El gobierno de coalición que lidera Pedro Sánchez pretende aprobar una reforma fiscal aprovechando la tramitación de la directiva de la UE que fija un tipo mínimo del 15% en el impuesto de sociedades a las grandes empresas. Una fórmula que ha abierto una disputa entre los dos socios a cuenta de la propuesta del PSOE de no mantener el gravamen a las empresas energéticas, pero también, de subir la fiscalidad al diésel, equiparando la tasa del gasóleo a la de la gasolina en el Impuesto de Hidrocarburos. Una medida que no comparte Sumar, que no quiere elevar la fiscalidad a este combustible, según fuentes de la organización de Yolanda Díaz.

Este lunes está convocada la Comisión de Hacienda del Congreso para analizar las enmiendas presentadas por los diferentes grupos parlamentarios al texto de la fiscalidad de las grandes empresas; aunque está por ver si finalmente se reúne, pues la Comisión se suspendió el pasado viernes. Entonces no salían las cuentas al PSOE para sacar adelante sus propuestas fiscales en el Congreso. A tal fin, este fin de semana se mantienen negociaciones políticas a varias bandas, según fuentes parlamentarias, con el intento -casi épico- de cuadrar un pacto con los socios políticos de la investidura de Sánchez.

Proceso inédito

La fórmula parlamentaria para aprobar, casi por la puerta de atrás, una reforma fiscal de calado se ha convertido en un proceso inédito. El gobierno español decidió usar la tramitación de la directiva del 15% para colar, vía enmienda, la perpetuación de los gravámenes a la banca y a las energéticas cobrados en 2023 y 2024 con carácter temporal. Pero la fuerte oposición empresarial, especialmente de las energéticas, aunque también de la banca -con el apoyo de varios partidos “amigos”- ha roto el consenso entre PSOE y Sumar. Los socialistas dieron marcha atrás y abandonaron la pretensión de perpetuar el gravamen a las energéticas, aunque sí ha mantenido, por dos años más, el de la banca.

Un trámite, mediante enmiendas, que se ha convertido en la carta fiscal de los partidos, con modificaciones varias a diversos impuestos como el IRPF, IVA, Sociedades, Especiales e, incluso, con la creación de nuevas figuras impositivas. Con sorpresa incluida, pues PSOE y Sumar presentaron sus medidas por separado, sin haber alcanzado un acuerdo por las diferencias sobre el gravamen a las energéticas.

Acuerdo de última hora

Pero ante la avalancha de enmiendas, los socios de coalición han intentado salvar los muebles y acordar un paquete común que defender en las Cortes. Un acuerdo que, sin embargo, permite fijar sus diferencias fiscales durante el trámite parlamentario. Fuentes de Sumar señalan a On Economia que solo concebían elevar el gasóleo “algo que no nos gusta” dentro de una reforma fiscal amplia donde se mantuvieran el impuesto sobre energéticas y banca “sin recortes y donde se aceptara elevar la fiscalidad de los apartamentos turísticos y se suprimiera el régimen fiscal privilegiado de las Socimis”. Al quedar fuera el impuesto a las energéticas, Sumar a orillado de la propuesta conjunta la subida al gasóleo.

Algo que queda patente en el texto acordado sobre “el paquete fiscal” por los socios del gobierno progresista que nada dice del impuesto de hidrocarburos ni hace referencia al impuesto a las energéticas. Al respecto, el acuerdo se le limita a decir  el compromiso de “mantener el impuesto a la banca”, pero ni palabra sobre “retirar el impuesto a las energéticas”. Lo que deja las manos libres a Sumar primero, para defender su propia enmienda sobre la continuidad de las energéticas, y segundo, para no apoyar la propuesta de subida al diésel.

Enmienda de Sumar

Ahora bien, entre las enmiendas presentadas por Sumar una -la 128- defiende la subida al diésel. No obstante, las fuentes de esta organización aclaran que, dado que “el contexto ha cambiado, esa enmienda nuestra ya no tiene valor”. Si finalmente, Sumar y PSOE no llegan a un acuerdo sobre la reforma al diésel, la propuesta socialista quedará en la cuneta si no cuenta con los 27 votos de su socio de gobierno.

La enmienda del PSOE, como la de Sumar (ya sin valor), coinciden en equiparar el impuesto de hidrocarburos que se aplica al diésel al de la gasolina. Actualmente, cada litro de diésel esta gravado con 0,307 euros por litro, o 30,7 céntimos si se prefiere. La gasolina sin plomo de 95 paga 0,4007 euros por litro, o 40,1 céntimos, precio al que se subiría el gasóleo en el hipotético caso de que la propuesta socialistas saliese adelante en el Congreso.

La medida ha generado un gran revuelo en los colectivos profesionales que tienen subvencionado el diésel, aunque sin mucha justificación, pues la enmienda del PSOE aclara que “dicha medida no afecta al gasóleo de uso profesional y al gasóleo bonificado no sufre variación alguna al objeto de mantener la competitividad de los sectores intensivos en su consumo”.

La patronal de los fabricantes de vehículos, Anfac, ha cuantificado -en función del consumo de diésel de 2023, en 2.900 millones de euros el impacto de la hipotética subida de la tributación del diésel. Sin embargo fuentes del gobierno de coalición hablan de algo menos de 1.500 millones. Por su parte, la Agencia Tributaria señala a On Economía que el pasado año, 6.800 millones de litros estuvieron bonificados, con una devolución de 0,049 euros (4,9 céntimos por litro), con un coste de 336 millones de euros para Hacienda. A ellos hay que sumar el gasóleo de uso profesional, que se quedaría fuera de la medida. De ahí, que el incremento de la recaudación se reduzca a la mitad, respecto al cálculo de Anfac.

Cesiones del PSOE

A cambio de consensuar un “paquete fiscal” común de los socios del gobierno, el ala socialista ha cedido en_

Socimis. Ha permitido la supresión del régimen fiscal de las sociedades anónimas cotizadas de inversiones en el mercado inmobiliario, cuando el PSOE se ha limitado, en su enmienda, en “revisar la fiscalidad” de estas sociedades.

Apartamentos turísticos. Subir el 21% del IVA.

Impuesto al lujo. La creación de un nuevo impuestos a bienes suntuarios (jets, yates privados, coches de lujo…).

Seguros privados de salud. Eliminar la exención a las primas de seguros privados sanitarios.

Renta contribuyentes con más de 300.000 euros de ingresos. El PSOE proponía elevar la tributación de los intereses del ahorro del 18% al 19% y Sumar hasta el 20%. Finalmente, el acuerdo fiscal acepta los dos puntos de aumento.