Donald Trump habla sin tapujos, sobre todo cuando se trata de amenazar a quien cree que va en contra de sus intereses. Este jueves, el presidente de Estados Unidos ha amenazado de nuevo con aranceles, esta vez dirigiéndose directamente a las empresas, con un mensaje muy claro: "Si no fabrican su producto en Estados Unidos, simplemente tendrán que pagar un arancel, de montos variables", avisó Trump en el Foro de Davos (Suiza), en el que intervino por videoconferencia.

Aunque también ha tenido palabras amables para alguna empresa, en este caso, una española: el Banco de Santander. El inquilino, recién mudado a la Casa Blanca, ha elogiado el "fantástico trabajo" de Ana Botín al frente del Banco Santander. Botín, después de dar la “bienvenida” al anuncio de una postura antirregulatoria por parte de Trump, preguntó al presidente cuándo se pondrá en marcha esas medidas. Y el presidente contestó a la directiva española que acelerará todo lo posible las medidas para revertir el exceso regulatorio de la actividad económica impuesto en EE.UU.

Junto a la presidenta del Santander, compartían mesa, el consejero delegado de Bank of America, Brian Moynihan, y los presidentes de Blackstone, Stephen Schwarzmann, y la petrolera TotalPatrick Pouyanné, que han interpelado al presidente estadounidense. Por su parte, Botín ha felicitado a Trump por su "histórica victoria" y ha destacado que el Banco Santander está presente en Estados Unidos, uno de los mercados claves para el grupo financiero.

Acusaciones a la UE

Pero ahí se quedaron las buenas palabras. Una vez más, Trump ha vuelto a señalar a la Unión Europea, al asegurar este jueves en una mesa redonda en Davos que la Unión Europea (UE) "nos trata muy, muy injustamente" con barreras no arancelarias y que Washington va a tomar medidas, pero "siendo constructivo". 

En una intervención en remoto desde Washington, Trump aseguró que "tenemos cientos de miles de millones de dólares en déficit (comercial) con la UE y nadie está feliz con eso y vamos a hacer algo" para resolverlo.

Trump lamentó que es difícil competir en la UE para las empresas estadounidenses y no "hay razones" por las que el proceso de aprobaciones de los Estados miembros no pueda "ir más rápido". "Estoy intentando ser constructivo porque amo a Europa. Amo los países europeos, pero el proceso es muy complejo, pero tratan a los Estados Unidos de América muy injustamente con los impuestos del valor añadido y otros impuestos que imponen", añadió.

El mandatario puso como ejemplo las dificultades que tuvo con uno de sus negocios en Irlanda y mencionó casos como el de Apple, que la Comisión ha multado por abuso de posición dominante o por evitar pago de impuestos a través de Irlanda. "Le ganaron 15.000 o 16.000 millones (de dólares) a Apple. Le ganaron miles de millones a Google y creo que están detrás de Facebook por miles de millones. Tanto si les gusta como si no, estas empresas son americanas y no les deberían estar haciendo esto. Por eso tenemos grandes quejas con la UE", resumió.

Gravámenes

Trump ha reiterado su intención de imponer gravámenes a algunas importaciones de la UE para revertir lo que él considera un trato desigual a los productos estadounidenses, como en el caso de los automóviles, que tienen que competir, por ejemplo, con unos estándares de emisiones o seguridad diferentes. La UE exige más en emisiones de CO₂ y NOx así como en normas de seguridad e impone aranceles del 10% a los coches importados, mientras que EE.UU. solo un 2,5%.

Los consejeros de Google, Apple y Meta (Facebook), estuvieron presentes, en una posición privilegiada, en la investidura de Trump este lunes y no han ocultado su deseo de que la nueva administración en Washington les ayude a presionar a Bruselas para prevenir medido antimonopolio o regulaciones.