Apple reduce su beneficio un 6% por la caída de las ventas en los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal. El gigante tecnológico ganó 74.039 millones de dólares entre octubre y julio (unos 67.622 millones de euros), llegando a alcanzar una facturación de 293.787 millones de dólares en los últimos nueve meses, lo que supone un 3% menos a nivel interanual. No obstante, el impulso de los servicios de pago compensó la cuentas en el tercer trimestre, que se saldó con un aumento de las ganancias del 2,26%.
La caída de ganancias y facturación en los últimos meses se debe a las menores ventas de sus productos, que suponen su principal negocio. Por contra, el segmento de los servicios, menos importante en el núcleo de la compañía, ha seguido creciendo y registra el mejor desempeño. De este modo, entre marzo y julio, su tercer trimestre fiscal, Apple tuvo un beneficio de 19.881 millones de dólares, un 2,26% más, mientras que su facturación se redujo un 1,4%, hasta los 81.797 millones.
Se trata del tercer trimestre consecutivo en el que las ventas de la compañía estadounidense registran un descenso. En este periodo, las ventas de los productos, que incluyen su producto insignia, el iPhone, o los ordenadores Mac, cayeron un 4%, hasta los 60.684 millones de dólares. Al mismo tiempo, los ingresos de los servicios subieron un 8%, hasta alcanzar los 21.213 millones, gracias a Apple TV y a la subida de ventas en China.
El CEO de la compañía, Tim Cook, destacó que los ingresos trimestrales de los servicios han supuesto un récord en el último trimestre gracias a los suscriptores de pago, que se cuentan ya en un millón. Asimismo, a pesar de la caída de las ventas de sus principales productos, el ejecutivo ha puesto en valor "la fortaleza continua en los mercados emergentes gracias a las sólidas ventas de iPhone".
Por su parte, Luca Maestri, director financiero de Apple, destacó que la "base de dispositivos en activo que está en su máximo histórico en cada segmento geográfico". La empresa superó las estimaciones de los analistas, pero tuvo una tibia acogida entre los inversores, ya que su cotización bajaba un 1,29% en las operaciones posteriores al cierre de Wall Street. Desde el inicio del año, se ha revalorizado un 47%, hasta 3,03 billones de dólares.