Todo aquello que lleve aceite de oliva sufre las consecuencias de la subida de precios. La cesta de la compra también se resiente en otros productos derivados de este oro amarillo, sin el cual resulta imposible seguir produciendo otros. El terreno de las conservas se lo come todo, pero también hay otros afectados. A modo de ejemplo, los productos de confitería han subido un 18,2% en el acumulado anual. Dulces como las tortitas, los mantecados o frutas confitadas necesitan aceite de oliva.
Purés para pequeños
El terreno de las salsas y los condimentos incorpora en sus procesos el aceite y, por eso, el aumento anual también es uno de los más altos, hasta el 15,4%. Lo mismo pasa con las frutas en conserva que se alzan hasta el 15,1% o las legumbres en conserva que llegan al 12,4%. Y, en algunos casos, las subidas todavía son más pronunciadas como un tarro de habitas baby en aceite de oliva, que, actualmente, por 300 gramos podemos llegar a pagar 9.50 euros. Y lo mismo pasa con las alcachofas en conserva, de los 7,50 hasta prácticamente alcanzar los 30 euros por un producto que tampoco es extra premium, como la marca Gutarra que se oferta por 29,70 euros.
Queso manchego
Pero hay otros, que, además, suman otras problemáticas o características más marcadas. Alimentar a un bebé también es más caro y todos los purés se incrementan un 12,6% donde también el aceite es un fuerte protagonista de sus preparados. Las patatas chips, a pesar de hacerse con girasol, también hay que están elaboradas con aceite de oliva y se han resentido con un incremento del 11,2% anual. Y, el queso también ha vivido una tormenta perfecta: la crisis de los lácticos y la del aceite a la vez. La leche ha subido un 15,1% y el aceite de oliva un 52,5%. De este cóctel explosivo sale que el queso ha sufrido un incremento del IPC del 10,8%.
Un porcentaje que se puede doblar en quesos como los de oveja curados o el clásico manchego. Por una parte, la cotización de la leche de oveja destinada a la elaboración de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Queso Manchego tiene actualmente un precio de 15,93 euros. Esta cantidad, además de suponer un hito histórico en la cotización de la leche de oveja en España, también es un 43,2% superior. Además, tenemos que sumar, más allá de la leche y el aceite, una crisis desde el mes de febrero pasado marcada por los problemas derivados de la viruela ovina. El virus no se transmite al ser humano, pero sí entre animales. Por este motivo, el protocolo indica que con una sola oveja contagiada, se tendrá que sacrificar todo el ganado. En Huesca, donde se detectó el primer brote, se sacrificaron cerca de 20.000 ovejas. Por todo ello, un queso manchego no baja de los 37 euros y, por término medio, se sitúa perfectamente en los 70 la pieza entera.
Las conservas
Si abrimos la lata, metafóricamente y de forma práctica, de las conservas de pescado, los precios están por las nubes: desde el atún, pasando por los berberechos o las mismas anchoas. El sector de las conservas se ha convertido en un daño colateral del aumento del precio del aceite de oliva. España es la segunda potencia mundial del sector y exporta más de la mitad de la producción. En un año, las conservas han subido un 15%.
El ritmo parece no tener tregua, ya que España produce al año 300.000 toneladas de conserva de pescado y marisco, y el 50% llevan aceite de oliva. El consumo ya ha caído un 10% y los productores estudian otras fórmulas, como nuevas formas de presentación o tamaños. Todos los productos registraron un descenso en volumen, a excepción de las conservas de caballa y de almeja el pasado 2022. A pesar de caer un 7%, la conserva de atún sigue siendo el principal producto producido, representando casi el 70% del total de la producción española de conservas de pescado y su valor aumentó un 9%. A pesar de las nuevas alternativas que se busquen, es un sector mucho afectado ya que el producto, es decir, el pescado se pesca cada temporada y depende también de esta primera fase para poder poner en marcha la segunda, la de la conserva.
En paralelo, se suman otros problemas más específicos. En Galicia lamentan que la temporada de berberechos es mala y se está recogiendo muy poca. Por eso, sin el aceite por el medio, su precio de lonja en Vigo ya llega a los 20 euros por kilo.
Anchoas y turrón
Las anchoas también lo sufren. El litro ha subido más de un 400% para las fábricas conserveras de Cantabria, que compran 20.000 litros para elaborar la anchoa del Cantábrico. Los empresarios están pagando 10 euros por litro, cinco veces más que hace un año, y no descartan buscar alternativas en los refinados especiales para la industria. Pero la realidad todavía es más compleja. Los productores cantábricos producen con aceite de oliva un 70% de sus productos y con girasol, un 30%. Hay que recordar que la guerra de Ucrania ya fue una vez dura en este último aceite y, por lo tanto, están encadenando dos crisis sucesivas en masa poco tiempo.
Para acabar, el turrón. La guerra de Ucrania ya impactó en su precio y la sequía y la escasez de frutos como la almendra o la avellana también acentúan los problemas que arrastra desde hace dos años. Ahora, la incógnita será qué afectación tiene el aceite de oliva ya que son productos que, ahora mismo, están en plena producción. Las barras de marcas no prémium ya rozan los diez euros, con 9,90 por término medio. Encontrar a menos de 7 euros es toda una quimera.