Las bodegas de la DO Cava arrastran tres vendimias con un importante impacto a causa de los periodos de sequía que ha afectado a la viña. Como consecuencia, el 2024 es un año complejo para los negocios, ya que se ha frenado el crecimiento de las ventas del sector por escasez de producto. Desde principios de año, las ventas han caído un 12,28% respecto de los nueve primeros meses de 2023, con la expedición de 149 millones de botellas, cuando el año pasado se habían vendido 170 millones. Eso no quiere decir que "nos tengamos que quedar sin producto", ha manifestado el presidente de la DO Cava, Javier Pagés, sino que "las bodegas tienen que gestionar mejor el inventario que tienen".

El presidente de la DO Cava, Javier Pagés, ha explicado este miércoles que la disminución ha afectado principalmente a los mercados internacionales, especialmente Alemania con un descenso del 60% -que es el principal destino de las exportaciones del sector- y del 10% en el caso del Reino Unido. La caída ha sido menor en el mercado español. Los datos de la DO Cava muestran una contracción del mercado español del 3,67%, y del 15,81%, en los mercados internacionales. No obstante, el 68% del total de botellas vendidas ha ido al mercado internacional y el 32% restante en el nacional. Con la retracción del mercado alemán, Bélgica ha pasado a liderar las ventas internacionales de cava, seguido por los Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania.

"Es evidente que hay una escasez de producto, en un momento en que el vino espumoso de calidad como el cava tiene una magnífica aceptación entre los consumidores en todo el mundo," ha dicho Pagés, en un encuentro para hacer balance del año y dar perspectivas de la campaña de Navidad y del próximo año.

Más facturación y calidad

Según Pagés, "afortunadamente", la falta de producto también tiene aspectos positivos. El presidente de la DO argumentaba así el hecho de que a más demanda que oferta existente, "los precios y márgenes han mostrado una tendencia al alza, cosa que permite añadir valor en toda la cadena". Ha concretado que el precio de las botellas se ha incrementado entre un 10% y un 15%, por término medio.

Asimismo, los precios pagados por la uva en la última vendimia volvieron a ser significativamente más elevados, pero, por otra parte, "la gran mayoría de viticultores volvieron a tener rendimientos muy bajos a causa de la sequía", ha advertido. La DO Cava reúne más de 38.000 hectáreas de viña y además de 6.200 viticultoras, que colaboran con 349 bodegas asociadas, las cuales exportan producto además de un centenar de países.

Optimismo para el 2025

A pesar del contexto generado, Pagés se ha mostrado "optimista" de cara al futuro y también ha augurado una buena campaña de Navidad. Ha asegurado que la venta de cava será "buena" porque la gente tiene ganas de celebrar y el sector pronostica que para el conjunto del año la caída de las ventas estará de acuerdo con la de los nueve primeros meses del ejercicio.

A la espera de ver cómo transcurre el año 2025, en términos de pluviometría, la DO Cava es cauta, pero "optimista" con respecto al año que viene. De todos modos, es necesario que las administraciones públicas asuman y dediquen recursos a un proyecto de irrigación en aquellas zonas con viña más deficitarias y que actualmente no disfrutan de esta.

Adicionalmente, la DO Cava aprobó en 2024, por unanimidad, crear una nueva disposición: una Provisión de Garantia Qualificada que dota la posibilidad en los Cavas de Guarda de retener un remanente del vino proveniente de la vendimia para cubrir necesidades o déficits futuros, y afrontar así los dientes de sierra que causa el cambio climático.