El 70% de los inquilinos de Madrid y Barcelona no espera heredar una vivienda y, del 30% que sí, aunque de estos, ocho de cada diez deberán compartirla con otros herederos, lo que lleva a jóvenes y migrantes a depender del alquiler y tener más dificultades a la hora de acceder a una vivienda en propiedad. Así lo revelan las conclusiones del texto 'De propietarios a inquilinos. Informe sobre la creciente desigualdad en el acceso a la propiedad', elaborado por el Instituto de Investigación Urbana de Barcelona (IDRA) a partir de 2.200 encuestas a inquilinos de ambas ciudades.
En esta ocasión, la entidad ha presentado nuevos datos sobre las expectativas de los inquilinos a la hora de acceder a una vivienda en propiedad con el objetivo de "desmitificar la creencia de que la mayoría heredará una vivienda en un futuro". El documento destaca que en estas dos grandes ciudades los arrendatarios ya representan el 53% de los hogares entre 16 y 29 años y el 32% de los hogares entre 30 y 44 años, y que la mayor parte de la población inquilina tiene entre 34 y 65 años.
Opciones de compra
En este sentido, los autores del informe han detallado que las expectativas de herencia son inferiores a mayor edad (entre los 35 y 64 años, un 30%) y en el caso de las personas de origen extranjero (dos de cada diez, la mitad que las de nacionalidad española). "La mayoría de los inquilinos no cree que puedan comprar una vivienda en el futuro, y están siendo expulsados del sueño propietario por multipropietarios y rentistas", ha alertado el IDRA.
Esto se debe, según la institución, a que las personas que quieren acceder a su primera casa en propiedad "compiten con individuos e inversores que ya poseen viviendas en propiedad y patrimonios muy elevados". Esta es una realidad que el IDRA explica con el hecho de que "en los últimos años, seis de cada diez compras se hicieron al contado, sin hipoteca" y, además, ha puntualizado que "el 15% fueron realizadas por extranjeros no residentes".
Distribución asimétrica
"Así, el origen del problema se halla en la distribución cada vez más asimétrica de la vivienda en propiedad, que está disparando la desigualdad en España", ha aseverado el IDRA. Sobre esta cuestión, apunta que los hogares inquilinos, con una renta media de 22.183 euros anuales, "no tienen opción de acceder a una propiedad" y se ven obligados a "transferir buena parte de sus ingresos" a hogares rentistas, cuya media se sitúa en 46.725 euros anuales, es decir, más del doble.
Ante esta situación, los autores del informe han elaborado una serie de recomendaciones de políticas públicas para revertir este escenario, entre las que se encuentran el aumento de oferta de alquiler residencial de larga duración o medidas fiscales redistributivas, como el aumento de los impuestos de propiedad. Tras peticiones son medidas para impedir la acumulación de viviendas en pocas manos, como la limitación de compra a no residentes e inversores y el aumento del IBI según el número de propiedades.