Barcelona ha subido la tasa turística a 4 euros por noche este octubre, una medida que no gusta al sector pero que tiene toda la lógica económica. Eso es lo que defiende Xavier Sala-i-Martín, profesor de la Universidad de Columbia. Su lógica es clara: los usuarios de las infraestructuras turísticas son los que tienen que pagar por su desgaste y mantenimiento; en caso contrario, lo harán los contribuyentes. "Si no pagan los turistas, lo acabará pagando la yaya que vive en el Pirineo", defiende.
El economista se ha mostrado totalmente favorable a la tasa turística en Barcelona, en declaraciones al Matí de Catalunya Ràdio: "Tenemos que entender que los productos turísticos, las infraestructuras turísticas, como las playas, los monumentos, etc., son bienes sujetos a congestión, como las autopistas. Si no hay nadie, vas tranquilamente, pero si está lleno, no puedes pasar. Este tipo de bienes, los economistas dicen que se tienen que financiar a través de tasas de usuarios".
Para Sala-i-Martín, lo ideal, como en el caso de los peajes en las autopistas, es que pague quien haga uso: Quien utiliza las playas, los monumentos, las calles, lo tiene que pagar. En este sentido, la tasa turística es el impuesto óptimo para financiar este tipo de cosas". "La alternativa es que lo pague el contribuyente" con sus impuestos, añade. La duda que tiene es si después este dinero se utiliza para mejorar estas infraestructuras "o se malbaratará en otras cosas".
Sala-i-Martín: la tasa no frenará el turismo
Sobre si la tasa disuadirá los viajeros de ir a Barcelona, también tiene claro que ni tiene que ser el objetivo ni lo conseguirá. El motivo es que "el turismo es inelástico, aunque subas el precio, la gente seguirá viniendo", algo que pasa también con el tabaco y el alcohol. "La gente seguirá viniendo a Barcelona, aunque paguen 4 euros o 15 euros de tasa turística", ha insistido.
Sala-i-Martín se ha referido a la masificación turística y sus externalidades y ha valorado que "el problema que tenemos no es el turismo sino la dependencia crucial del turismo", por lo cual hay que apostar por diversificar la economía. Pero es muy difícil parar el turismo aunque para los vecinos de zonas como la Sagrada Familia sea molesto.
"La Sagrada Familia es uno de los monumentos más visitados del mundo. Si tú vives ante una cosa que todo el mundo quiere ver, pues estará siempre lleno de gente, y eso no lo arregla ni la tasa turística ni multar a los turistas que vayan por la calle en calzoncillos", ha valorado el economista, que ha añadido en tono en broma que la única solución "sería tirar al suelo a la Sagrada Familia".
Sala-i-Martín alerta del gran problema de los pisos turísticos
Con respecto al encarecimiento de la vivienda que ha provocado en los últimos años la masificación turística, Sala-i-Martín apunta a la proliferación de los pisos turísticos. "El problema es que de repente los pisos podían competir con los hoteles por alojar turistas. Eso el Ayuntamiento lo está intentando parar", valora, pero apunta a que la tasa turística no contribuirá a ello, al contrario, puede potenciar los alojamientos menos controlados.
"El problema principal [la falta de vivienda] se arregla con más oferta de vivienda. El problema de verdad es que como no dejan construir, la oferta de pisos es limitada y la demanda sube, pues suben los precios. Eso no se arreglará con la tasa turística ni con nada. De hecho, lo puede agravar si el hotel paga tasa turística y el piso turístico no", ha concluido el economista.