La soledad puede ser una solución escogida o una consecuencia indeseada. Y más allá de los riesgos asociados a la salud física y mental, tiene un impacto indiscutible en la economía. No solo porque es más costoso afrontar con un solo ingreso un alquiler, una hipoteca o los gastos cotidianos. Los divorcios y separaciones en ocasiones se posponen por motivos económicos y cuestan caros a las parejas de clases más bajas que se separan. Pero además, cada vez más hogares son necesarios y, por tanto, hay una mayor presión de la oferta sobre la demanda. Y un estudio de la Universidad de San Pablo - CEU ha puesto cifras a este problema: la soledad hace necesarias 3 millones de viviendas más hoy de las que haría falta con los patrones de vida de hace 50 años.
El estudio La soledad en España, elaborado por el Observatorio Demográfico CEU-CEFAS, ha calculado que en España viven hoy solas 5,4 millones de personas sobre un total de población de 48,9 millones. Se trata de 8,2 veces más en el censo de 2024 que las 600.000 personas que vivían solas en el año 1970, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), con una población que entonces era de 34,05 millones repartidos en 8,85 millones de hogares.
El informe dirigido por Joaquín Leguina y coordinado por Alejandro Macarrón estima que "ahora hacen falta unos tres millones más de viviendas que las necesarias con las pautas familiares de hace 50 años". Con los patrones de vida de 1970, cuando la media de personas por hogar era de 3,9, harían falta tres millones de viviendas menos que ahora, con 2,5 personas por hogar, al hacer la media contando las personas que viven solas. En un contexto en el que la falta de oferta ante una demanda creciente de hogares (se crean más hogares que viviendas se construyen), la soledad se convierte en otro factor que tensa el mercado.
Si en 1970 había 19 millones de adultos emancipados a una media de edad de 25 años residiendo en 8,9 millones de viviendas familiares, en 2021 había unos 33 millones de emancipados, a una edad media de 30 años, residiendo en 18,5 millones de viviendas. Según estos cálculos, con la media de adultos emancipados por hogar de 1970, en 2021 habrían hecho falta 15 millones de viviendas, y no 18,2 millones, que son los necesarios en la actualidad. Ni siquiera la emancipación más tardía de los jóvenes es capaz de compensar el aumento de los hogares unipersonales.
El Instituto Nacional de Estadística prevé además que los hogares unipersonales seguirán creciendo a mayor ritmo que la población, pasando de los 5,4 millones actuales a los 7,7 millones en 2039.
En comparación con el resto de Europa, el 11% de población en hogares unipersonales de España es más bajo que la media de la UE, que es de 16, y es tan solo superior a países como Croacia, Portugal, Polonia, Irlanda, Chipre o Eslovaquia. Finlandia, con un 26% y Lituania (25%) lideran esta clasificación.
El informe ha calculado también el coste que anual que ello podría tener en gastos anuales de las familias. Con un coste orientativo de entre 150 y 200.000 euros por vivienda, 3 millones de viviendas más hacen necesario un gasto de entre 450.000 y 600.000 millones de euros más. Si se calcula en términos de alquiler, a una media de 600 o 800 euros al mes de alquiler, las familias deberían de gastar entre 21 y 30.000 millones de euros al año, o sea, el 1,5% del P.I.B.
Las mujeres tituladas, más solas
Por perfiles, las mujeres representan el 54% de los hogares unipersonales, una diferencia que se acentúa entre los mayores de 65, donde son el 57% de las personas que viven solas.
Mientras que entre los adultos de menos de 60 años la principal causa de vivir solo es la soltería, entre los hombres de 50 a 79 y en las mujeres de 50 a 69 lo es el divorcio. La viudedad es la causa más común entre los de más avanzada edad, aunque entre los hombres no lo es hasta los 80 años. El 55% de las mujeres que viven solas tienen 65 años o más, mientras que entre los hombres tan solo son el 27%.
Sin contar la edad, la soltería, pues, es el factor más habitual para hombres que viven solos, con el 59% de ellos solos, por encima del 21,3% del divorcio o separación, el 12,2% de la viudedad y un 7,2% de hombres que viven solos pese a estar casados. Entre las mujeres, la viudedad es la causa del 43,3% de las personas que viven solas, mientras que las solteras representan un 36,6%, por un 15,4% de separadas y un 4,7% de casadas.
Es más frecuente la soledad entre personas con títulos superiores, especialmente en lo que respecta las mujeres, donde tener un título universitario puede duplicar las posibilidades de vivir sola. Un 11,7% de las mujeres que viven solas de 30 a 39 años y un 9,8% entre 40 y 49 son tituladas, por un 5,9% y un 5,8% en las mismas franjas de edad. Entre los hombres, el 15% de los titulados de entre 30 y 39 y el 14,2% entre 40 y 49 viven solos, por un 10,9% y un 12,7% de los no titulados en las mismas respectivas franjas de edad.