El Consejo de Ministros da hoy el visto bueno a la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) a 1.080 euros por 14 pagas (15.120 euros al año) que el Gobierno acordó hace unas semanas con los sindicatos y la oposición de la CEOE. Y lo hace con carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2023. Por tanto, la nómina de febrero de aquellos trabajadores que actualmente ganen menos de 15.120 euros brutos al año subirá hasta un 8%, pero además se incrementará con una “paguilla” por los atrasos de enero.
En dinero, el incremento variará dependiendo de qué salario se cobre en estos momentos. Así, aquellos asalariados que ya cobraban el SMI (1.000 euros mensuales) recibirán este mes 1.160 euros (80 euros por la subida de febrero y otros 80 por el atraso de enero). Y ya en marzo y en los meses siguientes, 1.080 euros. Aunque no hay datos exactos de cuántos trabajadores están en esa situación, se calcula que en estos momentos hay unos 2 millones de asalariados (el 12% del total de ocupados con los datos de afiliación del pasado enero).
Sin embargo, también tendrán subidas otros muchos empleados que, aunque hoy están por encima del SMI, su salario está por debajo de los 1.080 euros mensuales (15.120 euros al año). Según los distintos cálculos, se cifra entre 300.000 y 500.000 personas el número de asalariados que pasarán a cobrar este año el SMI, entre 2,3 y 2,5 millones de euros. Las subidas en estos casos variarán en función de dos variables.
En primero lugar, del salario del que parten. Así, una persona que esté ganado 1.040 euros al mes por 14 pagas (14.560) tendrá un incremento de 40 euros brutos al mes, incluyendo las dos pagas extra, lo que supone un incremento del 4%. En este ejemplo, en febrero deberá recibir 40 euros más por la subida más otros 40 euros por la "paguilla" de atrasos. Lógicamente, mientras su salario actual se acerque más a los 1.080 euros establecidos por el salario mínimo interprofesional para 2023, menor será su subida. En segundo lugar, si estos trabajadores han tenido ya una subida salarial este año, se descontará del incremento generado por el nuevo SMI. Es decir, si en diciembre ganaba 1.020 euros y les han subido, pongamos, un 3% (hasta 1.056 euros), su aumento por el SMI será tan solo de la diferencia hasta 1.080 euros (24 euros).
Efecto neutro en el IRPF
Para evitar que una parte del aumento salarial se lo coma el impuesto de la renta, el Gobierno equipará el mínimo exento a partir del cual no se debe pagar el IRPF al SMI. Así, en 2022 se estaba obligado a tributar a Hacienda si se obtenían rentas superiores a los 14.000 euros (anterior SMI), límite que los Presupuestos Generales del Estado ha elevado para este año a 15.000 euros.
No obstante, el incremento de la nómina implica una mayor cuota a la Seguridad Social. Un trabajador está obligado a abonar el 4,7% de sus ingresos brutos por contingencias comunes que sirven para su futura pensión o para cobrar prestaciones por incapacidades temporales o permanentes. Además, aporta un 1,55% para cubrir posibles periodos de desempleo, un 0,1% para su formación y se ha añadido este año un 0,1% para el MEI, un fondo que se ha creado para sanear la Seguridad Social. En total, un 6,4%. En dinero, para los que ya estaban en el SMI y cobraban 14.000 euros, les supondrá 78 euros más al año, 5,6 euros más al mes. Para el resto, la subida de sus cuotas estará en proporción a su incremento salarial.
Brecha salarial
El salario mínimo interprofesional es considerado por los Estados, los organismos públicos económicos (BCE, FMI, OCDE, OIT) y los académicos como la principal herramienta que tienen los gobiernos para combatir la pobreza y reducir la brecha salarial de los trabajadores con menores salarios. En un informe realizado recientemente por CCOO, el incremento de más de un 47% del SMI en cinco años ha ayudado a reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres en seis puntos, desde un 26% de 2018 a un 21% en 2021.
Porque el SMI tiene un fuerte sesgo de género y de edad ya que las mujeres y los más jóvenes suelen cobrarlo con más frecuencia. Por tanto, el SMI sirve, además, para atajar las debilidades salariales de los colectivos más vulnerables.
Aumentan los ingresos
El Gobierno calcula que la subida del SMI tendrá un efecto beneficioso para las arcas públicas, pues sumará 568,32 millones de euros a los ingresos por cuotas de la Seguridad Social, según las proyecciones recogidas en el análisis de impacto de la norma que se ha aprobado hoy.
El PSOE y Unidas Podemos se comprometieron a colocar el SMI en el equivalente al 60% del salario medio de los españoles en esta legislatura, tal y como recomienda la Comisión Europea y otros organismos internacionales. Para ello, el Ministerio de Trabajo creó una Comisión de Expertos que determinase dónde está el 60% del salario medio. Sin embargo, ante la disparidad de fuentes que lo mide, los expertos han establecido una horquilla de subida para cumplir con la exigencia del 60% del salario medio que para este año iba de un mínimo de 1.046 euros y un máximo de 1.082 euros.
La subida de los 1.080 euros se ha acercado más a la demanda sindical —que iba desde los 1.100 euros solicitados por UGT al entorno de los 1.082 de CCOO— que a la petición de la CEOE que quería una subida de 1.040 euros y dejar fuera a un sector, como la agricultura, que concentra buena parte de los trabajadores de SMI.