El consorcio gasístico ruso Gazprom ha informado a la empresa austríaca de hidrocarburos OMV que suspende a partir de mañana, sábado, sus suministros de gas natural a Austria. Un conflicto que tiene sus orígenes en un pleito: la Cámara de Comercio Internacional (CCI) dictaminó que el gigante gasístico ruso debe pagar a OMV 230 millones de euros (unos 242 millones de dólares) como indemnización por varias entregas irregulares y una suspensión del suministro en 2022. El detonante ha sido la decisión de OMV de hacerse con la compensación descontando la citada suma del monto que adeudaba a Gazprom por volúmenes de gas ya recibidos, a sabiendas de que ese proceder podía llevar a la empresa a suspenderle sus entregas, según confirmaron a Efe este viernes fuentes de E-Control, la autoridad reguladora del sector.

La reacción del gobierno austríaco no se ha hecho esperar. La ministra de Energía austríaca, la ecologista Leonore Gewessler, destacó que "Rusia vuelve a utilizar la energía como arma. Austria lleva mucho tiempo preparándose para esta situación, Nuestro suministro de energía está asegurado", escribió en su cuenta de la red social X. Y añadió: "Si ya no recibimos suministros rusos, ya no podremos ser chantajeados. Nuestra independencia tiene mucho valor. Seguiremos protegiéndola".

Como parte de la estrategia de diversificación de OMV, la compañía austriaca subraya que ha aumentado de forma continua y exitosa sus suministros de gas de fuentes no rusas y capacidades de gasoducto adicionales, incluyendo gas procedente de Noruega, así como volúmenes adicionales de GNL a largo plazo.

Suministro garantizado

A fecha de hoy, Austria venía comprándole a Rusia más del 80% del gas que consume. Pero la ministra aseguró que ahora mismo "están llenos" todos los depósitos de gas, donde el volumen almacenado supera al del consumo anual del país. Además, "los gasoductos de Italia y Alemania ofrecen capacidad suficiente para importar gas natural no ruso", resaltó. Según datos oficiales, en febrero de 2022, el mes del inicio de la invasión rusa de Ucrania, compró el 79% de su gas a Gazprom, porcentaje que ha aumentado hasta fluctuar entre el 80 y el 90% en los últimos meses.

OMV, la mayor empresa de hidrocarburos austríaca, con una participación estatal del 31,5%, ha alegado en reiteradas ocasiones que estaba comprometida a seguir comprando gas a Gazprom hasta 2040, según un acuerdo firmado en 2018. La 'utility' centroeuropea calcula que el volumen de gas natural afectado por el corte que se aplicará desde este sábado ascenderá a 7.400 MWh/h.

Este viernes, en un comunicado, E-Control indicó que OMV había informado, "mediante mensaje urgente de mercado", que las entregas de Gazprom a OMV de gas natural se detendrán a las seis de la mañana (05:00 GMT). El volumen diario de esas entregas se corresponden a la generación de unos 178 gigavatios por hora (GWh), recuerda la fuente, que también precisa que "las autoridades responsables siguen de cerca la situación del suministro". "Debido a los elevados niveles de almacenamiento y a las posibilidades de sustitución por otras rutas de transporte, se espera que los clientes de gas austríacos seguirán siendo abastecidos", concluye el breve comunicado.

Incremento de precios

A pesar del mensaje tranquilizador de la compañía austriaca, tras la comunicación de la suspensión del suministro de gas ruso hacia Austria, los precios del hidrocarburo registraban subidas próximas al 3% para negociarse en el nivel más alto en un año.

Por su parte, Gazprom comentaba ayer que las acciones de los países de la Unión Europea tienen como objetivo "destruir artificialmente la demanda de gas en detrimento de sus propias economías", asegurando que las políticas implementadas por los gobiernos de la UE han dado lugar a una mayor disminución del consumo de gas, al cierre de industrias de alto consumo energético y a la transferencia de capacidades de producción a otras regiones.

De este modo, la compañía rusa auguró que el consumo de gas en Europa seguirá disminuyendo a un ritmo que dependerá, en particular, de las futuras decisiones políticas, mientras que no se espera que la producción europea de gas crezca a largo plazo debido al agotamiento de su propia base de recursos.