que en función de como evolucionen todos los indicadores económicos en las próximas semanas y meses, se evaluarán las perspectivas y los riesgos. "Basándonos en esta evaluación, procederemos con cautela a la hora de decidir si ajustamos aún más la política monetaria o, en cambio, mantenemos la tasa", manifestó. El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed, el órgano que fija la política monetaria estadounidense, tiene previsto volver a reunirse los días 19 y 20 de septiembre.
En opinión de Powell, la incertidumbre actual complica la labor del banco central a la hora de equilibrar riesgos y subraya la necesidad de una formulación de políticas ágil, ya que hacer demasiado poco permitiría arraigar una inflación demasiado elevada que exigiera una actuación de la política monetaria con un alto coste para el empleo, mientras que hacer demasiado también podría causar daños innecesarios a la economía. "Procederemos con cautela a la hora de decidir si ajustamos aún más la política monetaria o si la mantenemos constante y aguardamos más datos", ha subrayado Powell, quien se ha comprometido a seguir actuando así "hasta que el trabajo esté terminado".
Entre los primeros efectos colaterales de las palabras pronunciadas por Powell, que los mercados financieros internacionales ya esperaban, se ha registrado este viernes una caída del euro por debajo de la barrera de los 1,08 dólares. La divisa europea ha cotizado a 1,0766 dólares, frente a los 1,0842 dólares en las últimas horas.
En Europa, del Banco Central Europeo (BCE) también se espera que siga con la política alcista, ya que los tipos oficiales han alcanzado el 4,25%, lejos del 5,25% en que se encuentran al otro lado del Atlántico. El riesgo en Europa es más alto, puesto que la inflación de la zona euro, aunque se ha moderado, sigue en el 5,3%; y la subyacente, que es la que más le importa, en el 5,5%. A distancia de la necesaria tasa del 2% que quiere la autoridad monetaria. Los mercados seguirán atentos este viernes de la reunión de Jackson Hole, en la que también tiene previsto intervenir la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde. Las perspectivas son que se sume a los criterios de Powell y abogue por conocer los macro indicadores económicos para decidir sobre los tipos de interés, en lo que queda de año; algo que ya anunció en la última reunión del BCE, en julio pasado.