Las patronales del sector financiero no esperarán a 2024 para negociar el nuevo convenio colectivo de banca, excajas de ahorro y cajas rurales. AEB, CECA, Unacc y Asemecc entienden que la inflación acumulada desde 2020-2021 (cuando se firmaron los últimos convenios) y la subida de tipos de interés hasta el 4,5%, han provocado una importante pérdida de poder adquisitivo a los 150.000 empleados que concentran estas entidades y, por tanto, han accedido a las peticiones de los sindicatos, quienes pidieron negociar anticipadamente un nuevo convenio. A poder ser, este mismo mes de septiembre, tres meses antes de que venza el actual.
Como las negociaciones se pueden alargar (las últimas duraron un año y medio) los sindicatos mayoritarios -CC. OO., UGT y FINE- tienen una misión, conseguir al menos un pago lineal a cuenta. Es decir, que desde el 1 de enero los trabajadores del sector financiero estén cobrando más (como si fuera un anticipo del convenio) hasta que decidan de cuánto será la subida. Los bancos, por tanto, ya están haciendo cuentas de cara a estas negociaciones e incluso algunos, como Abanca, se han adelantado y han subido el salario a su plantilla.
El fuerte repunte de los precios (hay que recordar que el IPC llegó a estar el año pasado por encima del 10%) hizo que la banca y los sindicatos ya negociaran a finales de 2022 y principios de 2023 una subida salarial para este año de entre el 4,25% y el 4,5%. Pero las partes se comprometieron a volver a negociar una subida salarial más adelante y a principio de verano, los representantes de los trabajadores dieron un ultimátum a las entidades, “queremos negociar en un máximo de dos meses”. La advertencia ha funcionado, pues se espera una primera cita entre la última semana de septiembre y la primera de octubre.
Un convenio rápido y de 3 años máximo
Los sindicatos de banca tienen claro que los nuevos convenios ya no pueden ser tan largos y deben durar como máximo tres años (2024-2026) porque la pandemia y la guerra han dejado claro que el contexto económico es muy cambiante. Además, quieren que las negociaciones sean rápidas y no se dilaten tanto como en el pasado.
“La respuesta de las patronales ha sido positiva, entienden que se debe iniciar ya el proceso negociador. Pero pedimos que no se dilate en el tiempo la negociación y que sea un convenio rápido que aborde principalmente la mejora salarial y la salud laboral”, comenta Javier de Dios, responsable del sector financiero en Comisiones Obreras. “A día de hoy no tenemos fijado un calendario de negociaciones, pero esperamos empezar a negociar como tarde en octubre. La pelota está en su tejado”.
“Estoy convencida de que a finales de septiembre podemos estar ya sentados. La situación es grave por la pérdida de poder adquisitivo y no podemos permitirnos el lujo de tardar tantísimo en dar una respuesta a la plantilla. Hay que marcar un calendario ambicioso, de poco tiempo. Las negociaciones no se pueden dilatar un año ni queremos convenios tan largos, agrega la presidenta de FINE, Elena Díaz.
La primera reivindicación, explica, es que en enero de 2024 “ya haya una subida salarial a cuenta”. Pero otro punto “de máxima urgencia” es el tema de los préstamos a empleados. “Con el euríbor como está, no podemos permitir que las entidades se beneficien de su propia plantilla”. Los cálculos de pérdida de poder adquisitivo varía por entidades, segmentos y funciones. Porque el plus que se negoció a principio de año no ha sido igual para todos, en algunos bancos se ha absorbido, mientras que otros han hecho mejoras adicionales, recuerda. “Pretendemos que la subida se aborde con homogeneidad y todos los trabajadores se vean beneficiados”.
"Nos enfrentamos a un problema de endeudamiento"
Pese a que el euríbor ha pasado del 0% al 4,1% en solo un año, solo ha habido dos bancos que han negociado mejoras en los préstamos hipotecarios de sus empleados, Abanca y BBVA, revela el responsable del sindicato financiero en UGT, Victoriano Miravete. “Hay muchos préstamos a tipo variable entre los trabajadores y nos enfrentamos a un problema de endeudamiento”.
Por eso cree que es “clave” tratar este asunto al igual que el del “incremento salarial” en la negociación del próximo convenio. “La banca está obteniendo beneficios históricos como se puede ver con las recompras de acciones. BBVA está esperando la aprobación de una de 1.000 millones y CaixaBank de 500 millones. Esta vez no hay excusa”.
En este sentido, Begoña Peiró, la presidenta de SECB (el sindicato mayoritario de CaixaBank) insiste en la necesidad de regular los préstamos hipotecarios de los empleados. “Se están aplicando mejoras para los clientes y no para los empleados. Y CaixaBank, el banco más grande, con más empleados del país (44.600 trabajadores) y el 70% de representación en CECA, tiene que actuar”.
Abanca se adelanta al convenido
Dada la pérdida de poder adquisitivo, algunas entidades ya han hecho mejoras salariales para sus empleados al margen del convenio. Es el caso de Abanca, que después de enfrentarse a concentraciones (todos los viernes) por parte de su plantilla frente a la sede del banco en Galicia, abonó una paga extra en julio (Bankinter también lo hizo antes) y además pactó un incremento salarial adicional del 1,5% que llegará al 3% a partir de enero. Dependiendo del nuevo convenio, incluso puede ser mayor, revela el de UGT.
Santander también ha realizado subidas este verano, aunque no de la forma que le gustaría a los sindicatos. “Han premiado la carrera laboral de algunos trabajadores con complementos voluntarios. Es una decisión unilateral de la empresa hacia sus trabajadores que no se negocia y que no compartimos porque son absorbibles”, señala el de CC. OO. Y es que si finalmente hay una subida salarial a nivel sector, estos no pueden beneficiarse de la misma forma. “Es algo que también queremos abordar en la negociación”.
No hay realidades homogéneas, aseguran los sindicatos. Los trabajadores de las excajas de ahorro (como CaixaBank o Unicaja) y de las cajas rurales (Globalcaja, Cajalmendralejo…) si han percibido incrementos reales este año, lo pactado en diciembre y enero. Pero los de banca (Santander, BBVA, Sabadell… ) no todos. De manera que esta será otra de las prioridades, que el incremento “sea real”, concluyen.