La revalorización del euro frente a otras divisas por las fuertes subidas de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) está lastrando las exportaciones españolas en aquellos países que no comparten el euro, según el índice de tendencia de competitividad (ITC) elaborado por la Secretaria de Estado de Comercio. Así, según el reciente informe del tercer trimestre, la competitividad de las exportaciones españolas ha empeorado entre julio y septiembre, especialmente por el tipo de cambio del euro, pero también por la inflación que en España ha empezado a repuntar en los últimos meses, mientras que ha descendido en otros países.

Raúl Mínguez, director de estudios del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, señala a ON ECONOMIA el diferente comportamiento de las exportaciones españolas dependiendo de su destino geográfico. En el caso de la zona euro, “hay una cierta estabilidad, pues el tipo de cambio, al compartir el euro, tiene un efecto neutro y, respecto a los precios, se está produciendo una evolución ligeramente al alza”, lo que supone una caída de la competitividad, aunque de unas pocas décimas, según puntualiza Mínguez. Aunque, remarca, que las exportaciones españolas hacia los países comunitarios siguen ganando competitividad respecto al año pasado.

El problema surge en los países de fuera de la Unión Europea, tanto la OCDE como los BRiCS (países en vías de desarrollo, pero con un gran potencial económico), donde la inflación no ha afectado mucho, pero sí la revalorización del euro frente a otras monedas, marcando un tipo de cambio más fuerte. Sin embargo, remarca el buen comportamiento de las ventas españolas en los mercados internacionales, pues de enero a septiembre, las exportaciones han crecido un 0,3%, mientras que las importaciones han descendido un 6,7%.

 

Sin embargo, en la zona euro las exportaciones han caído un 1,9%, aunque las importaciones descienden en mayor medida que en España, un 7,7%; y respecto al conjunto de la UE, las exportaciones bajan un 1,1% en los tres primeros trimestres del año y las importaciones, un 7,2%. Y todo ello, en el marco de un comercio mundial en retroceso. Según los datos que maneja el gabinete de coyuntura del Concejo de Cámaras, las exportaciones tendrán este año una aportación ligera al crecimiento del PIB, de algunas décimas.

 

Tipo de cambio

En el caso de los cerca de 40 países más ricos agrupados en la OCDE, excluyendo los 20 que tienen el euro como la moneda oficial, la competitividad de las exportaciones españolas contabilizada exclusivamente por el tipo de cambio de la divisa se ha agravado un 6,5% respecto al tercer trimestre de 2022, cuando en el segundo trimestre la caída de competitividad por tipo de cambio empeoró en menor grado, el 3,6% en términos anuales. Esta degradación de la competitividad de España en los mercados internacionales viene agrandándose en los últimos doce meses, pues la tasa de variación anual fue del 0,6% en el primer trimestre del año y de un -0,7% en el cuarto de 2022. Conviene aclarar que en el índice de competitividad, cuando la variación es negativa, implica que ha mejorado, mientras que si la tasa es positiva, denota que las cosas han ido a peor.

IPC

Sin embargo, la competitividad de las exportaciones, no solo de España, sino en cualquier país, viene determinada, además de por el tipo de cambio de la moneda nacional, por la inflación que sufre cada país. España ha sido uno de los estados donde el IPC ha tenido un comportamiento más comedido durante 2023, aunque a partir de verano, la tasa interanual ha empezado a empeorar, hasta el punto de que ha pasado de ser la economía comunitaria con menor inflación a estar ya en la media. Lo cual está contribuyendo a restar competitividad a los productos españoles. Respecto a los países de la OCDE, descontando los 20 que comparten el euro, España ha mantenido su ventaja en términos de precios. Así, en el cuarto trimestre de 2022 colocó su tasa anual en negativo (-2,7%) -lo que supone una mejora de la competitividad en términos de precios-, y ha ido mejorando al -3,2% en el primer trimestre de este año, al -3,4% en el segundo y, en el tercero se produce una ligera reducción, al -3,2%.

Aun así, la ventaja competitiva que aporta la menor inflación frente al resto de países de la OCDE no ha sido suficiente para contrarrestar el efecto negativo de un euro al alza. Combinando inflación y tipo de cambio se obtiene en índice de tendencia de la competitividad (ITC) de las exportaciones españoles, que ha ido degenerando desde el -3,4% en el cuarto trimestre de 2022; al -2,6, el 0,0% y el 3,2% en los tres siguientes. Lo que supone que en este tercer trimestre, las exportaciones han pasado de ganar a perder competitividad en los mercados de la OCDE.

Respecto a los mercados BRICS, la situación de las exportaciones ha sido más dramática, pues ha perdido competitividad desde el lado de los precios y, muy especial, por el tipo de cambio. Así, en el tercer trimestre de este año, el índice de precios relativos se colocó un 4,4% (resta competitividad al ser positivo) y en índice de tipo de cambio, un 16,2%, lo que arroja una pérdida de competitividad del 21,2% respecto al mismo trimestre de 2022.

Empeora con la UE

En referencia a la UE, España todavía mantiene un índice favorable de competitividad en relación con sus socios comunitarios, lo cual es muy importante, pues el 62,8% de las ventas españolas de bienes al exterior de enero a septiembre fueron al conjunto de la UE-27 y el 54,8% a los 20 países que comparten el euro. Hay que tener en cuenta, que con estos últimos, al tener la misma divisa, el tipo de cambio es neutro, por lo que la competitividad de las exportaciones se mide exclusivamente por las diferentes inflaciones en cada país.

No obstante, aunque gracias a su inflación, España mantiene una ventaja competitiva, en el último trimestre ha decrecido considerablemente, pues el IPC español ha repuntado en los últimos meses, y el comunitario se ha reducido. Así, en el tercer trimestre el índice de competitividad de España en relación con la eurozona ha tenido una tasa negativa del -2,1%, aunque ha ido claramente menguando desde el -4,1% del cuarto trimestre de 2022. Y si descendemos a la evolución por meses, se aprecia un descenso muy brusco de la competitividad, desde el -3,1% de julio a tan solo el -0,3% en septiembre.

En el caso de los 7 países comunitarios que no tienen euro, la situación competitiva de España es algo mejor, también por precios, aunque el tipo de cambio también ha jugado a favor del euro. Así, en el tercer trimestre, la tasa de la competitividad de España frente a estos países por precios fue del -5,3% y por tipo de cambio del -0,8%. En conjunto, el ITC fue del -6%, aunque en el trimestre anterior se colocó en -8,1%. Y por meses, sucede lo mismo: en julio fue un -8,4% y en septiembre ha descendido al -3,4%.