La Comisión Europea ha propuesto que la Unión Europea destine una reserva de 50.000 millones de euros en ayuda para Ucrania entre 2024 y 2027 en forma de préstamos y subvenciones. Según ha anunciado este martes la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, se trata de proporcionar la financiación "previsible" para el país invadido por Rusia junto al sector privado y otras potencias mundiales.
La propuesta de Bruselas consiste en crear una "reserva financiera" en el marco de la revisión del presupuesto plurianual de la UE para el periodo 2021-2027 que, según Von der Leyen, permitirá proporcionar "perspectiva" y "predictibilidad" a los socios en Ucrania y "debería incentivar a otros donantes" a contribuir también. "La reserva financiera nos permitirá calibrar nuestro apoyo financiero a la evolución de la situación sobre el terreno porque todos sabemos que una guerra requiere máxima flexibilidad por nuestra parte", ha dicho la presidenta de la Comisión en una comparecencia para explicar los puntos clave de la revisión del presupuesto comunitario.
En materia de migración, Von der Leyen ha adelantado que se destinarán 15.000 millones de euros para la protección de las fronteras exteriores de la Unión y el "desarrollo económico" de sus socios.
Desde el inicio de la guerra, la UE ha entregado a Ucrania 14.700 millones de euros en ayuda macrofinanciera: 7.200 millones en 2022 y 7.500 millones en lo que va de 2023, dentro del paquete de 18.000 millones de euros acordado para el conjunto de este año.
Si a ellos se le suma otro tipo de asistencia, como la humanitaria o las vías de solidaridad para sacar el grano de Ucrania, la cifra asciende a 30.000 millones de euros, según la Comisión.
33.000 millones en préstamos
De los 50.000 millones de euros propuestos para los próximos cuatro años, 33.000 millones se canalizarían en forma de préstamos y 17.000 millones de euros en subvenciones, precisó el comisario europeo de Presupuestos, Johannes Hahn.
Los créditos se financiarían con la emisión de deuda respaldada por el margen del presupuesto comunitario, tal como se ha venido haciendo hasta ahora, mientras que las subvenciones deberán salir de contribuciones adicionales al presupuesto por parte de los estados miembros que se agregarán en un instrumento bautizado como "Reserva Ucrania".
Hasta ahora, la ayuda macrofinanciera se ha entregado a Ucrania en forma de préstamos en términos muy ventajosos, incluida la eliminación del pago de los intereses, que son cubiertos por el presupuesto de la UE, a cambio de que Kiev cumpla condiciones en materia de estabilidad económica, Estado de derecho y lucha contra la corrupción, buen gobierno y energía.
El objetivo de la nueva "arquitectura" financiera, explicó Hahn, es tener "flexibilidad" para poder "lidiar con la situación de guerra actual", pero también contemplar la "posibilidad de que la guerra termine antes" y pueda comenzar la reconstrucción.
El nuevo paquete de ayuda, que deberá ser aprobado por los estados miembros y el Parlamento Europeo, prevé una cuantía anual inferior a los 18.000 millones de euros acordados para 2023, pese a que el ministro de Finanzas ucraniano, Sergii Marchenko, trasladó a sus homólogos europeos en abril que Kiev necesitaba al menos la misma cifra para 2024.
Los estados miembros abogan por dialogar también con instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo a la hora de diseñar la ayuda para la reconstrucción del país tras la invasión rusa, que según el Banco Mundial costará 411.000 millones de dólares (unos 376.100 millones de euros).
Deuda más cara
La UE ha financiado hasta ahora sus paquetes de asistencia macrofinanciera con la emisión de deuda en los mercados respaldada por el presupuesto comunitario, en unas operaciones por las que capta también la financiación para el fondo de recuperación.
Sin embargo, desde que comenzaron las subastas en 2021, el coste de la deuda ha pasado de ser cercano a cero (0,09 % en junio de 2021) a aproximarse al tres por ciento (2,82 %) a finales de 2022 al calor de las subidas de los tipos de interés en la eurozona, por lo que se prevé que el peso de los intereses para el presupuesto comunitario, estimado inicialmente en 15.000 millones de euros hasta 2027, pueda más que duplicarse en ese periodo.