Una de las formas de evaluar el impacto de las subidas de tipos en la economía de las familias es la morosidad. Si los intereses de los préstamos, especialmente de las hipotecas, son tan elevados que los consumidores no pueden afrontarlos, la morosidad subirá y es un mal signo para la economía, puesto que si los ciudadanos no pueden pagar sus deudas la salud financiera empeora. Pues bien, pese a las constantes subidas de tipos aprobadas en el último año por el Banco Central Europeo (BCE), la morosidad de créditos en España sigue en su tasa más baja desde diciembre de 2008, en un 3,5%.
Los préstamos morosos se redujeron en 399 millones solo en julio, hasta los 41.774 millones, si bien la morosidad del sector no cayó porque la cartera crediticia se contrajo hasta 1,194 billones de euros, por debajo de los 1,205 billones de febrero. En comparación con julio de 2022, la morosidad del crédito ha pasado del 3,85 % de entonces al 3,50 % de julio de 2023 y el saldo de dudosos ha mermado más de 5.660 millones.
Además del dato total del sector, el Banco de España publica cada mes la morosidad agregada de bancos, cajas y cooperativas (cajas rurales), por un lado, y, por otro, la de las financieras de consumo. La morosidad de bancos, cajas y cooperativas se mantuvo igualmente sin cambios en julio, en el 3,39 %, con lo que permaneció en mínimos desde diciembre de 2018 a pesar de que el saldo de impagados siguió reduciéndose, hasta los 38.733 millones.
Sin embargo, en las financieras de consumo, la ratio de morosidad subió al 6,43 %, desde el 6,33 % de junio, con un volumen de dudosos de 2.861 millones, 2 millones más que el mes anterior, y una cartera crediticia que bajo hasta los 44.509 millones.
Crece levemente la morosidad hipotecaria
La morosidad de los créditos concedidos para la compra o rehabilitación de una vivienda, por su parte, subió al 2,49 % al cierre de la primera mitad de este año, desde el 2,38 % de finales de marzo, previsiblemente por el impacto de la subida del euríbor y la revisión al alza de los préstamos variables.
Según los datos publicados este lunes por el Banco de España, que son trimestrales, la morosidad hipotecaria ha ido aumentando a lo largo del año, ya que pasó del 2,37 % de finales de 2022 al 2,38 % de marzo y ahora al 2,49 %. En un contexto de elevada inflación, la morosidad específica del crédito bancario para el consumo pasó del 4,35 % de finales de marzo al 4,38 % de junio.
En el caso de la morosidad de los créditos concedidos al sector promotor e inmobiliario subió en el segundo trimestre del año y se situó en el 3,45 % al cierre de junio, frente al 3,44 % de marzo.
El BdE defiende los tipos altos
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha evaluado este lunes las subidas de tipos y considera que la política fiscal para 2024 debería ser "bastante restrictiva" en toda la zona del euro y cree que, a medida que bajan los precios de la energía, los gobiernos deben reducir sus medidas de apoyo.
Según Hernández de Cos, el nivel actual de los tipos de interés oficiales del BCE, mantenidos durante un período suficientemente largo, serían en general coherentes con alcanzar el objetivo de inflación del 2% a medio plazo. "Si mantenemos los tipos a estos niveles durante un tiempo suficiente, hay muchas posibilidades de que podamos alcanzar nuestro objetivo del 2% en un plazo razonable", ha asegurado el gobernador del Banco de España.
Pese a esto, Hernández de Cos ha advertido de que estas afirmaciones se hacen sobre la base de la información actual, señalando que el nivel de incertidumbre sobre la evolución futura de la de la economía sigue siendo elevado y está sujeto a riesgos geopolíticos, cuyo curso es difícil de prever. De Cos ha asegurado que las decisiones futuras garantizarán que los tipos de interés oficiales del BCE se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario.
"Este enfoque es especialmente importante para evitar tanto un endurecimiento insuficiente que impediría la consecución de nuestro objetivo de inflación, y un endurecimiento excesivo, que dañaría innecesariamente la actividad económica y el empleo", ha defendido.
"A medida que bajan los precios de la energía, los gobiernos deben reducir sus medidas de apoyo energético", ha reiterado el gobernador durante su participación en la 15ª reunión anual del International Forum of Sovereign Wealth Funds (IFSWF), organizada por Cofides.
En todo caso, Hernández de Cos ha sugerido que si una nueva crisis energética hiciera necesarias nuevas medidas de apoyo fiscal, estas deberían ser "mucho más selectivas". Además, considera que las autoridades también deben emprender reformas estructurales para reforzar el lado de la oferta. "Esto es esencial para evitar presiones adicionales sobre los precios, que de otro modo requerirían una respuesta aún más enérgica de la política monetaria", ha recalcado el gobernador durante su discurso.