Casi 4 de cada 10 puestos de trabajo creados a lo largo de 2024 tenían una duración inferior a las 40 horas semanales marcadas por la ley, según la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE). A 31 de diciembre de 2024 había en España 21,86 millones de ocupados, 468.200 más que el mismo día del año anterior. Pues bien, de estos nuevos empleos, 177.400 tenían una jornada a tiempo parcial, lo que supone el 37,9% del total del empleo generado. El porcentaje más alto, con mucha diferencia, de los últimos años.
Si obviamos el irreverente 2020, completamente distorsionado por el confinamiento, en 2018, de los 566.200 empleos generados, el 15,8% fueron a tiempo parcial, y en 2022, el 15,6%. En ambos casos, muy alejado del 37,9% del pasado año. Se rompe, así, una corrección que se venía apreciando desde la reforma laboral.
De 2016 a 2019, en el periodo precovid -y, por tanto, antes de la reforma laboral, el tiempo parcial tenía un peso del 14,8% de media en el periodo sobre el total de ocupados en España, aunque con una senda descendente desde el 15,5% de 2016 al 14,5% de 2019. Pero tras la pandemia, se colocó por debajo del 14%, en el 13,6% en 2021 y 2022 y el 13,5% en 2023. Una racha que se ha cortado abruptamente el pasado año, cuando el tiempo parcial se elevó al 14% del total de ocupados empujado por la gran cantidad de nuevos empleos con este tipo de jornada.
Empleo precario
El martes, cuando se conoció la EPA del conjunto de 2028, las interpretaciones empezaron a diferenciarse entre el Gobierno de coalición y los sindicatos. La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, incidió en que el empleo que se está creando es de “calidad” por el fuerte peso de los contratos a tiempo parcial. Los sindicatos matizaron el optimismo y, aunque celebraron el descenso del paro, advirtieron de la “precariedad del empleo creado”.
UGT incidió en que el 44,6% de trabajadores a tiempo parcial, algo más de 1,36 millones de personas, según la EPA, trabajan en esta modalidad de jornada porque no ha podido encontrar un empleo de 40 horas semanales. Según el sindicato, es una de "las causas principales de pobreza laboral". El sindicato USO también ha alertado del incremento de empleos a tiempo parcial, lo que supone "una tendencia a la precarización" que no se paliará mientras no se tomen "medidas valientes y estructurales".
Y es que el salto cualitativo que ha dado el empleo a tiempo parcial ha sido brutal el pasado año. Si nos concentramos en el empleo asalariado (descontando los nuevos ocupados que han optado por un trabajo de autónomos), del los 455.500 empleos generados por empleadores -públicos y privados- 183.700 han sido con contratos a tiempo parcial, el 40,3% del total, por 271.800 puestos para un tajo de 40 horas a la semana. Una cifra completamente inédita en los últimos 8 años, con las cifras más altas rondando el 14%.
Temporal y parcial
Y, como a perro flaco, todo son pulgas, el tiempo parcial está ligado al empleo temporal. La EPA, como los datos de afiliación de la Seguridad Social, confirman estadística a estadística que la temporalidad sigue descendiendo hasta colocarse en niveles similares, incluso por debajo de la media europea, si nos fijamos en el empleo privado, pues los índices de temporalidad de la administración duplican los del sector privado.
Volviendo a la creación de empleo asalariado (descontando el de cuenta ajena), como queda dicho, fue de 455.500 empleos nuevos, cifra que se obtiene de la generación de 589.400 nuevos empleos con contrato indefinido y la desaparición de 134.000 contratos temporales. A finales del pasado año, con los datos de la estadística del INE, de los 18,59 millones de empleados asalariados, 15,71 millones estaban bajo la modalidad indefinida (85% del total), cuando antes de la reforma laboral, los indefinidos suponían el 75%, diez puntos menos.
No obstante, aunque el año pasado el empleo temporal ha continuado descendiendo -en esos 134.000- lo ha hecho con dos peculiaridades preocupantes: la primera, que el ritmo se está reduciendo, lo que hace pensar que hay una bolsa de empleo temporal que se mantendrá estable en el entorno de los 2,5 millones de asalariados; y la segunda, que por primera vez desde la reforma laboral, los empleos temporales a tiempo parcial han crecido. De aquí que al perro flaco, todo sean pulgas. Cierto que el incremento ha sido nimio -5.400 ocupados más-, pero en 2023 descendieron en 32.000 y el anterior en 273.500. Y no son pocos: en España hay 798.500 personas con un trabajo temporal y a tiempo parcial, lo que arroja un salario anual bajo, posiblemente por debajo del SMI. De hecho, un alto porcentaje de personas amparadas por el salario mínimo interprofesional cobran por debajo del SMI, pues aunque están acogidos a los convenios amparados por el SMI, tienen jornadas por debajo de las 40 horas.