El domingo que viene 13 de octubre, el Sindicato de Inquilinos de Madrid y el Sindicat de Llogateres han convocado una manifestación, bajo el lema 'Bajamos los alquileres'. Ambos sindicatos consideran que "el problema de la vivienda es demasiado importante para dejarlo en manos de los que hace años que no frenan un sistema que cada día nos expulsa a más gente de tener una vivienda digna. Es el momento que hacemos juntas un paso más allá".

La protesta la han definido de "llamamiento urgente" y la opción de la huelga es una idea que podría ser una realidad en breves: "Sabemos que si una inquilina se rebela y deja de pagar, el problema lo tiene ella. Pero si diez mil inquilinas nos organizamos para no pagar, el problema lo tienen los propietarios y los gobiernos que los sostienen. En eso consiste la huelga en que necesitamos recuperar. No es una utopía, sino una forma de lucha que ya practican varios bloques en lucha de nuestro Sindicato y que son el orgullo de todas las inquilinas".

Apoyo unánime

Esta huelga se prevé que tenga un amplio seguimiento, también por parte de otros sindicatos como la misma CNT: "Aunque baje el precio del alquiler, nos seguiremos viendo obligadas a vender nuestra vida y nuestra fuerza de trabajo a cambio de un salario. Aunque baje el alquiler, seguiremos enfermando al trabajo, o por el simple hecho de salir a la calle en urbe mega contaminadas. Aunque baje el precio de los alquileres, seguiremos sufriendo el acoso policial a causa de nuestras prácticas políticas o el color de nuestra piel. Aunque baje el precio del alquiler, seguiremos viendo cómo el individualismo aumenta, como cada vez estamos más atomizados, como cada vez nos vemos más inmersos en una sociedad digital que lo abarca todo y, al mismo tiempo, destruye cualquier tipo de solidaridad y posibilidad de lucha".

Los precedentes inmediatos de este tipo de protesta en forma de huelga en el sector de la vivienda se remonta a hace cerca de un siglo. Concretamente la huelga de arrendatarios vivida en 1931 en los barrios humildes de Barcelona y poblaciones del entorno. Pero España no es la única que suma episodios como este. En Argentina en 1907, en Chile en 1915, en Ciudad de México en 1922, ha habido diversas en la historia de Nueva York, o desde el 2023 está una en Toronto, el Canadá. Ya en 1919 la Confederación Nacional del Trabajo, el anarcosindicalista CNT, había formado La Unión de Defensa de Inquilinos de Barcelona, que reclamaba mejorar las viviendas y rebajar los alquileres en un 50%. Esta era la misma demanda que habían hecho con éxito los chilenos pocos años antes, y en 1922 hicieron una huelga de alquileres en Barcelona.