Guiño de ojo, literal, del presidente francés Emmanuel Macron al español, Pedro Sánchez. El Tratado de Barcelona certifica el entendimiento entre ambos y da un borrador, demasiado a grandes rasgos, de los temas que se han tratado este jueves. Así pues, más allá del corredor de hidrógeno verde entre Barcelona y Marsella y que tiene que permitir la conexión de España con Francia y Portugal, los titulares en clave económica han sido el reiterado compromiso de dos aspectos que ya llevan tiempo en la agenda como tareas pendientes: la reforma del mercado europeo de la electricidad y una mejora de la conexión de red de transportes integradas en Europa con el corredor 5G. De estos dos titulares destaca que, en ningún momento, se ha citado la palabra transporte ferroviario ni corredor mediterráneo, pero se ha dado por entendido. Ha sido en el turno de preguntas donde Sánchez ha puesto de ejemplo el corredor mediterráneo, pero también el atlántico, para mejorar el impulso de las empresas y las industrias a los dos lados.
El papel de Francia
Así pues, sobre la conexión ferroviaria y, sobre todo el corredor mediterráneo, ha quedado aplazado al compromiso de reanudar el proyecto, pero sin más concreciones: "Reiteramos nuestra voluntad de seguir adelante, reconfirmamos nuestras inversiones sobre la línea ferroviaria entre estos dos países que se benefician de ayudas europeas y seguiremos en este camino", ha concluido Macron delante de un Pedro Sánchez que tampoco ha sumado más información. Hay que recordar que el proyecto del corredor ferroviario que une las regiones mediterráneas de España con el resto de Europa ha sido desarrollado durante un siglo por diferentes actores. Así pues, sobre las interconexiones ferroviarias vistas como un gran problema, y la necesidad de reducir el tiempo de viaje a Perpinyà, Marsella, Lyon, París en parte abandonadas por la SNCF, pero también asumidas por Renfe, continúan pendientes de respuesta.
Unidos en la reconversión del mercado eléctrico
El otro tema que sí han tratado son las propuestas sobre mercado eléctrico. Sánchez ha considerado que "son muy similares entre los dos estados y, por lo tanto, no hay que elaborar una propuesta en común, tan suele trabajar para que de una vez por todas se trate el tema". Hay que recordar que Francia, España y otros países defienden una modificación del sistema actual, por el cual el precio mayorista del megavatio hora, lo determina la última central que tiene que entrar en funcionamiento para equilibrar la oferta y la demanda, y que en la inmensa mayoría de los casos es una central de gas.
Por otra parte, Alemania o los Países Bajos son muy reticentes a modificar este dispositivo, entre otras cosas por el riesgo de que desaparezcan los incentivos de los operadores de las centrales de gas para mantenerlas en funcionamiento y por la amenaza al final de un desabastecimiento de la Unión Europea combustible. La presidencia francesa ya ha insistido anteriormente en que todavía hay tiempo hasta el mes de mayo, y que hay que esperar la propuesta final de la Comisión Europea para la reforma antes de abordar una demanda de prolongación de la "excepción ibérica" de qué se benefician España y Portugal, que los permite fijar un precio límite en el gas que se utiliza para generar electricidad.
¿Dónde queda Alemania?
La otra derivada de todo este tratado es qué papel juega Alemania y si esta cooperación hoy sellada tiene que ser un negocio para sacar rédito con el resto de la Unión Europea. Macron ha insistido en hablar "de ambiciones estratégicas compartidas" y ha invitado a hablar sobre qué papel tendrá que jugar al canciller alemán Olaf Sholz en la reconversión energética y, especialmente, la descarbonización de la economía. Por eso, con una mirada más global, el presidente de la república francesa ha pedido renegociar las condiciones actuales con los Estados Unidos, pero a la vez una respuesta energética verde fuerte para que se puedan garantizar mecanismos sencillos y rápidos como los que dan a los americanos con los créditos: "Movilizaremos dinero nacional, pero también europeo para establecer garantías comunes, como hicimos durante la pandemia. No hay ningún tipo de tabú, tenemos que conseguir un consenso" con Alemania, ha concluido Macron.
Hay que recordar que el presidente francés apuesta por España para formar una nueva pareja europea en un momento de fricción con el histórico amigo alemán. Por su parte, Pedro Sánchez no ha olvidado que toda esta dinámica va ligada a la guerra de Ucrania, pero también a las más globales: "Tenemos que hacer una política de reindustrialización en Europa y lo podemos hacer aligerando la carga burocrática que, por ejemplo, se da con los Next Generation". La industrialización, ligada a la transición verde, es el titular que más han reiterado dando la importacia que tendrá en todo ello el corredor de hidrógeno verde H2Med y el papel preponderante de Barcelona como punto de salida de este. A partir de aquí, queda conocer las reuniones paralelas que se establecerán con los empresas e instituciones que deberán liderar todo ello, como la planta de Enagàs en el Port de Barcelona.