Aena pone rumbo a la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, donde espera instalar su sede definitiva en un máximo de cuatro años y medio. La compañía acaba de dar su primer paso, iniciar la búsqueda de los ingenieros y demás profesionales que redactarán el proyecto de arquitectura de la nueva sede corporativa de Aena en la capital, en la que se ubicarán los servicios centrales y donde trabajan unas 1.500 personas.
La compañía que preside y dirige Maurici Lucena ya ha tenido varias mudanzas en los últimos años. Hasta 2018, la sede de sus servicios centrales estaba ubicada en la calle Arturo Soria. Pero ese año se trasladó a la calle Peonías, donde continúan actualmente. La mudanza al aeropuerto de Madrid lleva en el radar desde entonces, pero no se ha activado hasta este 2024. La compañía ya tiene el visto bueno del consejo de administración para iniciar el traslado. La nueva sede se ubicará dentro de la ciudad aeroportuaria que Aena construirá en Madrid, donde también habrá una estación de AVE, un centro comercial, hoteles y oficinas.
La cotizada, que está controlada en un 51% por el Estado, ha lanzado una licitación pública para buscar a una empresa que preste servicios de arquitectura e ingeniería y definida de forma detallada cómo se van a ejecutar las obras de la nueva sede, su urbanización y los accesos anexos, sin perjudicar a la operativa del día a día del aeropuerto. “A fin de evitar molestias a los usuarios del aeropuerto y minimizar las posibles afecciones a la operatividad de éste, la toma de datos y la utilización de los medios necesarios deberá realizarse en el horario que el aeropuerto establezca”, explica.
En la licitación, detalla que el nuevo edificio debe dar cabida a unas 1.700 personas, aunque actualmente emplea a 1.550 en los servicios centrales. También desvela que la construcción debe ser de unos 20.000 metros cuadrados y disponer de un aparcamiento de 775 plazas. También contará con despachos cerrados para la alta dirección y espacios abiertos para el resto de puestos de trabajos. Aena prevé que el proyecto se alargue como mucho 55 meses, algo más de cuatro años y medio.
En una primera fase, que puede extenderse 27 meses, Aena recibirá las propuestas de los distintos ofertantes, se redactará el proyecto de la nueva sede corporativa y se adjudicarán las obras. Concluido este proceso se iniciará una segunda fase de 28 meses adicionales, donde principalmente se llevarán a cabo las obras. Aena quiere que el edificio de la nueva sede corporativa tenga además una pasarela peatonal de conexión con Terminal 4 del aeropuerto.
Y es que, el proyecto se enmarca en el desarrollo de la Air City de Barajas, que albergará en un futuro un área empresarial y hotelera que comunicará con la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid a través de un intercambiador de transportes con acceso al metro y ferrocarril. “Esta área, en su conjunto, aspirará a constituir un polo de referencia empresarial y turístico aprovechando la ventaja que otorga la proximidad al aeropuerto, su capacidad de expansión y su cercanía a la capital”, destaca Aena en la licitación. La parcela seleccionada para la nueva sede de Aena se encuentra en la zona sur de esta ciudad aeroportuaria y su construcción “dará inicio al desarrollo de la zona”.
Aena quiere que el edificio de su nueva seda en el aeropuerto de Madrid, el más transitado del país, se convierta en un referente dentro del propio aeródromo. “No se pretende con esto establecer una relación de competencia”, aclara, “sino hacer ver que el emplazamiento de Airport City se asocia a la exigencia de responder al papel protagonista que le otorga la proximidad del aeropuerto; y no sólo por su singularidad, sino también porque supone la primera referencia para muchos pasajeros en su primera visita a Madrid”.
En definitiva, la estrategia de Aena -que gestiona casi 50 aeropuertos en el país- pasa por conseguir una moderna infraestructura que transmita los valores de la compañía de “representatividad y sostenibilidad”, y que el edificio tenga el tamaño necesario para atender las necesidades de la estructura y plantilla de los servicios centrales, así como del personal de los aeropuertos, o de otros visitantes, “potenciando los valores de la compañía y su imagen de marca como operador global de aeropuertos”.