Marta Ortega cumple un año en el cargo de presidenta de Inditex. La hija del fundador de la empresa textil propietaria de marcas como Zara, Massimo Dutti o Pull & Bear completa un ejercicio lleno de retos económicos y conflictos laborales que ha saldado con éxito. Desde la escalada de costes a raíz de la guerra en Ucrania y el cierre de tiendas en Rusia, las movilizaciones de la plantilla en España y el acuerdo para su mejora salarial, hasta los beneficios históricos alcanzados al cierre de su año fiscal han marcado los primeros 12 meses de la heredera al frente del imperio de la moda.

El 1 de abril de 2022, Marta Ortega asumió el cargo de presidenta no ejecutiva del grupo de moda. La salida de Pablo Isla de Inditex después de 17 años llevando a la firma gallega a convertirse en la multinacional que es hoy en día, dejó un hueco en la dirección difícil de llenar. Pero desde la empresa apostaron por seguir manteniendo la esencia familiar y dar el relevo generacional a través de la hija menor del fundador. 

En una reciente entrevista para Financial Times, la presidenta del grupo no solo se desmarca del modelo de negocio de su principal competidor, el gigante chino de moda lowcost Shein, sino que desvela que entre sus funciones no está la obsesión por los números. Es consciente del valor del equipo que le rodea y prefiere centrarse en el producto y en como se presenta, lo que para ella representa "el alma de la empresa".

Reorganización del negocio tras la salida de Rusia

La tarea a desempeñar en una compañía tan consolidada en su sector y con una posición dominante a priori no supone un gran reto, no obstante, el ejercicio ha estado marcado por diferentes adversidades y conflictos que ha tenido que afrontar. Uno de ellos fue la invasión de Ucrania por parte de Rusia y el inicio de un conflicto global con consecuencias económicas para muchas de las empresas españolas que operaban en el país sancionado.

Para Inditex, Rusia era su segundo mayor mercado solo por detrás de España, pero tras la prohibición de la Unión Europea, la compañía tuvo que cerrar 514 tiendas en marzo, 86 de las cuales eran de Zara. Meses más tarde, ya con Marta Ortega en la presidencia, vendería su negocio en el país al grupo de Emiratos Árabes Daher. Si bien la salida de Rusia dejaba un hueco en el negocio internacional, la empresa de la familia Ortega ha sabido cubrir las pérdidas con las provisiones destinadas a reducir el impacto económico.

Del mismo modo, la textil gallega se ha dedicado a impulsar las ventas en otros territorios como Estados Unidos, que actualmente es su segundo mayor mercado, así como el segmento online. En este sentido, la firma ha aumentado sus ventas online hasta alcanzar el 24% del total del grupo, muy cerca del objetivo del 30% que prevén alcanzar en 2024 y en línea con los objetivos que persiguen otras grandes compañías del sector.

Menos tiendas, subida de precios y beneficios históricos

Sin duda es uno de los retos que tiene la presidenta de Inditex en el corto plazo, aunque la apuesta por fortalecer el segmento online viene de los últimos años. Además del impulso de las ventas por este canal, la reducción de tiendas que ha llevado a cabo el grupo de moda refleja bien su estrategia. Y es que, según los datos recogidos en las cuentas anuales de la compañía, desde enero de 2020 hasta la actualidad, ha disminuido sus establecimientos comerciales hasta los 5.815, lo que supone una reducción de 1.654 tiendas en tan solo tres años.

Aunque gran parte fueron durante el año de pandemia, el grupo ha continuado con la misma tendencia en los ejercicios posteriores. Todo ello en un contexto de elevada inflación global que ha incrementado los costes para muchas compañías, pero que la compañía dirigida por Óscar García Maceiras y Marta Ortega ha sabido sortear.

Entre otras cosas, gracias a las subidas de precios acometidas tanto en España (+2%) como a nivel global (+5%).  Del mismo modo, Inditex comenzó el pasado febrero a cobrar 1,95 euros por las devoluciones de las compras online, una medida justificada en pos de la sostenibilidad y que desde la empresa creen que se extenderá por toda la industria en los próximos años.

Pese a la salida de Rusia y al contexto económico, marcado por la inflación y los problemas en la cadena de suministros (especialmente en la primera parte de 2022), la multinacional textil ha logrado cerrar su ejercicio fiscal con resultados históricos. Tanto es así, que el primer año de Marta Ortega como presidenta se ha saldado con beneficios de 4.130 millones y una facturación total de 32.569 millones de euros.

Primer sueldo y pactos con los sindicatos tras la huelga

Además, Ortega ha percibido su primer sueldo por el ejercicio completo al frente de Inditex. La remuneración total ha sido de 834.000 euros, lejos de los 8,37 millones de euros que ha percibido García Maceiras como consejero delegado. Para 2023, la presidenta del grupo mantendrá el mismo salario devengado en 2022, que asciende a un millón de euros brutos anuales, de los cuales 900.000 euros serán en salario fijo y 100.000 por ser miembro del Consejo de Administración.

Por último y no menos importante, Ortega ha lidiado con un conflicto laboral en España que ha terminado de manera positiva. La plantilla de Inidtex comenzó a principios de este año con movilizaciones y huelgas para exigir mejoras salariales. Finalmente, el gigante textil llegó a un acuerdo con los sindicatos para elevar a 18.000 euros el salario mínimo para el personal de tienda de toda la plantilla en el país.  

Además, tras este acuerdo en materia salarial, la empresa de moda ha pactado con las organizaciones sindicales su primer Plan de Igualdad. Entre las medidas que se establecen, los empleados de Inditex podrán pedir excedencias de hasta 5 años para el cuidado de hijos y familiares dependientes y la propia compañía se compromete a pagar el sueldo íntegro a las víctimas de violencia de género que necesiten ausentarse de su puesto.