La junta de accionistas del BBVA ha aprobado este viernes la ampliación de capital previa a la opa sobre el Sabadell. Como estaba previsto, la votación ha salido adelante por mayoría, en la junta extraordinaria celebrada en Bilbao, con la presencia, directa o delegada, de los accionistas titulares del 70,7% de las acciones del banco, que le han dado un apoyo del 96%. Esta aprobación, no obstante, es solo un paso previo a la opa, que tendrán que decidir los accionistas del Sabadell, previsiblemente a finales de año o inicios de 2025.
El consejo de administración del BBVA aprobó la emisión de 1.126 millones de acciones nuevas, equivalentes al 20% del capital de la entidad que preside Carlos Torres, para hacer frente al canje de acciones si sale adelante la opa hostil al Sabadell, y ahora los accionistas le han dado el visto bueno. La oferta por el banco que preside Josep Oliu es de 1 acción del BBVA por cada 4,83 acciones del Sabadell.
En la junta, Carlos Torres ha defendido la operación y ha asegurado que “la combinación con Banco Sabadell es la más atractiva de la banca europea”. Tras sacar pecho de la evolución del BBVA, el presidente de la entidad ha explicado que, en un contexto de subida del gasto de los bancos en tecnología, la compra es estratégica porque la entidad gana escala y eficiencia, lo que les permitirá “ofrecer a los clientes mejores productos y a precios más atractivos”.
Torres ha destacado que de la fusión de ambas entidades saldría el segundo banco de España en cuotas de préstamos y, consciente del miedo entre las pymes, especialmente en Catalunya, a perder un socio como es el Sabadell, ha asegurado que seguirán poniendo el foco en estas empresas: “Redoblaremos nuestro compromiso con las pymes. Atender a pymes y autónomos es una prioridad fundamental para BBVA, y potenciaremos su modelo de gestión de pymes y mantendremos sus líneas de circulante durante los primeros doce meses”.
Tras el visto bueno de la junta, ahora el banco de origen vasco deberá seguir superando trámites con los reguladores –Banco Central Europeo (BCE), Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC)– para, una vez superados todos, poder trasladar la oferta a los accionistas del Sabadell.
También necesitará el visto bueno del Gobierno, pero no a la opa sino a la fusión, algo que el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha reiterado que no dará porque la unión de ambas entidades es mala para la competencia y el arraigo territorial de las entidades. De hecho, la opa ha levantado mucha oposición regional, especialmente en Catalunya, tanto a nivel político como empresarial, y también en Valencia.
De hecho, los proxy advisors, asesores de voto en las juntas, pese a que recomendaban votar a favor de la ampliación de capital, expresaron dudas con respecto a las posibilidades de éxito de la opa, tanto por el hecho de ser hostil, y la oposición que ha levantado, como por el impacto que puede tener en la competencia.
Carlos Torres y el consejo del BBVA trasladaron una oferta a Josep Oliu y el consejo del Sabadell, que este último rechazó al considerar que podría generar más valor en solitario que con la entidad vasca. Tras esta negativa, el BBVA decidió seguir adelante y presentar la opa sin acuerdo y con la oposición expresa de la cúpula del Sabadell –por lo que se considera hostil–, con el objetivo de convencer a los accionistas del banco con sede en Alicante.