El gobierno de Andorra defiende el proyecto de laboratorio de inmunología de Grifols por considerarlo un "socio serio" si bien sigue sin calendarizar su puesta en marcha. Cuando se anunció este proyecto en abril de 2021, Grifols indicó que esperaba tenerlo acabado en 2023, pero todavía no se ha colocado la primera piedra y ni ni siquiera se ha aprobado definitivamente mientras crecen las dudas sobre si se llegará a construir a raíz de la crisis de reputación de la farmacéutica catalana.

En una sesión de control parlamentario, el jefe del gobierno andorrano, Xavier Espot, valoró las informaciones sobre Grifols con "extrema prudencia" y recordó que no solo "han sido rebatidas de forma tajante" por la compañía sino que esta "ha instado demandas judiciales para intentar demostrar la falsedad" de las acusaciones. Por ello, añadió que "el acuerdo que formalizamos con Grifols para la construcción, mantenimiento y puesta en funcionamiento del centro de investigación en inmunología se mantiene" en los mismos términos que firmaron hace casi tres años.

Espot subrayó que "honrarán" los compromisos adquiridos con Grifols y que "no los dejarán sin efecto por cuatro titulares lanzados en medios de comunicación". Aseguró que "Grifols nos ha demostrado que es una empresa seria". Y añadió que daba "el beneficio de la duda" a la farmacéutica catalana, "que se ha asociado con el gobierno de Andorra y está dispuesta a realizar una inversión de 30 millones de euros en este país, y no a un fondo de inversión [en referencia a Gotham City Research] que no conozco en absoluto". Por eso, concluyó que "el pacto de socios" entre Grifols y su gobierno "sigue vigente".

Previamente, Pere Baró, conseller (diputado) del grupo socialdemócrata, en la oposición, se refirió a "la opacidad informativa" sobre el proyecto del laboratorio de inmunología y a las "preocupantes noticias" que levantan dudas sobre su "diseño", "ética" y también sobre la "fragilidad económica" de la compañía promotora. Recordó que, según las previsiones, debía estar terminado en 2023 y no se ha empezado todavía. En su opinión, "ha quedado claro que Grifols no tiene la capacidad para tirarlo adelante" y que ha "incumplido" el contrato que firmó con el gobierno andorrano. Se mostró convencido de que no se ejecutará, pero no porque que el gobierno se eche atrás, tal como pidió, sino porque "la multinacional no tendrá tiempo ni capacidad económica".

Esta intervención enfureció a Espot, que en la sesión del control en el Consell General (parlamento andorrano) dijo que si Grifols acabara retirándose no sería por las supuestas dificultad económicas, sino por “ejercicios de irresponsabilidad política” como el de Baró. El grupo socialdemócrata ha pasado de apoyar el proyecto en sus inicios a oponerse abiertamente. “Lo que no quiere una empresa de reconocida solvencia es que, en la cámara parlamentaria de un país, se utilice como arma arrojadiza su buen nombre y reputación para intentar hacer política de vuelo bajo”, declaró Espot.

A una pregunta de Carine Montaner, presidenta del grupo opositor Andorra Endavant, sobre que pasaría si se confirmaran las acusaciones, Espot afirmó que esto "no pondría en jaque a la viabilidad financiera y económica de la compañía ni de este proyecto en concreto". Añadió que el impacto económico del laboratorio de Andorra era "ínfimo" si se compara con las magnitudes globales de Grífols.

Sin calendario

A pesar de las repetidas preguntas que le lanzaron sobre el calendario previsto, Espot se limitó a indicar que "se está trabajando duro en la configuración del proyecto". Y aseguró que la Generalitat pretendía que este centro se instalara en Catalunya y no en Andorra.

Grifols y el gobierno andorrano firmaron un contrato para construir un centro de investigación en inmunología, que debe ser referente en la búsqueda de nuevos tratamientos, que denominaron Pyrenees Immunology Reaearch Center (PYIRC). Uno de los puntos del acuerdo es que Grifols –a través de la filial Grifols Innovation and New Techologies (Giant)– y el gobierno de Xavier Espot –mediante Andorra Desenvolupament i Inversió (ADI)– crearán una joint venture para ejecutar el proyecto, de la que la farmacéutica tendrá el 80% y la agencia pública andorrana el 20% restante.

La inversión prevista es de 25 millones de euros para la construcción del centro y siete millones anuales en gastos operativos para llevar a cabo la actividad de investigación. El ejecutivo andorrano aporta los terrenos, mediante una concesión a 25 años, y 200.000 euros anuales.

Una parte de la población andorrana se opone a este centro de investigación que se proyecta en la parroquia (municipio) de Ordino. Temen que no garantice la seguridad y que pueda convertirse en un peligro por el tipo de actividades que llevará a cabo. Sin embargo, en las últimas elecciones locales se impuso la lista de demócratas y liberales, partidarios del mismo.

A preguntas de ON ECONOMÍA, el gobierno andorrano remitió a los comentarios de su presidente en la sede del Consell General (parlamento) mientras que Grifols no contestó a la petición para que concretara cuáles son sus planes en Andorra.