El 38,1% de las personas de entre 55 y 64 años ni estudian ni trabajan, los llamados ninis, un porcentaje que supera en más del doble al de los jóvenes de 25 a 34 años (16,1%) y que se dispara al 90,4% en el caso de las personas de entre 65 y 74 años, coincidiendo con la llegada de la jubilación.

Según un informe de la Fundación BBVA y el Ivie, la tasa de actividad de los mayores se ve frenada por unas pensiones “relativamente generosas” respecto al salario, con una pensión mediana próxima al 80% del salario mediano de los mayores en España, frente a menos del 60% para la media europea, así como por el “todavía escaso recurso” al empleo parcial (11,6% del empleo de los mayores en España, frente al 23,9% europeo).

El estudio apunta que la situación laboral es más favorable para los mayores que para los jóvenes con el mismo nivel de estudios. Así, el 90% de los mayores ocupados con formación universitaria tiene empleo indefinido, 20 puntos más que los mayores ocupados solo con educación primaria.

A igual nivel de estudios, el salario de los mayores es un 11,9% más elevado que el de los trabajadores de 25 a 54 años, y la diferencia crece hasta el 25% para aquellos que cuentan con titulaciones superiores. Sin embargo, el informe también advierte de las dificultades que pueden encontrar las personas que pierden su trabajo en la recta final de su vida laboral y tienen que volver a incorporarse al mercado laboral. Los mayores de 55 años concentran el 45% de los casos de paro de muy larga duración (superior a dos años).

Además, los autores avisan de que cuando consiguen nuevos empleos, estos son de menor calidad que los de los mayores que han mantenido su empleo y peores también que los de los jóvenes que se acaban de incorporar al mercado de trabajo.

Las personas de 55 y más años representan el 34,6% de la población española, porcentaje que se elevará hasta el 43,3% en 2070. A su vez, la esperanza de vida se ha incrementado en 9,6 años desde la década de los 70 del siglo pasado hasta situarse en los 83,2 años de edad.

El estudio pone de manifiesto que los mayores más formados participan más en el mercado laboral, son más empleables y productivos, encuentran más fácilmente un puesto de trabajo y su empleo es de más calidad, está más ajustado a su formación y conlleva un mejor salario. Además, gozan de un mejor estado de salud, se caracterizan por una mayor participación cultural y política, aprovechan más y mejor la tecnología, se sienten menos solos e interactúan más con amigos y familiares. “En definitiva, se sienten más felices”, rezan los autores del informe

Rentas más elevadas

Paralelamente, el informe destaca que las personas mayores disfrutan de rentas más elevadas, están menos expuestas al riesgo de pobreza o exclusión social, se enfrentan a menos carencias económicas y poseen más riqueza neta y mayor seguridad económica respecto a posibles eventualidades adversas.

En este sentido, el estudio revela que la renta mediana de las personas mayores de 65 años (teniendo en cuenta el nivel de precios de cada país) es un 6,4% más alta en España que en el conjunto de la UE, porcentaje que se eleva hasta el 26% en el caso de los mayores con estudios medios y al 18% para los que cuentan con formación superior. Sin embargo, en el caso de los menores de esa edad ocurre lo contrario: la renta española mediana es, a igualdad de nivel educativo, un 7,3% más baja que la de la UE-27.

El estudio, dirigido por los investigadores del Ivie Lorenzo Serrano y Ángel Soler, con el apoyo de las economistas del Instituto Laura Hernández, Jimena Salamanca e Irene Zaera, encuentra en España mejores condiciones económicas en el colectivo de mayores que, de media, en el resto de la población.

Así, los hogares de mayores son los que cuentan con más riqueza neta. En concreto, mientras que en los hogares que tienen como cabeza de familia a una persona de 35 a 44 años muestran una riqueza neta de 76.000 euros, esta va aumentando progresivamente con la edad, hasta alcanzar un máximo de 226.000 euros para el grupo de 65 a 74 años, manteniéndose en niveles próximos (221.000 euros) en el caso de los mayores de 75 años.

El informe apunta, además, que el 30,5% de los mayores de 65 años tiene rentas al menos un 30% superiores a la mediana, y que mientras que el 23,2% del grupo de personas de entre 18 y 64 años tiene dificultades para llegar a final de mes, en el caso de los mayores de 65 este porcentaje se reduce al 15,9%.

El nivel educativo es el factor principal que incide en la desigualdad que se aprecia en las condiciones de vida dentro del grupo de mayores, según las conclusiones del estudio. La renta mediana de los mayores de 65 años crece con fuerza con la formación, pasando de los 16.807 euros de los que solo tienen estudios básicos, a 23.134 euros (un 37,6% más) en los que tienen estudios medios, y hasta 30.864 euros (un 83,6% más) en los que cuentan con formación superior.

El análisis estima que las mejoras previstas en la formación de los mayores pueden derivar en 2055 en una reducción de la población con problemas de movilidad de más de 1,4 millones de personas y en más de 1,1 millones en el caso de las que sufren dificultades para el cuidado personal respecto a un escenario sin cambios en los niveles de formación de los mayores.