Abanca ha empezado a negociar de manera formal el ERE anunciado en septiembre por la integración de Targobank y Cemcice. El banco que preside Juan Carlos Escotet espera tenerlo cerrado antes de que acabe noviembre y que las salidas del personal se produzcan en el último mes de este año 2024.
La entidad gallega anunció primero la salida de 140 personas, pero después puso en marcha un plan de prejubilaciones con el objetivo de reducir los despidos. Abanca ha recibido unas 50 solicitudes, pero solo ha aceptado 37 de ellas, según fuentes sindicales, que sitúan ahora los afectados por el ERE en 103 personas.
En los próximos días, la representación laboral tratará de negociar con el banco las condiciones de salida para este centenar de trabajadores con el objetivo de que sean bajas indemnizadas y no despidos. De momento, Abanca les ha entregado la documentación con los motivos por los que ha puesto en marcha este ERE, aunque ya avanzó que había duplicidades en la red de oficinas y sobre todo, en servicios centrales.
Abanca espera no rebasar los 30 días en este proceso de negociación, de manera que planteará a los sindicatos en la siguiente reunión, que se celebra ya este martes 22 de octubre, las condiciones de salida u otras medidas paralelas. Por ejemplo, la movilidad geográfica, para evitar despidos mediante traslados compensados. También deben pactar la homologación de condiciones para las personas que provienen de Targobank y Cemcice, y su pase al Convenio de Ahorro.
Hay que recordar que este ajuste de plantilla se produce después de que el presidente y el consejero delegado de Abanca lo negaran. Juan Carlos Escotet ha confirmado varias veces al ser preguntado por los medios que mantendría a los empleados de Targobank “para dar continuidad a su política de sumar el talento y la profesionalidad de los equipos incorporados en las diferentes integraciones”. Y el CEO, Francisco Botas, aseguró que contarían con la plantilla de Targobank, ya que además fue uno de los compromisos adquiridos con Crédit Mutuel al comprar el banco.
Sin embargo, solo tres meses después de producirse la fusión mercantil de Targobank, la migración tecnológica y la incorporación de sus 500 empleados (fue en junio) Abanca hizo cálculos y comunicó a los sindicatos su intención de hacer un ERE por excedente de plantilla. La entidad cifró este excedente en 140 personas que se encuentran en su mayoría en Madrid. Exactamente, el banco planteó 123 salidas en los servicios centrales (cien de ellas en Madrid) y otras 17 más en la red de oficinas.
Pero después de varias semanas, Abanca y los sindicatos UGT, Comisiones Obreras y SIB-sf acordaron reducir estos despidos con prejubilaciones. Las condiciones no han tenido que pactarlas porque son las mismas que en 2021 (pueden acogerse las personas nacidas antes de 1968 y que lleven al menos 10 años en el banco) aunque hay una particularidad. Y es que esta vez solo podían solicitar salir por esta vía quienes trabajen en las 17 provincias donde Abanca determina que hay excedente de plantilla.
Aunque Abanca anunció también que permitiría la salida de aquellas personas que solicitaron prejubilarse en 2021 y que, cumpliendo en ese momento todas las condiciones establecidas, no pudieron hacerlo. Bajo ese plan se marcharon del banco 230 personas a lo largo del 2022, pero fueron 311 las solicitudes de jubilación presentadas, por lo que hubo un sobrante de unas 80.
Después de examinar todas las solicitudes (el banco recibió unas 50), Abanca solo ha aceptado 37 adhesiones. El resto han sido rechazadas por superación del excedente o por causas organizativas, según ha explicado el banco a los sindicatos. Ahora, irá comunicando a estas personas su fecha de salida porque la idea del banco es que el proceso sea ágil y finalice antes de arrancar el 2025.