Las acciones de Indra sufren este viernes una fuerte caída –un 2,32% al cierre de mercados– coincidiendo con las informaciones sobre el plan de compra de la empresa de armamento Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), que la empresa ha reconocido por la tarde a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Ángel Escribano encabezaba esta última compañía hasta que, en enero pasado, fue nombrado presidente de Indra. Además, él y su hermano Javier –actual presidente– son los propietarios.
Indra lidera las caídas del IBEX-35 en una jornada en que este índice bursátil se ha mantenido siempre en positivo. Al cierre de mercado, las acciones de Indra perdían un 2,32%, hasta pagarse a 26,94 euros. Han corregido, eso sí, una caída que llegó a ser del 4% a las 15 horas. En cualquier caso, en lo que va de año, todavía ganan un 53,72%, y respecto a los últimos 12 meses, un 46,08%.
Este jueves, después del cierre de la Bolsa, transcendió que Indra habría contratado KPMG para un análisis preliminar de la compra de ME&E, tal como adelantó Expansión. EM&E es el segundo accionista de Indra, con una participación del 14,3%, solo superada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), con el 28%. Pero lo más relevante es que EM&E es una empresa familiar vinculada el actual presidente de Indra y a su hermano.
Este último, Javier Escribano, actual presidente de ME&E, ha desmentido la posible operación de compra, si bien eso no ha evitado el castigo bursátil a Indra. En declaraciones a El Periódico, Javier ha asegurado que "la empresa Escribano no está en venta y, sin duda, vale mucho más de 1.000 millones", en referencia a los importes publicados por los medios de comunicación.
La potencial fusión con EM&E supondría para Indra incorporar a su perímetro una empresa de armamento, un sector por que ya ha manifestado su interés. En este sentido, EM&E desarrolla, entre otros productos, torretas para tanques y vehículos blindados, un mercado este último en el que la compañía también participa junto con Indra, Sapa Placencia y Santa Bárbara Sistemas (propiedad de General Dynamics) a través del consorcio Tess Defence, adjudicatario de la fabricación para el ejército español de los 8x8 Dragón y del Vehículo de Apoyo Cadenas (VAC). Cada uno de estos programas está valorado en torno a 2.000 millones de euros.
Además, Indra ha creado una nueva filial para fabricar vehículos militares (Indra Land Vehicles) y ha intentado adquirir la planta de Santa Bárbara Sistemas a Trubia (Asturias) –en la que se produce el 8x8 Deagón-, si bien se ha encontrado con la negativa de General Dynamics, motivo por el que Indra ultima ahora la compra de la planta de calderería pesada de Duro Felguera en Gijón para reconvertirla y fabricar blindados.
Asimismo, se prevé que Indra será la compañía que traccione –ya sea en solitario o mediante uniones temporales de empresas (UTE)– la mayor parte del aumento del gasto militar en España, ya que el Gobierno ha anunciado recientemente un incremento de la inversión en defensa de 10.471 millones de euros.
Indra también ha incrementado su perímetro de actividad en el ámbito de la defensa en el sector aeroespacial, lo que se ha concretado con la adquisición a Redeia del 89,68% del operador de servicios satelitales Hispasat por 725 millones de euros. Sin embargo, tal como ha reconocido la misma Indra, la parte que más le interesa de esta operación es conseguir el control de Hisdesat, la rama de satélites militares de Hispasat.
En esta línea, otra de las opciones en el radar de Indra pasa por incrementar su peso en la empresa vasca de motores para aviones ITP Aero, de la que ya posee un 9,5%. De hecho, el mismo Ángel Escribano reconoció a finales del febrero, durante la presentación de los resultados de la compañía correspondientes a 2024, que ITP es "un anhelo" para su empresa y dejó en el aire la posibilidad de adquirirla en el momento en que el fondo Bain Capital (que posee el 69,5% de ITP Aero) decida salir de esta firma vasca.