Sergi Borja es cofundador y CEO de Honei, una start-up tecnológica que busca revolucionar el sector de la restauración mediante la digitalización de los procesos de pedido y pago. En la búsqueda de financiación, explica que se ha reunido con agentes de venture capital de los Estados Unidos que, a diferencia de los de aquí, solo preguntaban cómo sería la empresa dentro de cinco años: "ellos solo se preocupan por hacer alguna cosa que, como mínimo, valga mil millones". Aquí se está "un paso atrás" y, por eso, apuesta por "mirar lo que hacen allí y como podemos adaptarnos".
Borja hizo estos comentarios en el debate 'La emprendeduría catalana: del vértigo al éxito', la última edición de FOCUS ON, los diálogos de ON ECONOMIA sobre el presente y el futuro de la empresa catalana, centrado esta vez en las start-ups. También participaron Laurent Arens, director de BStartup10; Francesc Font, CEO de Incapto, y Jan Amat, CEO de Recomotor.
Sobre el proceso de internacionalización, Borja recalca que se debe tener en cuenta el tamaño del mercado al cual se dirige la empresa y la escalabilidad del producto que ofrece. En el caso de Honei, recuerda que España es el segundo país con más restaurantes per capita, motivo por el cual puede ser mejor negocio aumentar la cuota de mercado aquí que irte a otro país: "El coste de aumentar en Francia puede ser mayor que hacerlo aquí. Entrar en un mercado suficientemente grande y ponerte líder genera muchos más beneficios que si te vas a otro mercado simplemente por el hecho querer parecer muy grande o para conseguir más inversión". Y advierte contra "abrir nuevos mercados porque sí" aunque muchas veces lo piden los inversores. En cualquier caso, "hay que hacer los números".
Sobre la decisión de emprender, reconoce que entró en este mundo "inocentemente" sin saber lo que se encontraría. En su caso, empezó "porque me gusta mucho programar, nunca he sentido como un sacrificio el hecho de que los clientes no te hagan caso o que todo falle porque, al principio, es remar contracorriente. Al principio, como nos lo pasábamos bien programando, nos daba igual si teníamos éxito o no. Lo que nos importaba era encontrar una solución para el cliente. Entonces, no lo veíamos tanto como hacer una start-up, levantar dinero. De forma inocente, empiezas así. Sin embargo, como tienes que pasar por un proceso tan largo, con tanta paciencia y con tantas malas noticias, creo que la clave es disfrutar del día a día y empezar por una pasión".
Y sobre el vértigo del emprendedor al que se refiere el título del debate, apunta que "si no has vivido nada, el primer problema te genera vértigo. Tener equipos grandes y posibles faltas de financiación, son situaciones complicadas, pero sí o sí tienes que pasar por ello. Creo que acabas perdiendo un poco la sensibilidad por los problemas gigantes o situaciones graves". La sensación de vértigo puede producirse cuando "tienes una idea, crees que puedes cumplir un business plan, haces tus proyecciones, entra inversión y entonces empieza una carrera contrarreloj, contra tu propia promesa y, al final, estás quemando dinero cada mes para buscar este crecimiento tan acelerado, para llegar a una meta, a una cifra. Cuando te quedas sin dinero tienes que haber levantado otra ronda. Entras en este círculo vicioso, que es habitual, pero creo que está cambiando un poco, cada vez se está buscando más la rentabilidad y depender menos de eso".
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Comenta que han acabado "normalizando" la burocracia administrativa. "Normalizas cosas que obligan a cumplir que, si lo miras en perspectiva, dirías que no tienen ningún sentido. Pero tienes tantos problemas –el principal es hacer un producto que funcione en el mercado– que consideras [la burocracia] como una cosa con la que tienes que convivir quizás porque no tenemos tiempo o no es nuestra prioridad luchar contra eso. Hemos normalizado muchas cosas, como una multa por no fichar, que puede parecer una anécdota, pero si tuviéramos tiempo de luchar, de hacer ver que no tienen ningún sentido muchas de las cosas por las cuales tenemos que pasar. Quizás no estoy viviendo todas estas regulaciones con la misma dimensión que otros, pero se nota, te limitan y lo sufres, si bien lo normalizas. Y te dices, bien, es lo que hay y me adapto. Sin embargo, efectivamente, no ayudan".
Sobre la Inteligencia Artificial, en el caso de Honei, indica que "es igual si estás en España, Noruega o en China, es un software en el que las personas se dan de alta solas y no importa el país de donde seas". En cualquier caso, apunta que cómo se aplique la IA va "en función" de cada negocio.
En sus dos años de vida, la start-up barcelonesa Honei ha conseguido aumentar la facturación de los restaurantes, duplicar las reseñas positivas y generar un 55% más de propinas. Ayuda a los restauradores a optimizar procesos y a mejorar la experiencia de los clientes.
Puedes ver el debate entero a continuación: