Más de 70 países, el equivalente a la mitad de la población mundial y el 60% del PIB global, celebran elecciones este año, con las presidenciales de EE. UU. en noviembre como las más determinantes tanto para Estados Unidos como para buena parte del mundo. La posibilidad de que Donald Trump vuelva a la presidencia del gigante económico, si no hay una inhabilitación sorpresa, se hace cada día más realidad, tanto por la victoria del excéntrico expresidente de pelo naranja frente a sus rivales Republicanos como por las encuestas que le darían una pequeña ventaja respecto al actual presidente, Joe Biden.
Ignacio Dolz de Espejo, director de soluciones de inversión de Mutuactivos, destaca que una de las grandes diferencias entre Biden y Trump es la política fiscal. El primero ha subido los impuestos y el segundo los bajó (aunque los dos has aumentado el gasto público). “La pregunta es si con la situación actual de la economía podría volver a hacerlo o no, y la respuesta parece ser negativa: cuando fue elegido en 2016 la deuda federal era del 75% del PIB con un déficit del 3,2% del PIB y hoy son del 5,8% y del 100%, por lo que hay poco margen”, explica. Aunque realmente, los impuestos de Trump siguen en vigor hasta 2025, cuando, por ejemplo, las rentas más altas volverían a pagar un 39,6% frente al 37% al que bajaron con Trump. Este probablemente intentaría consolidar la situación, pero eso llevaría a más déficit y deuda. Parte del gasto de Trump fue destinado a estimular la economía durante el Covid-19, pero Biden lo incrementó para asegurar el crecimiento económico y entre los dos insuflaron gasolina al motor de la inflación.
Una de las formas de limitar el importante déficit podría ser recortar los programas de inversión en infraestructuras y renovables, pero difícilmente sería capaz de cancelarlos sin deprimir la economía. Y el otro es estimular el crecimiento para qué déficit y deuda no sigan creciendo. Muchas empresas están encantadas con el apoyo de Biden a la energía renovable. “Aunque Trump ya ha dicho que lo quiere reducir, no le será fácil, porque hacerlo también afectaría a su base de votantes. Sin embargo, sí podría redirigir parte de la inversión hacia otros sectores como el inmobiliario o el de las energías fósiles”, indica Dolz de Espejo.
Trump dice que no renovará el mandato de Jerome Powell, lo que genera inquietud sobre la independencia futura de la Fed
En cuanto a la política monetaria, Trump ha expresado su intención de no renovar el mandato del presidente de la Fed, Jerome Powell, lo que ha generado inquietud entre los expertos sobre la independencia de la Reserva Federal bajo una victoria republicana. Esto podría conducir a un mayor riesgo de inflación, primas y curvas de tipos de interés más altas y pronunciadas. Además, se anticipa una mayor volatilidad del dólar frente a otras divisas hasta que se resuelvan las incógnitas electorales.
Se supone que la Reserva Federal es independiente, pero Trump podría tener la oportunidad de nombrar un presidente a su medida, aunque por ahora no ha presionado a la Fed en sus discursos. Por ejemplo, en septiembre dijo que los tipos estaban demasiado altos, pero también que la inflación es un destructor de países. En el otro bando, si la economía desacelera, la Fed podría bajar tipos facilitando a Trump argumentar que están ayudando a Biden a ganar las elecciones. Aunque se dice que la Fed no suele actuar en año electoral, en 2004 subieron los tipos con fuerza y en 2008 hicieron lo contrario. “También podría ir reemplazando a miembros del Consejo del Banco Central, y tiene candidatos de renombre con visiones pro crecimiento como Judy Shelton, Kevin Warsh o el famoso Arthur Laffer, que demostró con Reagan, que bajar impuestos aumenta la recaudación al estimular el crecimiento y reducir la economía sumergida”, explica el experto de Mutuactivos.
Algunas personas del entorno del expresidente hablan de un arancel del 60% a las importaciones de China o uno universal del 10% sobre todas las importaciones que podría hacer mucho daño a las empresas tecnológicas… que no son del ala de Trump. Además, mayores tarifas impactarían en los precios. También ha prometido un gran plan de deportaciones, que redundaría en una menor población activa y mayor presión en los salarios y los precios.
Pero creemos que el periodo 2017-2021 no es comparable al actual. Tenemos una economía en una fase más tardía del ciclo, más endeudada, con más inflación y más ajustada y unas valoraciones más elevadas. “Todo ello haría difícil que pudiese implementar medidas de gasto y pro-inflacionistas como las que hemos mencionado. Y si lo hace podría llevar a que los mercados tuviesen menos paciencia”, concluye Ignacio Dolz de Espejo.
Efecto en Europa
El resultado de las elecciones en Estados Unidos en noviembre podría tener repercusiones cruciales para Europa. El banco estadounidense Goldman Sachs señala en un reciente informe que la continuidad de la administración Biden mantendría la actual política hacia Europa, pero una administración republicana, especialmente bajo el liderazgo de Trump, probablemente generaría cambios significativos tanto en el ámbito económico como en el geopolítico. A nivel económico, la reciente ampliación del acuerdo comercial entre la UE y Estados Unidos, que eliminó temporalmente los aranceles impuestos por la era Trump sobre metales europeos, podría enfrentar tensiones económicas nuevamente después de la expiración de esta suspensión en 2025, con la entrada de la nueva administración estadounidense.
A pesar de las incertidumbres, durante su anterior mandato, Trump fue beneficioso para los inversores de Wall Street, ya que los mercados experimentaron un notable rendimiento positivo, con el índice S&P500 aumentando alrededor del 70% y el Nasdaq 100 más del 150% durante el periodo 2016-2020. En el periodo de Biden –accedió a la presidencia del 20 de enero de 2021- y, hasta la fecha, el S&P 500 ha subido un 29,6%, en tanto que el tecnológico Nasdaq ha ganado el 33,5%. En el caso de Biden, se ha enfrentado al rally de subida de tipos de su banco central que causó fuertes pérdidas en 2022.