La única opción que tiene el Gobierno para maniobrar ante la opa hostil del BBVA sobre el Sabadell es la de interferir en la operación antes de que se cierre la operación y a través de la Comisión de los Mercados y la Competencia (CNMC). Esta es, a la vez, la consideración que ha lanzado el banco británico Barclays a sus clientes, en una carta en la que analiza la oferta del banco vasco que propone una acción del BBVA por 4,83 acciones del Sabadell, precio que si bien suponía una prima del 30% cuando se anunció, la evolución de ambos en bolsa redujo el atractivo para los accionistas del Sabadell. El BBVA hará una ampliación de capital para el intercambio de acciones.
El informe publicado por Barclays y diversas fuentes consultadas por Europa Press coinciden en qué la aprobación del Gobierno "sería necesaria antes del cierre de la fusión por absorción, pero no es una condición para la opa. Por tanto, sería lógico que, si hay preocupaciones por parte de las autoridades por la competencia, se bloqueara el acuerdo antes de la opa usando la vía de competencia", indica el banco.
Esta posición viene a propósito de que varios miembros del Gobierno, entre ellos el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, se pronunciasen la semana pasada en contra de la opa hostil que BBVA lanzó sobre Sabadell nada más conocerse la noticia. Cuerpo afirmó que el Ejecutivo "tiene la última palabra" para autorizar la operación. Por su parte, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, trasladó la intención de aplicar la Ley de Supervisión de Entidades de Crédito para frenar la opa. Dicha ley, aprobada en 2014, incorpora una disposición adicional, la decimosegunda, en la que se incluye la necesidad de contar con la autorización del Ministerio de Economía en caso de "fusión, escisión global o parcial de activos y pasivos en los que intervenga un banco", esto es, el segundo paso de la operación planteada por BBVA, que sería la fusión, y no la opa.
Así, más allá de Barclays, otras fuentes financieras han señalado a Europa Press que BBVA necesita la autorización del Gobierno solo para la fusión, pero no para la opa, si bien señalan que este tipo de operaciones de forma hostil generan "mucha incertidumbre" y "no son recomendables" precisamente por estos 'choques'. Asimismo, también consideran que, a pesar de lo manifestado por el Gobierno, tendría "complicado" paralizar la fusión en caso de que el BCE, la CNMV y la CNMC den su visto bueno. Motivo por el cual la intervención podría ser a través del regulador de la competencia. La Comisión de la Competencia ha actuado en otros casos del sector financiero en España, como las fusiones de CaixaBank y Bankia, y la de Unicaja y Liberbank.
La autorización del BCE
De momento, la operación del BBVA contaría con el 'plácet' preliminar del BCE, según lo manifestado por el propio BBVA, aunque todavía necesita pedir formalmente la autorización, aunque fuentes financieras ya explicaron a Europa Press la semana pasada que el BCE lo juzga desde un punto de vista de prudencia y de solvencia. Las cuestiones de competencia y otras consideraciones recaen bajo el análisis de otros organismos y, en esos análisis, el BCE "ni entra ni juzga".
En cuanto a la CNMC, fuentes de Sumar indicaron a Europa Press que Competencia "debe y tiene" que actuar en la opa, ya que es la competente para poner límites a esta operación como supervisor en España. "No podemos dejar al albur de los mercados financieros y de los inversores extranjeros nuestros intereses estratégicos", afirmaban las mismas fuentes de Sumar, que alertan, a su vez, que, de materializarse la operación, España tendría una de las concentraciones bancarias más elevadas de la UE.
Cabe recordar que el Gobierno ha esgrimido la cuestión de la competencia en otros asuntos que atañen a la banca: por ejemplo, tanto para evitar que las grandes entidades trasladasen el pago del impuesto extraordinario a los clientes, como por ejemplo, en el análisis de las causas que justifican el retraso en la remuneración por los depósitos.