A los comercios ya no les "molesta" que sus clientes paguen con tarjeta. Para muestra, un botón. Hace unos años era impensable pagar un café o una barra de pan con algo que no fuera dinero en metálico y ahora nos hemos acostumbrado a hacerlo con la tarjeta o incluso con el móvil. Los pagos en TPV (los conocidos como datáfonos) han crecido de manera sostenida en los últimos 20 años, pero a mayor velocidad desde hace tres. Por eso, la banca y en general las empresas que se dedican a alquilar a los comercios estos terminales han reducido de manera considerable las comisiones que cobran por cada venta. En las últimas dos décadas, se han reducido en un 75%.
Según datos aportados por el Banco de España, las tasas medias de descuento, es decir, lo que abona un comercio a las entidades que prestan los TPV, por cada compra, han bajado desde el 1,59% en 2002 (primer año del que hay registros) hasta el 0,39% actual. Es decir, que si hace veinte años un cliente pagaba con tarjeta en un supermercado, por ejemplo, una compra de 50 euros, el banco cobraba al establecimiento 0,79 euros, pero ahora por esa misma compra solo le resta 0,19 euros.
Esta comisión media del 0,39% varía según el negocio. Con datos a cierre de septiembre, los hoteles eran quienes abonaban la tasa más alta (un 0,71%) y las grandes cadenas de supermercados especializadas en alimentación, la más baja (un 0,23%). En cualquier caso, el Banco de España destaca que este 2022 es el año donde la tasa máxima – la del 0,71%- en realidad es la más baja desde 2002, lo que muestra que se ha producido un cambio de tendencia por parte de los consumidores, que al hacer crecer los pagos con tarjeta han hecho que estas tasas bajen.
Los pagos con TPV (terminales de punto de venta o datáfonos) se han multiplicado por seis desde entonces. En 2002 se hicieron en España cerca de un millón de operaciones con TPV y en el conjunto del año pasado 6,1 millones, un 500% más. Siendo 2021 el año que más crecieron respecto al anterior, un 30%. La tendencia continúa, ya que entre enero y septiembre de este año también han crecido otro 23%.
Al igual que el importe que se movió con estas operaciones en TPV, que alcanzó un máximo histórico de más de 195.000 millones de euros el año pasado y este ejercicio va camino de superarse con unos 170.000 millones hasta septiembre. La pandemia ha tenido mucho que ver en estos datos; Durante 2020 las autoridades sanitarias recomendaron el pago con tarjeta antes que el efectivo para evitar el contagio del coronavirus.
La retirada de efectivo en cajeros (que sigue siendo a día de hoy la fuente de acceso principal al dinero) experimentó una bajada del 18%, mientras que se incrementaron las operaciones en TPV virtual debido al auge del comercio online durante el confinamiento. En los comercios físicos ocurrió algo similar, las propias entidades impulsaron el uso de la tarjeta subiendo de 20 a 50 euros el límite de pago 'contactless', dejando de pedir el número pin cuando la compra era menor de 50 euros.
Pero esta tendencia había empezado mucho antes. En 2019, por ejemplo, la cadena de supermercados DIA anunció que ya no habría una “cantidad mínima” para poder pagar con tarjeta en sus establecimientos, siendo esta cadena la última en subirse al carro, pues Mercadona, Lidl, Aldi, Carrefour y otras empresas ya lo habían eliminado antes.
Aunque en España, a día de hoy es legal exigir un pago mínimo con tarjeta, los estancos, las cafeterías o los taxistas han ido poco a poco adaptándose a los nuevos hábitos y eliminando este requisito. De la misma forma, los ciudadanos se han ido acomodando a pagar cada vez más con dinero de plástico, por lo que la banca ha encontrado también un nuevo nicho de negocio.
La banca y el negocio de pagos
Pese a que las comisiones que cobran los bancos a los comercios por usar los TPV han bajado, el número de operaciones con tarjeta es tan alto cada día que hace que el negocio de pagos siga siendo muy rentable, como las propias entidades han ido confirmando en los últimos meses. Sabadell, por ejemplo, informó en septiembre que había cerrado un trimestre récord en facturación de TPV y tarjetas, también conocido como negocio de adquirencia. El catalán ingresó hasta el tercer trimestre 16.160 millones, un 17% más que el año anterior.
Santander incluso anunció en el inicio de la pandemia que quiere crear un gigante de pagos a nivel mundial a través de PagoNxt, donde agrupa no solo el negocio de pagos de consumidores y comercios, también el de los pagos internacionales entre empresas. Para ello, la entidad que preside Ana Botín ha adquirido en los últimos años varias plataformas, como Getnet, que es el negocio de adquirencia para negocios.
Según datos de la CNMC, los principales jugadores en España dentro del negocio de pagos son Comercia (de Caixabank), Banc Sabadell, BBVA y Banco Santander. Aunque a estos operadores tradicionales hay que sumar la entrada de rivales tecnológicos como Stripe, Adyen o Wordline.