Audi no fabricará una versión eléctrica de su modelo A1, el cual se ensambla en la fábrica del grupo Volkswagen (al que pertenece la marca) en Martorell (Barcelona). Así lo ha afirmado en un encuentro con la prensa la vicepresidenta mundial de ventas de Audi y miembro del consejo de administración de Volkswagen, Hildegaard Wortmann.
Después de la presentación de resultados de Audi, el consejero delegado de la compañía, Markus Duesmann, afirmó que aún no tienen planeado un "sucesor directo" del A1 para la planta de Martorell. El motivo principal es que tienen que ajustar su gama de modelos. En este sentido, Wortmann ha señalado que no evalúan producir un vehículo eléctrico "por debajo del A3 o el Q3" para una "marca 'premium' como Audi".
Preguntada acerca de si en Audi se prevé la posibilidad de lanzar algún modelo eléctrico asequible, como el ID.2all presentado por Volkswagen esta semana, Wortmann ha insistido en que un coche "de masas" como ese es "perfecto" para Volkswagen, pero que no tiene encaje dentro del posicionamiento como marca de "lujo" de Audi. Asimismo, ha señalado que el grupo Volkswagen cuenta con varias marcas más enfocadas al "volumen", como Volkswagem, Skoda, Seat o Cupra, y ha resaltado que esta última no compite con Audi.
La normativa Euro 7 tendrá un "impacto significativo"
Por otro lado, Wortmann también ha hablado de la propuesta actual de la normativa Euro 7, más restrictiva en cuanto a las emisiones de los automóviles en la UE y que ha recibido una fuerte contestación por parte del sector del automóvil europeo. Así, se ha posicionado en la misma línea que las principales organizaciones del sector, como la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), y ha valorado que, de aprobarse en los términos actuales, tendrá un "impacto significativo" para las empresas.
Una situación que se dará por derivar grandes cantidades de recursos para optimizar unos motores de combustión que, en principio, dejarán de poder venderse en la Unión Europea a partir de 2035. Así, ha resaltado que apoyaría la medida si realmente supusiese un gran avance en cuanto a la descarbonización, pero considera que no es así y ha indicado que espera que en la UE se den cuenta del impacto que esta medida puede llegar a tener para las empresas automovilísticas, que incluso han apuntado a la posibilidad del cierre de fábricas, con la consecuente pérdida de empleo.
Además, considera que el encarecimiento de los motores de combustión que supondría adoptar Euro 7 en sus términos actuales sería contraproducente también porque dificultaría que la gente cambiase de coche, lo cual redundaría en un envejecimiento del parque automovilístico europeo.
En ese contexto, también ha hablado de los combustibles sintéticos, en los cuales está realizando inversiones Porsche y que el Gobierno alemán ha pedido que se incluyan en el acuerdo para 2035 en la UE relativo a la venta de coches de combustión y cuya decisión definitiva ha sido pospuesta debido a las reticencias manifestadas también por el Ejecutivo italiano. En opinión de Wortmann, la utilización de los combustibles sintéticos puede ser una solución para facilitar la transición hacia la electrificación, la cual, a su juicio, es la mejor opción en estos momentos y también la apuesta de Audi.
Sobre las subvenciones de Estados Unidos
En cuanto a su opinión sobre la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) estadounidense, dotada con 369.000 millones de dólares para incentivar iniciativas industriales verdes, la directiva ha señalado que "es un paso positivo" para luchar contra el cambio climático, si bien ha instado a la UE a "tomar medidas en Europa" para fomentar la industria de la región.
"Necesitamos que Norteamérica esté fuerte y tener una región asiática fuerte, incluida China, por supuesto. Pero los tres (junto a Europa) deberían estar en equilibrio para ser más resistentes y más robustos, especialmente con turbulencias como las que hemos visto en los últimos años", ha opinado.
En ese contexto, Wortmann también ha indicado que Audi no teme la penetración de las marcas chinas en Europa dado que la firma cuenta con una "historia" y un "desarrollo tecnológico" propios, así como una "tradición" en el segmento 'premium'. Audi registró un beneficio después de impuestos de 7.116 millones de euros en 2022, lo que supone un aumento del 25,96% en comparación con los 5.649 millones de euros que ganó de 2021, según los resultados presentados este jueves por la compañía.
Asimismo, la multinacional obtuvo en 2022 el mejor beneficio operativo de su historia con 7.550 millones de euros, lo cual supone un 37,3% más que los 5.498 millones de euros de 2021, mientras que su margen operativo se situó en el 12,2%, es decir, 1,8 puntos porcentuales más que en el ejercicio precedente.