La cadena de valor del sector náutico de Catalunya factura de manera agregada 1.028 millones de euros anuales y ocupa cerca de 4.000 personas repartidas en más de 500 empresas, según las conclusiones de la primera fase de un estudio sobre la competitividad del ecosistema empresarial publicadas este jueves. La mitad de la facturación proviene de la actividad industrial, tanto de astilleros de refit (reparación y puesta a punto) y varaderos (271 millones) como de astilleros de nueva construcción (90 millones) y la industria auxiliar (96 millones). El informe, elaborado por la consultora Cluster Development, ha sido impulsado por la Fundación Barcelona Capital Náutica, junto con ACCIÓ, agencia para la competitividad de la Generalitat, y Barcelona Activa, la agencia de desarrollo económico del Ayuntamiento de Barcelona.

En el ámbito de la renovación, reparación y modernización de embarcaciones, destaca la especialización en grandes esloras, donde una de las empresas líderes en el ámbito mundial es catalana. Se trata de una actividad con un alto grado de internacionalización, ya sea fruto de embarcaciones de todo el mundo que escogen Catalunya para realizar sus procesos de reparación o puesta a punto, o por el desarrollo de varaderos en nuevos mercados geográficos desde Catalunya, destaca el estudio.

Apuesta por la sostenibilidad

Con respecto a la industria auxiliar, destaca la concentración de empresas que se ha identificado en el ámbito de la propulsión sostenible con diferentes empresas catalanas que fabrican componentes de los sistemas de propulsión (motores, baterías...); y la entrada en el sector náutico de empresas de otros sectores catalanes (automoción, ferrocarril, hidrógeno...) que identifican oportunidades en la náutica fruto de los cambios que comporta la descarbonización.

Sobre los retos identificados, el estudio pone el acento en la necesidad de desarrollar soluciones para mejorar la sostenibilidad de los procesos de fabricación y el uso de nuevos materiales y tecnologías que optimicen consumo de estos materiales. También apunta a mejoras vinculadas a la reducción de emisiones y el impacto ambiental durante la vida útil de las embarcaciones, así como a la gestión del final de su ciclo de vida.