Si en 1990 la edad media para tener un hijo en España era de 26 años, a día de hoy con esa edad todavía le faltan tres o cuatro para irse de casa. Los elevados precios de la vivienda en propiedad y de alquiler, unos salarios estancados que cada vez castigan más a los jóvenes y la precariedad laboral forman un batido perfecto para quedarse en casa de los padres y no abandonarla hasta rozar o superar los 30. Más concretamente, los jóvenes catalanes se emancipan de media a los 29,8 años y aún son algo más precoces que la media española, que está en 30,3 años, con cifras de 2022.
Españoles y catalanes tardan cuatro años más que el promedio europeo en abandonar el hogar de los progenitores, ya que la media en la UE es de 26 años, según han explicado este miércoles los autores del monográfico de la cátedra 'Vivienda y Futuro' de la Universitat Pompeu Fabra y la Asociación de Promotores y Constructores de Edificios de Catalunya (APCE).
Pese a que cada año va un poco a peor, la emancipación tardía de los españoles y catalanes es un problema que se arrastra desde hace años. Tal y como muestra el estudio, en 2010 la media de edad española de emancipación ya era de 28,4 años y una subida de un par de décimas al año casi cada año la ha llevado al escenario actual.
En la 'liga' de Grecia, Eslovaquia y Bulgaria
Tan solo Grecia, Eslovaquia, Bulgaria y Croacia tienen, entre los 27 de la Unión Europea, medias de edad de emancipación superiores a los 30 años. Mientras que los tres primeros países tienen promedios parecidos a España, Croacia es el país más tardío con más de 31 años de media de emancipación. En la otra cara de la moneda, Suecia tiene una edad media de emancipación de 21 años, 9 menos que la española. Portugal, con 28, Italia, con 30, Alemania, con 23 años de media, y Francia, también con 23, completan el entorno de España.
Las mujeres se emancipan antes que los hombres en todos los países. En España, los 31 años de los hombres y los 29,5 de media de las mujeres dan como resultado esos 30,3 de media en una comparativa de género que el estudio no aplica a Catalunya.
Lo que sí que se aprecia es una mejoría de la tasa de emancipación en los últimos años, tanto de los jóvenes de 30 a 34 años como entre los 16 y los 29. Con todo, solo un 19,25% de los jóvenes catalanes menores de 29 se ha emancipado, cifra superior al 19,25% español, mientras que un 77,2% de los mayores de 30 lo han hecho, por un 69,8% en España.
La tasa media española de emancipación entre los 18 y los 34 años es del 34%, 16 puntos menos que la media de la Unión Europea, donde el 56% de los jóvenes de esa edad han abandonado la casa de los padres. Dinamarca es el país con mayor tasa de emancipación al alcanzar el 84,5% y Croacia, con un 21,8%, la que presenta menos emancipación entre los jóvenes.
"En un entorno de salarios estancados", recuerda el estudio, se muestra una evolución ascendente de los precios de la vivienda, sobre todo desde 2014, puesto que el valor de venta en el año 2008 era mayor que el actual. Así, si en España el valor medio de transacciones inmobiliarias era de 180.000 euros en 2023, en Catalunya alcanzaba los 205.000 euros. Con subidas de precio acumuladas superiores al 25% en los últimos años, se trata de valores que ponen una gran barrera de entrada a los sueldos más bajos por el elevado ahorro que exigen para poder dar una entrada.
16 sueldos para comprar una vivienda
A los menores de 25 años, les cuesta 14,11 salarios anuales brutos comprar una vivienda, mientras que en Catalunya esa cifra se eleva hasta los 15,97. Para las edades comprendidas entre los 25 y los 34 años, el esfuerzo se reduce considerablemente hasta los 8 salarios brutos en Catalunya y 7 en España, casi la mitad.
En cuanto al alquiler, el estudio muestra una subida del 22% en 5 años al pasar de una media de 500 a 613,57 euros en 2021 en Catalunya. La subida es similar en España, de un 20%, pero el precio final es menor, de 544,4 euros partiendo de 462 euros en 2015. El estudio no muestra las variables urbanas, donde el problema se agrava: aunque los salarios en las áreas metropolitanas son mayores que en zonas rurales, sus viviendas son todavía más caras y es donde vive la mayor parte de la población tanto catalana como española. Por poner un ejemplo, el precio medio del alquiler en Barcelona es de 1.136 euros en 2023, por un piso que hace una década podía costar unos 600 euros, la mitad.
El estudio muestra un panorama desolador en cuanto a la evolución salarial de los jóvenes menores de 25 años, que ganan menos que en 2010 pese a la inflación. Los que tienen entre 25 y 34 años ganan bastante más y han mejorado su situación desde 2013, pero sin llegar a igualar la brutal subida de los precios de la vivienda, que en algunos lugares ha llegado a duplicarse.
Entre 2004 y 2021 (último año analizado) los sueldos de los menores de 25 han subido menos del 10%. En Catalunya, la subida es de 50,31 euros para llegar a los 1.100 euros de media y en España una subida de 87 euros en 5 años lo deja en un valor similar. Los jóvenes de entre 25 y 34 años han pasado de cobrar 1.500 euros a 1.900 de media en Catalunya, una subida cercana al 25% con 414 euros más, y de 1.340 a 1.700 en España, subida de 360 euros.
En ningún caso el aumento iguala la subida de precios de un 40,9% en españa y un 45,7% en Catalunya durante el mismo periodo, ni tampoco las subidas salariales promedio independientemente de la edad, que en España han sido de 632 euros y en Catalunya de 699 euros en el mismo periodo.
La precariedad, por último, con una tasa de temporalidad que alcanzó el 69% en 2021 entre los menores de 24 años y el 33% entre los que tienen de 25 a 39, dificulta más aún el acceso a la vivienda de los jóvenes. Este valor sí tiende a caer en picado con la reforma laboral, si bien los jóvenes de entre 16 y 24 años siguen teniendo en un 39% contratos temporales, porcentaje que cae al 21% para edades comprendidas entre los 25 y los 39.