La metrópolis de Barcelona es una de las regiones más competitivas de la Unión Europea según recogen los principales indicadores de la inversión extranjera, el tejido industrial, el empleo cualificado, la renta per cápita -que no impide que haya uno de los porcentajes más altos de familias en riesgo de pobreza-, dispone de clústeres destacados y de centro de investigación y conocimiento... pero tiene asignaturas pendientes, como resolver el problema de la vivienda e incrementar y mejorar la red de movilidad de los transportes públicos; y retos, como sacar rédito de todas estas ventajas para ser una de las zonas que lidere la reindustrialización del conjunto de la Unión Europea, con actividades que se fundamenten en la tecnología y el valor añadido, para crear empleo de calidad. Esta es la visión que tienen, conjuntamente, el Àrea Metropolitana de Barcelona y la Cambra de Comerç de Barcelona, que este jueves han presentado el informe La metrópolis de Barcelona. Invertir, trabajar y vivir, de la Agencia de Desarrollo Económico del Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), elaborado por el Gabinete de Estudios de la Cambra de Comerç de Barcelona, que recoge cifras del año 2022.
Son observaciones que no evidencian que la región metropolitana no puede perder comba en un contexto europeo e internacional "muy competitivo", en el cual rivaliza con otras regiones y ciudades con mucha más densidad de población, ha recordado el vicepresidente del Área de Desarrollo Social y Económico del AMB, Jordi Valls, y ha corroborado al presidente de la Cambra de Barcelona, Josep Santacreu. "Tenemos que tener claro que estamos entre las principales regiones metropolitanas de la Unión Europea, somos la zona metropolitana científica más importando del sur de Europa y Barcelona es la tercera ciudad más atractiva para las empresas emergentes y la decena como polo de atracción de inversiones, de talento y de conocimiento", ha añadido. Pero al mismo tiempo se tiene que profundizar en la captación de nuevas oportunidades, en el fomento de la diversidad del tejido industrial y de servicios.
No obstante, el presidente de la Cambra de Comerç ha explicado que "las empresas nos trasladan los problemas para atraer talento en Barcelona o retener lo que tienen ante las dificultades de sus profesionales de poder acceder a una vivienda". Este es, según su opinión, una de las dificultades para crear empleo de mano de obra cualificada. Como también lo es que la movilidad en el seno del área metropolitana todavía muestra carencias, como disponer de una mejor y más extensa red de transporte público que favorezca las conexiones. En este sentido, el vicepresidente del AMB, Jordi Valls, ha reconocido que hay cambios culturales ligados a la preservación del medio ambiente que llevan a la ciudadanía a un incremento del uso del transporte público que genera que, por ejemplo, las empresas prefieren ahora ubicarse en localizaciones próximas a la red ferroviaria -del AVE- que no del aeropuerto de Barcelona.
Otra de las asignaturas pendientes recae en la disponibilidad de capital riesgo que fomente las inversiones en actividades de futuro. Para Jordi Valls, el Govern de la Generalitat tendría que ser más proactivo en este aspecto y estructurar más y más copiosos fondos de inversión públicos enfocados a las áreas de actividad que se consideren punteras y que hay que potenciar. Se ha referido a la política pública que está llevando a cabo el Ayuntamiento de Barcelona -del que Valls es teniente de alcalde de economía- con varios instrumentos públicos que participan en fondos de inversión diversos. El ayuntamiento ha sacado adelante el Fondo Deep Tech, que alcanzará un mínimo de 20 millones de euros, como parte de la iniciativa Barcelona Innovation Coast (BIC), la cual impulsa la innovación en sectores como la movilidad, la energía, la salud, entre otros. Otros ejemplos son el fondo Mecanismo para la Energía Sostenible (MES Barcelona), como vehículo financiero de hasta 50 millones de euros que podrá alcanzar 166 millones de euros con inversión privada en proyectos de transición energética; o el fondo Barcelona Accelera, que llega a 50 millones de euros y es capaz de levantar inversión para start-ups de los sectores salud digital, biotecnología, fintech y e-commerce. Además, según la consultora Dealroom, Barcelona cuenta con 94 fondos de capital riesgo, que llegan a 236 inversores si se suman todas las tipologías de inversión, como corporaciones, family offices, crowdfunding, angels funds, private equity, entre otros.