Evo Banco desaparece del mapa bancario español. La entidad ha cambiado de manos tres veces desde su creación hace más de una década. César González-Bueno, el consejero delegado del Sabadell, fue su creador. Su actual dueño, Bankinter, ha comunicado que va a absorber el negocio, a sus clientes y empleados (unos 200). Incluso dejará de usar la marca comercialmente por el momento, hasta que muy probablemente se extinga.

Bankinter compró Evo en 2019 al fondo de inversión estadounidense Apollo Global Management en una operación donde también adquirió la financiera irlandesa Avant Money. Pero cinco años después, el banco digital seguía sin ser rentable ni aportar beneficios al grupo, que ahora, capitaneado ahora por Gloria Ortiz, ha decidido acabar con esta filial precisamente para mejorar la rentabilidad y la eficiencia de la entidad.

Evo ha sido un banco online desde su origen y este fue uno de los motivos que sedujo a Bankinter, que no contaba con un negocio 100% digital como el Santander, que operaba con Openbank desde 1995 (fue relanzado en 2017) o CaixaBank, con Imagin desde 2016. Tampoco había conseguido las cifras de sus competidores. Actualmente, Evo Banco tiene unos 780.000 usuarios, pero solo 320.000 son clientes activos. Mientras que Openbank supera los 2,5 millones de clientes e Imagin alcanza los 3,3 millones.

La presencia de bancos digitales y neobancos en España ha crecido con fuerza en los últimos años, sobre todo desde la pandemia. Pero también se han elevado los clientes digitales de la banca tradicional, que ya no necesita contar con una marca digital (como Evo) para atraer a clientes jóvenes o usuarios que conectan con su banco por canales online. Todos los bancos ofrecen ya sus servicios en Internet a través de apps o webs. Y Sabadell es un claro ejemplo de cómo ha evolucionado la digitalización en la banca tradicional.

El banco catalán capta actualmente un 55% de clientes a través de los canales digitales, cuando en 2021 dicha captación era residual y casi inexistente, según revelo hace unos meses el propio CEO, González-Bueno, que es precisamente la persona que se ha encargado de impulsar y mejorar la digitalización de la entidad.

El ejecutivo tiene una dilatada experiencia. González-Bueno se puso al frente de NCG Banco (ahora Abanca) en 2011 junto a José María Castellano con el fin de reestructurar la entidad. Y solo un año después creó Evo Banco, donde exportó todo lo aprendido en el banco donde trabajó antes, ING. El banquero madrileño fue el cargado de introducir a ING (de origen holandés) en España y Portugal. Se trataba entonces de un modelo revolucionario. 

El formato con el nació Evo muchos años después era muy similar al que ya aplicaba ING en España y en el que ahora empieza a verse reflejado el Sabadell: se trata de bancos que no tienen oficinas o a los que no es necesario acudir presencialmente porque es fácil abrir una cuenta por los canales digitales, donde no se piden requisitos, ni se cobran comisiones.

El éxito de Evo Banco le permitió venderlo a Apollo por 60 millones de euros en 2013, solo un año después. Y también el éxito en el proceso de digitalización del Sabadell lo ha hecho más atractivo de cara a la competencia, como se ha visto con el BBVA, que quiere comprarlo. El grupo que preside Carlos Torres apuesta cada vez más por bancos digitales o muy digitalizados, ya que le permite crecer con pocos costes. De hecho, ha entrado en Italia con una oferta 100% online que replicará el año que viene en Alemania. El BBVA no abrirá oficinas, necesitará poco personal y utilizará la plataforma tecnológica que utiliza en el resto de países donde opera.

González-Bueno también ha adoptado este modelo de negocio en el Sabadell, donde ha fulminado toda su oferta de cuentas para reducirla a dos: la ‘Cuenta Sabadell’ que es la que se contrata en oficinas físicas y la ‘Cuenta Online’, que se contrata digitalmente, por el móvil o la web; Y en México, por ejemplo, ha decidido volver este 2024 al negocio de banca de particulares y lo ha hecho exclusivamente con una oferta digital que le permite captar depósitos sin necesidad de incurrir en muchos costes, ya que no abrirán sucursales ni ampliarán personal.