Se sabe muy poco de las ayudas a hipotecados, las que pusieron en marcha de común acuerdo la banca y el Gobierno español el pasado 1 de enero para aquellas familias vulnerables que no pudieran hacer frente al pago de su hipoteca tras las continuas subidas de tipos de interés y del euríbor. La vicepresidenta Nadia Calviño desveló en junio que el sector había recibido unas 33.000 solicitudes, pero que un 40% de ellas no iban destinadas al Código de Buenas Prácticas para deudores hipotecarios en riesgo de vulnerabilidad (sino al anterior, al de 2012) y que la cifra no era muy precisa.
Un mes más tarde, el director financiero del Banco Santander, José García Cantera, destacó durante la presentación de resultados la misma cifra, “se han recibido unas 33.000 solicitudes a nivel sectorial”, aunque evitaba dar detalles de cuántas de ellas habían sido en su banco cuando fue preguntado. No ha sido la única entidad en dar esquinazo a la pregunta, de hecho, solo 2 de los 9 grandes bancos del país han desgranado sus datos.
CaixaBank ha sido uno de ellos. El banco que dirige Gonzalo Gortázar ha recibido 5.600 solicitudes en el primer semestre, un 17% del total, una cifra que va en línea con su cuota de mercado, ya que es el banco más grande del país y el que más clientes tiene; Bankinter ha sido el segundo y el último, la entidad que lidera María Dolores Dancausa apenas ha recibido 150 en seis meses.
El resto de bancos, que han sido preguntados en ruedas de prensa y también a posteriori, han negado desvelar sus cifras. “El dato no es público”, ha sido la respuesta común de Santander, BBVA, Sabadell, Unicaja, Abanca, Kutxabank e Ibercaja a este medio cuando se les ha insistido. Por lo tanto, la única cifra oficial que se conoce hasta ahora es la de 33.000 solicitudes, un dato que desde luego contrasta bastante con las estimaciones del propio Gobierno español, que preveía que las ayudas llegaran a 1 millón de hogares entre 2023 y 2024.
La excusa: “es preventivo”
“Siempre dijimos que el Código de Buenas Prácticas era preventivo. Cuando se acordó en noviembre no había problema de mora y ahora la economía tiene mejores perspectivas, con lo que es todavía más preventivo. Pero está ahí y se usará. Es bueno tenerlo preparado para las necesidades de los deudores”, esta ha sido la respuesta de Alejandra Kindelán, presidenta de la Asociación Española de Banca, cada vez que ha sido preguntada por el motivo de esta baja acogida y si creía que era necesario modificarlo.
Su respuesta ha ido en la misma línea que la de los banqueros. “A todos nos ha sorprendido que no haya mucha adhesión, pero también es cierto que no hay más morosidad entre los que le ha subido la cuota de la hipoteca. Además, los que se hipotecaron antes de 2011 a tipo variable están aprovechando para amortizar”, comentaba el consejero delegado de Sabadell, César González-Bueno.
“Hay dos cuestiones, una es que la economía va mejor y otra que se está creando empleo. Además, el sector inmobiliario está lejos de la burbuja y los fundamentales son buenos”, indicaba el CEO de CaixaBank, quien entiende que todos estos motivos “incentivan” a los deudores a hacer frente al pago de su hipoteca, por eso no ha subido la morosidad ni se ha solicitado en masa acogerse al Código.
Gonzalo Gortázar aseguraba también que las hipotecas “no han subido 300 euros al mes” como se está comentando, en el caso de CaixaBank, el 65% de las que tienen en cartera son variables y han tenido un encarecimiento “de como mucho 110 euros si el euríbor llega al 4,5%”, algo que no ha ocurrido. “A alguno le subirá más, pero la media no es eso, y al que le suba eso lógicamente queremos darle el Código o la conversión a tipo fijo. Pero no tenemos un problema masivo”, insistía.
Por todos estos motivos, la banca no cree que el Código esté mal redactado ni que haya que modificarlo, pero el Gobierno sí lo cree. La vicepresidenta Calviño lo deslizó en junio tras una reunión con el sector, y antes también lo había propuesto el propio presidente Pedro Sánchez. En concreto, extender el plazo de las hipotecas hasta siete años a familias con rentas iguales o inferiores a 37.800 euros al año para que puedan ahorrar 300 euros al mes o 3.600 euros al año. Aunque estas promesas se hicieron en campaña y todo dependerá de si el Partido Socialista se mantiene al frente del Gobierno y la banca cede.
El Banco de España advirtió que no llegaría ni a la mitad
El Banco de España publicó un informe en abril donde revelaba que el número de hogares hipotecados que podrían acogerse al Código de Buenas Prácticas (en las condiciones que se firmaron) si los tipos llegaban al 4% (ya están al 4,25%) sería unos 550.000, una cifra "significativa", apuntaba el supervisor, pero desde luego muy lejana a la que preveía el propio ministerio de Economía. En concreto, un 45% menor porque Calviño adelantó en diciembre que estaba pensado para ayudar a 1 millón de familias.
Otra vicepresidenta, Yolanda Díaz, ha sido mucho más clara que Calviño. "El Código de Buenas Prácticas no está funcionando", manifestaba recientemente, "hablo con datos y es una evidencia". La líder de Sumar asegura que las familias lo están pasando mal porque pagan entre 300 y 400 euros más desde que subieron los tipos (aunque CaixaBank lo niega) y si las ayudas no está funcionado es por cómo están planteadas, por sus exigentes requisitos.
Díaz, que ve "riesgos" para las propias entidades financieras en el medio plazo, cree que será más factible dar ayudas directas, en concreto, propone un cheque de 1.000 euros para los hipotecados vulnerables que demuestren que les ha subido la cuota; pero no solo desde el Ejecutivo ven que algo está fallando, también las asociaciones de usuarios, de hecho, Asufin ha denunciado en varias ocasiones las trabajas que se le ponen a los clientes que quieren acogerse al Código.
La primera voz de alarma la dieron aquellos que aseguraban que la banca les quería cobrar por cambiar su hipoteca de variable a fija, cuando esto debe de ser gratis, según lo pactado. Pero Asufin también pone de relieve que las familias con hipoteca avaladas no terminan beneficiándose de las medidas de alivio y ha pedido a la banca que abra la mano y sea más tolerante.
Dado el contexto, la vicepresidenta Calviño ha insistido a la banca y al supervisor la posibilidad de introducir mejoras en el Código para que llegue a más familias. Sin embargo, tanto el Banco de España como el sector financiero han considerado "prematuro" dar cualquier paso y se han emplazado a septiembre para estudiar posibles recalibraciones.