Nunca el sector de las casas prefabricadas, que lo integran sobre todo a pequeñas empresas, se había visto tan en el foco como estos días. El pasado jueves, Pedro Sánchez anunció en la feria Rebuild de Madrid que el Gobierno dotará de 1.300 millones de euros en 10 años la construcción industrial con el fin de acelerar y reforzar las necesidades ante el aumento de demanda y los elevados precios que asfixian a las familias. Desde el sector, en Catalunya, celebran lo que puede ser "un punto de inflexión", pero alertan de que hace falta un nuevo marco normativo para acompañar este crecimiento.

El Cluster de Construcción Industrial de Catalunya (CCIC), en respuesta a una petición de ON ECONOMIA, cree que este anuncio de un PERTE que "supone un punto de inflexión para un sector con un amplio potencial de crecimiento en España, donde se estima que actualmente representa menos del 5% de la construcción total." Pero alerta de que hace falta un nuevo marco regulador para poder absorber este crecimiento.

Ahora bien, "el sector afronta importantes retos derivados de la fragmentación normativa", alerta el cluster, que lamenta que la exigencia de colaborar con constructoras tradicionales en las licitaciones públicas "podría limitar el impacto del PERTE", en palabras del presidente del CCIC, Pere Armora.

Un futuro incierto

Además, "otro escollo con que se encuentra el sector para su desarrollo industrial es la ausencia de un marco de garantías con respecto a la evolución futura del sector". El CCIC destaca que las empresas necesitan inversiones importantes para adaptarse a la capacidad productiva, con nueva maquinaria y equipamientos especializados, pero que muchas empresas se muestran reticentes a hacer estas inversiones por "la volatilidad inherente al sector".

"Estamos muy acondicionados por procedimientos administrativos complejos que incluyen procesos de contratación pública, tramitación de permisos y licencias, así como la aplicación de criterios de evaluación que pueden presentar un elevado componente de variabilidad interpretativa", añaden. La mayoría de empresas que se dedican son pequeñas y medianas.

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Para construir una casa prefabricada, con un precio que ronda los 1.200 euros por metro cuadrado, hace falta encontrar el terreno donde construir y recibir la autorización del Ayuntamiento. En muchos casos, tal como explicaba Miguel Gascón, de Mas House, en ON ECONOMIA, los municipios pequeños no cuentan con un arquitecto y dependen del de la comarca que puede tardar meses a autorizar la obra.

Sánchez defendió este PERTE basándose en tres ejes: el aumento de la capacidad productiva, la mejora de la eficiencia y la sostenibilidad, y el desarrollo de la formación y el talento. Y el centro neurálgico estará en el puerto de València, donde se creará la Ciudad de la Industrialización de la Construcción. Será "un espacio destinado tanto a ubicar iniciativas industriales que puedan beneficiarse de tierra o financiación pública como formación de trabajadores", dijo Sánchez. Será también un hub de innovación dónde experimentar con las formas modernas de construcción de vivienda, que en España son por debajo del 5% total, "muy por debajo de países como Alemania o los Países Bajos, donde alcanzan el 20%", dijo Sánchez.

La suma de la vivienda industrial tiene que reforzar el plan de construir hasta 184.000 viviendas sociales, en un contexto en que más de la mitad de los españoles gastan entre un 40 y un 60% de su sueldo en vivienda y gastos del hogar y con unos precios que, en Barcelona, llegan a los 5.000 euros por metro cuadrado por término medio.

Construcción más rápida

El cluster de construcción industrial defiende que "la construcción industrializada permite reducir los tiempos de ejecución entre un 20% y un 60%, disminuir el impacto ambiental y mejorar las condiciones laborales, cosa que la convierte en una alternativa prometedora ante la construcción tradicional". Mientras estudian la capacidad productiva del sector para adaptarse a este impulso, destacan que la falta de mano de obra a la construcción tradicional, más exigente desde el punto de vista de recursos humanos, puede ser un incentivo para fomentar las prefabricadas. En este sentido, el CCIC confía en "la colaboración con universidades y centros de Formación Profesional para desarrollar perfiles técnicos especializados".

"Si el Perte se implementa de manera integral, podría posicionar España como referente mediterráneo en construcción 4.0, cerrando la brecha con Europa septentrional y ofreciendo soluciones escalables a la crisis residencial", defienden desde el CCIC.

Todo ello ha sucedido mientras se celebraba la feria Rebuild, centrada en el sector, y donde hasta 8 clústeres de construcción se han unido en una red de clusters que reúne 900 socios y 51.000 millones de facturación. La alianza quiere fomentar "el avance del sector en todas sus dimensiones". Entre los socios, hay 800 empresas, pero también 16 universidades, 24 centros tecnológicos y 42 asociaciones empresariales. La red estará coordinada por el director del Cluster de Hábitat Eficiente de Castilla y León, AEICE, Enrique Cobreros.