Sumar quiere obligar a la banca a revisar miles de hipotecas variables concedidas antes del año 2011 para que ofrezcan voluntariamente a sus clientes la opción de renegociar el préstamo, ya que "en la mayoría de los casos" no quedó claro cómo se calculaban los intereses y se amortizaba la cantidad solicitada. El grupo parlamentario ha presentado este martes en el Congreso de los Diputados una proposición de ley que, de salir adelante, exigiría a los bancos pasar una especie de "ITV" en la que las propias entidades revisarían las hipotecas variables firmadas antes de 2011 por falta de transparencia sobre la amortización.

Sumar aspira a que todas las hipotecas pasen un "chequeo" y que sean los propios bancos los que se pongan en contacto con los clientes avisando de las irregularidades para buscar cómo arreglarlo, según ha explicado en rueda de prensa el diputado Fèlix Alonso. Cuando se firma una hipoteca, entre las cuestiones más importantes están el plazo de devolución del préstamo y el importe al que ascienden las cuotas y los intereses. Sin embargo, en algunas escrituras no quedó claro cómo se calculan los intereses y cómo se amortiza el capital. Un informe encargado por el Gobierno balear al matemático Guillem Bou llegó a la conclusión de que muchas de las hipotecas firmadas en el pasado no recogían claramente la fórmula con la que el banco calculaba la cuota a pagar.

Hipoteca redal

Se trataría entonces de una hipoteca redal, bautizada así por el acrónimo de la expresión en latín redito ad libitum, es decir, que se podría devolver libremente o a voluntad del cliente al no existir una fórmula claramente pactada sobre el pago de intereses o capital. En estos casos, algunos jueces han interpretado que el consumidor no estaría atado a un modo concreto de amortización, sino que la podría hacer a su conveniencia.

Para el diputado Fèlix Alonso, ante una hipoteca de este tipo bastaría con que el cliente pagase "los intereses más un euro" de capital, lo que permitiría reducir la cuota mensual, evitar el embargo de la propiedad, el desahucio o perder la vivienda. En su opinión, el grueso de las hipotecas variables firmadas en España antes de 2011 son "en realidad, una póliza de crédito", en la que se recoge que se pagarán unos intereses por el dinero recibido que tendría que ser devuelto al final del contrato. Es decir, según su interpretación, bastaría con pagar "los intereses y lo que se pueda", lo que estaría convirtiendo la hipoteca en una especie de alquiler de larga duración.

Sumar confía en que su proposición de ley salga adelante y cuente con el apoyo de su socio de Gobierno y defiende que podría ser una oportunidad para que la banca corrija sus errores y mejore su reputación. Si no lo hacen, advierte, tendrá que ser un juez quien decida.