El Gobierno trabaja ya en eliminar los vuelos domésticos con duración inferior a 2,5 horas siempre que exista la posibilidad de realizar ese trayecto en tren. Pese a que son pocas las rutas que previsiblemente se verán afectadas en España, Aena, la gestora de 42 aeropuertos en el país, lo ve como una amenaza para poder mantener o incluso superar las cifras récord de pasajeros alcanzadas en 2023.
El pasado mes de noviembre, en la presentación de resultados del tercer trimestre y solo unos días después de que Yolanda Díaz (Sumar) y Pedro Sánchez (PSOE) dieran a conocer este plan dentro de su acuerdo de coalición para formar gobierno, Maurici Lucena, presidente y CEO de Aena, ya explicó a los analistas e inversores “que la mayoría de las rutas domésticas no tienen en España una alternativa ferroviaria inferior a dos horas y media”. Por lo que la afectación sería mínima.
Sin embargo, a cierre del ejercicio, Aena (que por cierto tiene al propio Estado a través de Enaire como principal accionista con el 51% del capital) lo ha incluido ya “entre los principales riesgos operativos” de la compañía, según se recoge en su informe anual de 2023.
“Existe una propuesta de restricción de vuelos domésticos en rutas con alternativa de alta velocidad ferroviaria que podría limitar la conectividad y el desarrollo de hubs de los principales aeropuertos”, reconoce. En este sentido, Aena añade que cualquier restricción de vuelos de corto radio con alta proporción de pasajeros de conexión, “limitaría significativamente la conectividad de medio y largo radio”.
Sin embargo, el Gobierno español ha dejado fuera (de momento) los vuelos de conexión. La propuesta inicial de Yolanda Díaz lo incluía, también, que se eliminaron los vuelos cortos con alternativas en AVE de menos de cuatro horas. Pero finalmente, solo se han prohibido los vuelos con alternativa ferroviaria de menos de dos horas y media, “salvo en los casos de conexión con aeropuertos que enlacen con rutas internacionales”.
En cualquier caso, la prohibición deberá pasar por varias etapas más de enmiendas antes de poder ser aprobada de manera definitiva.
Aena destaca el impacto que el AVE tiene en el sector aéreo
Actualmente, la prohibición de vuelos cortos solo existe en Francia, que al igual que España, quiere acabar con ellos para hacer que los viajes sean más sostenibles. Pero se ha planteado también en Bélgica, un país que de punta a punta tiene unos 370 kilómetros. Por eso, Aena concreta en su informe que “la posible restricción de vuelos domésticos en rutas servidas por tren de alta velocidad” es una medida que se está planteando en otros países europeos y es un riesgo para todo el sector aéreo.
A propósito del tren, la gestora aeroportuaria considera que la entrada de la alta velocidad en nuevos corredores españoles “ya ha afectado a las rutas domésticas” de avión. Por lo que la prohibición de vuelos cortos solo agravaría la situación.
En su informe hace hincapié en que la liberalización del sector ferroviario en 2020 y en consecuencia, la entrada en servicio de nuevos operadores low cost (como Ouigo en 2021 e Iryo en 2022) “ha traído una guerra de precios entre las nuevas compañías” que está afectando ya al tráfico aéreo.
Inflación, guerra, fusiones...
Aena enumera otros “riesgos o incertidumbres” que pueden afectar al tráfico aéreo en España pese a la recuperación observada en 2023. Algunos están relacionados con el entorno macroeconómico y el contexto geopolítico. En este caso, destaca que la inflación, todavía persistente; o el mantenimiento de los tipos de interés elevados, que está reduciendo la renta disponible de las familias y podría suponer una contención de gastos no esenciales, como el turismo. En otras palabras, que puede hacer que la gente viaje menos.
También subraya la importancia que tienen en el tráfico aéreo las guerras en Ucrania o Gaza. Algunas aerolíneas están empezando a recuperar ahora los vuelos a Tel Aviv (Israel), paralizados desde octubre. Pero todavía hoy no se puede viajar a Ucrania o Rusia, y ya han pasado dos años desde que estalló el conflicto.
Por otra parte, Aena ve como una amenaza el retraso en las entregas de aviones que están sufriendo algunas compañías aéreas (como Ryanair) por parte de Boeing, ya que podía tener “cierta repercusión en la oferta de asientos”. Ryanair, que es la aerolínea número uno en España por tráfico de pasajeros con más de 60 millones el año pasado, ya ha anunciado que rebaja su previsión de pasajeros transportados en 2024 por este motivo, y ha advertido de la posible cancelación de vuelos en verano e incluso del aumento de tarifas.
Otro de los riesgos para el tráfico aéreo, según Aena, son los cambios de hábitos adoptados durante la pandemia, que han traído más videoconferencias y teletrabajo, y ya están teniendo impacto en los viajes de negocio, que no terminan de recuperarse.
Asimismo, la gestora aeroportuaria ve posible que se produzca una restructuración del mercado, como consecuencia de la fusión de algunas compañías aéreas como la de Iberia y Air Europa en nuestro país, que aún sigue pendiente de la autorización de Bruselas. Y también aprecia un cambio el equilibrio actual entre compañías de bandera y bajo coste.
Si bien, Ryanair, Vueling, EasyJet… y en general todas las aerolíneas low cost que operan en España, transportaron el año pasado 174,6 millones de pasajeros entre o hacia España. Lo que supone el 63% del total de viajeros.
Pese a todos riesgos, Lucena confía en superar este 2024 las cifras récord de pasajeros de 2023, según declaraba este miércoles en la presentación de resultados. Los aeropuertos de la red de Aena en España recibieron 283,2 millones de pasajeros. Se trata de un 3% más del tráfico que en 2019, un año que hasta ahora tenía las cifras más altas.