Con la mediación del Departament de Treball de la Generalitat, los sindicatos y la dirección de la siderúrgica Celsa han cerrado recientemente el convenio colectivo para el periodo 2022-2026, con un incremento salarial del 5,7% en el 2022 -con carácter retroactivo-, del 3,5% en el 2023, del 2% los dos años siguientes y del 1% en el 2026, así como una cláusula de revisión salarial. Solicitada por la compañía, la mediación también ha permitido llegar a un pacto en otras cuestiones laborales, más allá de las estrictas sobre las retribuciones; entre estas la prórroga para doce meses más de l'Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). El acuerdo es de aplicación a Celsa Barcelona, una de las factorías del grupo, que tiene las instalaciones a Castellbisbal y donde trabajan 850 personas, en cuatro plantas de producción.

En un comunicado, USOC, que es el segundo sindicado con más representación al comité, por detrás de UGT, ha concretado que también han pactado un incremento del 5% en los pluses de nocturnidad y festivos y que la formación se haga de manera voluntaria y fuera de la jornada laboral. Al mismo tiempo, habrá una paga de interrumpibilidad de 500 euros en el 2022, 1.000 euros no consolidables en el 2023, y el 2024, 2025 y 2026 sujeta a variables; además de una paga extraordinaria especial de 1000 euros por cada uno de los años de vigencia del convenio. Con el acuerdo se pone fin a varias semanas de negociaciones y a una convocatoria de huelga que los sindicatos habían convocado para mediados de febrero pasado, como medida de presión para desencallar las conversaciones.

Fuentes de la empresa consultadas por Europa Press han valorado positivamente el acuerdo conseguido y han subrayado que la mediación ha sido "solicitada" por la compañía. "Por Celsa Group las personas que configuran sus equipos son una parte esencial y fundamental en la cadena de valor que hace posible su modelo de negocio de éxito", han añadido.

Renovación del ERTE

Sin embargo, sindicatos y dirección han dado luz verde a un apartado en que se determina que el actual ERTE, que tendría que finalizar el mes de abril, se prolongue un año más y seguirá afectando a la totalidad de la plantilla de Celsa Barcelona. En los últimos 10 meses, el expediente de regulación no ha llegado a aplicarse al 100%, "porque no ha sido necesario", explican los sindicatos. El portavoz de Usoc al comité de empresa, Juan López, recuerda que el ERTE "es una buena herramienta para conseguir flexibilidad en todas las factorías y en todos los turnos de trabajo porque la siderurgia depende mucho del volumen de demanda y, por lo tanto, la producción no es regular y se tiene que velar por los costes energéticos". Dentro del convenio colectivo, "ya tenemos incorporados todos los instrumentos necesarios para tener una plantilla muy flexible, pero el ERTE nos lo complementa y, además, en unas condiciones económicas muy razonables porque se complementa hasta el 90% del salario".

Con respecto a la situación financiera que atraviesa el grupo de la familia Rubiralta, los sindicatos insisten en reivindicar el derecho a disponer de toda la información, y que la dirección de la empresa no les ha facilitado. No obstante, los trabajadores confían en la viabilidad de la compañía porque dispone de un plan industrial de futuro. Los sindicatos han mostrado reiteradamente su desacuerdo con la entrada de los fondos de inversión en el capital de la compañía y el año pasado protagonizaron varias manifestaciones para exigir un acuerdo entre las partes para garantizar el futuro.

El presidente de Celsa Group, Francesc Rubiralta, recordó recientemente que los retos para este año 2023 están centrados en los avances en la circularidad y la descarbonización, para "ser parte de la solución a los dos grandes problemas de nuestro tiempo que son el cambio climático y el agotamiento de los recursos". Respecto del último ejercicio, Rubiralta destacó la entrada en operación el nuevo tren de laminación de Francia y la captura de crecimiento a todos los mercados a pesar del contexto adverso. La compañía está formada por 6 grupos empresariales y cuenta con 120 centros de trabajo, 7 acerías, 12 trenes de laminación y 45 plantas de reciclaje, además de empresas de transformación y distribución, que permiten generar empleo directo, indirecta e inducida, además de 70.000 profesionales. Está presente en España, Francia, Reino Unido, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Polonia, Suiza e Irlanda.

Celsa Group cerró el ejercicio 2022 con cifras récord de facturación y rentabilidad. En concreto, la compañía facturó en 2022 la cifra de 6.084 millones de euros, y alcanzó un Ebitda de 867 millones de euros. Estos resultados superan ampliamente el récord histórico ya conseguido en 2021, en el que Celsa Group facturó 5.283 millones de euros y obtuvo un Ebitda superior a los 670 millones de euros.