¿Tarjeta o efectivo? La pregunta es sencilla, pero la respuesta puede dar pie a matices no tan obvios. Como, por ejemplo, la tarjeta prepago o tarjeta monedero, una modalidad cada vez más utilizada que puede ser realmente útil en vacaciones. ¿Qué son exactamente? Un tipo de tarjeta que recargas y que te permite gastar -en persona o por internet- tan solo hasta el límite que hayas recargado previamente. Existe también una opción virtual, que te sirve para las compras online y que si la vinculas a una plataforma de pago móvil, también te puede servir en comercios tradicionales desde tu teléfono.
Entre las principales ventajas apuntadas por un artículo reciente del blog dedicado a clientes del Banco de España, está el hecho de proteger tu dinero en las compras online, ya que puedes recargarte la tarjeta con el importe que necesites para la compra y, además, en caso de extravío o uso fraudulento la pérdida a la que te expones está limitada a la recarga que hayas realizado.
Disponen, además, de una autenticación reforzada, que se consolida mediante la confirmación de la compra introduciendo un código vía SMS.
El hecho de tener que recargarla periódicamente ayuda sin duda a tener un mayor control de gastos y es un antídoto muy eficaz contra las compras compulsivas. Si sales con 200 euros para comprar ropa en la tarjeta, una vez los hayas consumido, no habrá opción de que gastes más, a no ser que lleves contigo efectivo u otra tarjeta, claro.
A diferencia de las tarjetas de crédito, las tarjetas monedero no necesitan estar vinculadas a una cuenta corriente.
En unas vacaciones, es habitual contar con un presupuesto y que después se te dispare. A veces calculas de manera más o menos certera lo que gastarás en comida y transporte, pero no contabas con esa cantidad de souvenirs artesanales tan bonitos o con que el cansancio te impediría caminar a ciertas horas, de forma que acabes optando por un taxi con el que no contabas. Con una tarjeta monedero, si cuentas con un presupuesto predeterminado para unas vacaciones vas a tener que cumplirlo y eso puede ahorrar, además de dinero, muchos sustos.
Algunas limitaciones
Eso sí, no todo son ventajas y hay que tener en cuenta ciertas limitaciones de estas tarjetas prepago o monedero. La primera de ellas es que algunas empresas, incluidas de alquiler de coches o de hoteles, pueden no aceptarlas como medio de pago. Por eso mismo, puede que no puedas pagar ciertas suscripciones con estas tarjetas.
En el extranjero, al no tener acceso a la red de oficinas y cajeros del banco, hay que asegurarse de llevarlas recargadas o de que sea posible hacerlo online. Y, por último, es importante informarse de las comisiones aplicables a estas tarjetas, ya que algunas estipulan una cantidad fija por cada recarga.
No todas las entidades de pago proceden de bancos y muchas no tienen licencia bancaria, lo cual podría suponer cierto riesgo al no estar tu dinero asegurado por un fondo de garantías de depósitos. O sea, que si la entidad asociada cae en bancarrota podrías perder tu dinero.
Las tarjetas prepago están consideradas dinero electrónico y en algunos países en vías de desarrollo se hacen pagos de salarios por esta vía para fomentar la inclusión financiera. El dinero asociado a tu tarjeta se conoce como monedero electrónico y la cuenta online es conocida como bankless acount. Son transacciones para las que las empresas no necesitan de los bancos para operar.