España no logra desprenderse de Rusia en materia energética. El estado presidido por Vladímir Putin sigue siendo el tercer mayor importador de gas del país ibérico, pese a que este ha rebajado los volúmenes de contratación con Rusia. España, como el resto de las naciones europeas, buscan desprenderse de la dependencia energética de la federación rusa, la cual, pese a la diversificación del suministro que han llevado a cabo los Estados miembro, sigue siendo esencial en lo referido a las importaciones de gas para el Viejo Continente. Un buen ejemplo de ello es España, dónde Rusia, sin ser ‘vital’ para el suministro energético, es el tercer mayor importador de gas. Además de ello, según las últimas estadísticas de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), el estado ruso aporta un 151% más de gas al país ibérico con respecto a febrero de 2022.
Tal y como figura también en el último boletín estadístico de Enagás, Rusia se sitúa en la tercera posición de las naciones que más ‘combustible azul’ importa al estado liderado por Pedro Sánchez, solo por detrás de Estados Unidos y de Argelia. Según los datos difundidos por Enagás, el país presidido por Putin aportó el pasado febrero 5.465 GWh, un 17,2% del total del gas importado por la nación mediterránea en ese mes. Pese a ello, España sigue trabajando en reducir las importaciones procedentes del estado ruso, algo que se ve en los menores volúmenes contratados en febrero con respecto a enero, cuando estos fueron de 6.372 GWh.
España pidió a las energéticas que dejaran de firmar contratos con proveedores rusos
Este hecho va hilado a la petición que lanzó Kadri Simson, comisaria de Energía de la Comisión Europea, quien el pasado 24 de marzo pidió a los Estados miembro que dejasen de firmar contratos con proveedores rusos. Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno de España y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, se suscribió a ese mensaje, y emitió un comunicado para todas las energéticas españolas, pidiéndolas que dejasen de firmar contratos con las gasísticas rusas. Pese a ello, este mensaje confronta con la posición de Rusia como tercer mayor importador de gas de España.
Aunque, poco a poco, el estado ruso va teniendo menos peso en las importaciones gasísticas del país ibérico, es cierto que, en los últimos 12 meses, la posición de Rusia como importador de gas ha ganado enteros. De hecho, las importaciones han crecido un 151% en desde febrero de 2022. Pese a que en el último mes se ha visto una menor entrada de gas procedente del país de Europa oriental, el estado presidido por Putin sigue siendo esencial para el suministro de España.
Parece claro que, con la última petición lanzada por Bruselas a la que el Gobierno español se ha unido, las importaciones de gas ruso irán cediendo con el paso de los meses. Febrero lo ha confirmado, aunque evidencia que Rusia sigue siendo elemental. El objetivo de España, como el de la Comisión Europea, es torpedear el flujo económico de Rusia, el cual depende casi en su totalidad de la importación de productos energéticos. Bruselas entiende que, dejando de firmar contratos con proveedores rusos, se corta otra vía de financiación para el Kremlin.
España, como Europa, pide que se firmen contratos con otros proveedores, además de que se apueste por las tecnologías renovables, las cuales han pasado a un primerísimo plano en los últimos meses.
Las importaciones de gas natural licuado caen un 18,5% en los últimos 12 meses
En lo referido al resto de importadores de gas para España, Estados Unidos, a través de los metaneros, se mantiene en la segunda posición, mientras que Argelia, tanto por los gasoductos como por el transporte marítimo, sigue siendo el mayor importador de gas para España.
Todo ello en un marco en el que el país ibérico está tratando de reducir las importaciones del hidrocarburo y reforzando su apuesta por las tecnologías ‘verdes’, las cuales se antojan clave para el futuro energético del país, como del Viejo Continente. Así, los últimos datos ofrecidos por Cores desvelan que, en febrero, las importaciones netas de gas cedieron más de un 21% con respecto al mismo periodo del año anterior. Concretamente, descendieron tanto a través de gasoductos (-28,1%), como a través de GNL (-18,5%), en términos interanuales.
Cabe destacar que el gas natural licuado ha sido la herramienta que ha permitido a gran parte de los Estados miembro pasar un invierno caliente y de romper con las proyecciones negativas que los expertos daban sobre el suministro de gas de Europa hace tan solo siete meses. Estados Unidos ha ganado peso como importador del hidrocarburo para varias naciones europeas. La entrada de gas procedente de EE.UU. a través de metaneros ha sido una constante durante el invierno, siendo esta la herramienta preferida para gran parte de Europa a la hora de rellenar sus reservas de ‘combustible azul’.
Está por ver si la posición de Rusia como importador de gas de España sigue cayendo, de la misma forma que el país ibérico sigue haciendo un menor uso del hidrocarburo. El Gobierno español apuesta por las renovables, especialmente por la solar y la eólica, las cuales, de cara a los expertos, son las energías llamadas a liderar la generación eléctrica en un futuro no muy lejano.