La inflación, que empezó a subir el verano de 2021 y se disparó en febrero de 2022 a raíz de la invasión rusa de Ucrania, dejó tocado el poder adquisitivo de las familias. En el 2023 se recuperó parcialmente, y en Catalunya más que en el conjunto del Estado, ya que los salarios subieron más. Esta es una de las conclusiones que se desprende del Informe Anual de la Economía Catalana 2023, presentado este miércoles por Pere Aragonès y Natàlia Mas.
La conclusión con respecto a los salarios es que, por fin, el año pasado los catalanes recuperaron poder de compra. No obstante, la mejora no fue suficiente como para paliar totalmente la pérdida de 2022. No existe un solo indicador 100% fiable de la evolución de los salarios, sino que hay varios, pero el análisis conjunto de todos ellos lleva a la consellera de Economia a afirmar que "los salarios recuperan poder adquisitivo y compensan parte del retroceso de 2022".
El IPC subió un 3,4% el año pasado en Catalunya, exactamente el mismo porcentaje en que aumentaron los salarios pactados por convenio, tres décimas más que en 2022. No obstante, esta cifra no es especialmente significativa, ya que solo tiene en cuenta los sueldos recogidos en convenio y la mayoría no lo están. Además, si hay pluses, mejoras de categoría o acumulación de antigüedades, tampoco lo agrega, es solo un acuerdo marco.
Por eso, el Govern recoge otras métricas, como el coste salarial por trabajador y mes, el más aproximado porque es gasto real de las empresas y excluye las cotizaciones sociales a cargo del empleador, que han subido más que los sueldos y distorsionarían el resultado. El coste salarial se incrementó el año pasado un 5%. Curiosamente, seis décimas menos que en 2022, pero a pesar de ser un incremento menor, como la inflación cayó del 8% al 3,4%, supuso recuperar poder adquisitivo.
No obstante, si miramos los últimos dos años, la mejora del coste salarial, del 10,9%, no llega al nivel de la inflación acumulada, del 11,7%, lo que indica que los trabajadores todavía no han recuperado el poder de compra del que disponían en 2021, ya que la pérdida de 2022 fue muy importante.
Los sueldos mejoran más en Catalunya que en el conjunto del Estado
Si lo comparamos con el conjunto del Estado, la conclusión es que los sueldos mejoran más en Catalunya, mientras que el IPC ha estado un poco por debajo; por lo tanto, el poder adquisitivo de los asalariados españoles está sufriendo más. En el Estado, mientras los salarios pactados por convenio crecieron un 3,7%, más que en Catalunya, el coste salarial por trabajador y mes subió un 4,8%, dos décimas menos. La inflación se situó en el 3,5%, con lo cual sí que se recuperó poder adquisitivo, pero en los dos últimos años, la subida de los sueldos (9,6%) está todavía lejos de la de los precios (12,2%).
El Govern ha destacado que "la negociación colectiva ha sido un factor de moderación del crecimiento salarial", ya que los sueldos pactados entre sindicatos y patronales en los convenios se han situado en los dos últimos años por debajo o justo al nivel de la inflación. Sin embargo, los de nueva firma recogían una media más alta que las plurianuales firmadas con anterioridad (4,5%), a causa precisamente de la inflación.
Los convenios se suelen basar en circunstancias presentes o pasadas –por ejemplo, en 2023 se pactaron salarios más altos a pesar de bajar la inflación, porque se fijaban en lo que había pasado el año anterior e intentaban reducir la pérdida de poder adquisitivo sufrida– y, como son plurianuales, impactan en un futuro en el que las circunstancias pueden cambiar. Por eso sus variaciones no recogen todas las fluctuaciones de los precios, y menos cuando son tan bruscas como en los últimos años.
La subida del SMI reduce la desigualdad salarial
El Informe Anual de la Economía Catalana también destaca la reducción de la desigualdad "después de un largo periodo de grandes diferencias", y que los sueldos más bajos "recuperan el poder adquisitivo de la anterior crisis financiera". La principal causa de eso, sin embargo, no tiene que ver con la evolución de la economía ni con el modelo productivo, sino con las subidas del salario mínimo interprofesional (SMI) llevadas a cabo por el Gobierno –impulsadas por Yolanda Díaz- los últimos años: desde 2018, ha subido un 54%, hasta los 1.134 euros al mes.
"El crecimiento de los salarios bajos en el periodo 2014-2020 no había conseguido revertir los efectos de la crisis financiera. No fue hasta 2022, gracias a un fuerte incremento del salario nominal (14,9%), cuando se superaron por primera vez los valores de 2007 en términos reales", recoge el informe. Al mismo tiempo, los sueldos más altos, que eran los que más poder adquisitivo estaban ganando, incrementando la desigualdad, se han moderado los dos últimos años.