Las farmacias siguen sufriendo carencias de determinados medicamentos. Esta situación de desabastecimiento descrita por ON ECONOMIA en marzo pasado no ha mejorado, sino que se ha agravado en los últimos meses, según advierte Antoni Torres, presidente de la Asociación de Farmacias de Catalunya (FEFAC).

Torres señala que, en estos momentos, las farmacias tienen problemas para proveerse de antibióticos óticos (para el oído), antifúngicos, antiasmáticos, antiinflamatorios, para el sistema digestivo, afecciones cardiacas y que también se han quedado sin algunos colirios. Concretamente, precisa que sufren carencias de Prinperan (para náuseas y vómitos), Apocard (contra las arritmias), Lyrica (sistema nervioso), Diclofenaco (antiinflamatorio) e, incluso, de Paracetamol o Ibuprofeno.

El presidente de la patronal catalana de farmacias indica que el problema "va claramente a peor". Atribuye esta situación a causas estructurales –básicamente, a la externalización de la producción fuera de Europa, sobre todo a China– y a los bajos precios que la administración sanitaria española está pagando por los medicamentos.

Recuerda que, en la Unión Europea, los precios no están unificados. Las normativas europeas fomentan la competencia empresarial, hecho que provoca que los laboratorios den preferencia a los países donde los precios son más altos. No es que dejen desprovistos a los otros, pero la realidad es que tienden a ajustar las partidas en los que pagan peor. Eso provoca carencias puntuales en el mercado. Portugal incrementó hace unos meses los precios de los medicamentos, precisamente para evitar estos riesgos.

Torres apunta que la UE está trabajando en la confección de una lista de medicamentos esenciales y en fomentar que la producción de determinados principios activos retorne a los países socios.

En España, sin embargo, se da otro problema: a diferencia de otros países, la normativa es más restrictiva respecto a las facultades del farmacéutico para sustituir un medicamento por otro. Solo se permite si se cumplen unas condiciones: que tenga el mismo principio activo, la misma concentración y la misma forma farmacéutica. Y en la "forma" está el escollo: no pueden sustituir un comprimido por una cápsula o un jarabe por un sobre, aunque tengan el mismo principio activo y concentración. Sí que pueden cambiar una marca por un genérico, pero no la "forma" en que se ha recetado.

Cuando un farmacéutico no dispone de un determinado medicamento, puede recurrir al programa FarmaHelp, que facilita la colaboración entre farmacias. Este servicio permite que el cliente pueda reservar un fármaco para pasarlo a recoger en la farmacia que lo tenga disponible. Torres indica que, en la actualidad, el 80% de las farmacias catalanas están adheridas a FarmaHelp.