El BBVA habla ya del ajuste de personal que pondrá en marcha si funciona la opa y absorbe al Sabadell. "Es pronto para hablar de cifras, pero puede haber algunas salidas", comentaba este jueves el presidente de la entidad en la rueda de prensa convocada tras lanzar una opa hostil sobre el banco catalán. Carlos Torres insistía en que tienen "mucha experiencia" en estos procesos, ya que han realizado varios ERE, el último en 2021 y afectó a casi 3.000 personas.

Precisamente ha hablado de este último ERE para indicar que estos programas de salidas, que siempre se negocian con los sindicatos, "suelen tener mucha aceptación en la plantilla". En este de 2021, recordaba, "hubo una demanda amplia" para acogerse. "Es verdad que puede haber salidas, pero siempre con diálogo y sin medidas traumáticas", agregaba.

Torres aseguraba que la operación tendrá un "valor" para los trabajadores "muy claro", ya que estarán preparados para el reto que tiene Europa, que tiene que ver con la conformación de bloques grandes. "Tenemos que pensar más en clave europea y menos en clave regional. Que el banco tenga escala es necesario para competir con éxito", defendía. 

El consejero delegado, Onur Genc, no ha aclarado cuántos de los costes de reestructuración previstos (se han anunciado casi 1.500 millones de euros) irán destinados a recortes de personal y cierres de oficinas. Tan solo ha matizado que el BBVA tiene ya una experiencia "clara" en estos procesos de salidas.

Precisamente, CCOO y UGT han pedido este jueves al BBVA y el Sabadell que se respete el empleo, que no haya despidos y que las salidas sean voluntarias si el banco de origen vasco termina comprando al catalán y pone en marcha el plan de reestructuración anunciado. Los sindicatos que hay en los dos bancos llevan trabajando de manera conjunta desde que la semana pasada el banco que preside Carlos Torres planteara al de Josep Oliu una fusión.

No era la primera vez que esta operación estaba encima de la mesa, ya que se intentó negociar en 2020, y también en ese momento los representantes de los trabajadores se aliaron para proteger los puestos de trabajo por si la fusión salía adelante. Actualmente, hay mucha incertidumbre, señalan, al no tratarse de una operación amistosa, los empleados esperan atentos cada movimiento del banco comprador, BBVA.

"La opa hostil del BBVA sobre el Sabadell genera aún mayores incertidumbres que el escenario de fusión", señala CCOO, que expresa su "profunda preocupación" y requiere a supervisores y reguladores que pasen de las palabras a los hechos con medidas “anti-trust” ante una posible nueva oleada de concentración del sector. Desde CCOO, además, exigen "plenas garantías laborales y de empleo" para la plantilla de ambos bancos.

Para Comisiones Obreras, esta opa hostil puede ser la punta de lanza y abrir un nuevo ciclo de concentraciones en el sector financiero español. "Puede ser la primera de una nueva etapa de concentraciones impulsada por la exuberancia de los beneficios", advierte. El sindicato recuerda que el proceso de reestructuración del sector tras la crisis de 2008, con un ajuste del 44% del empleo y el 61% de las oficinas, no solo ha tenido implicaciones en términos oligopolísticos y de servicio, "sino graves consecuencias en las condiciones laborales de las plantillas, con un insostenible empeoramiento del clima laboral, con mucha mayor presión comercial y carga de trabajo".

Por ello, CCOO pide medidas a los reguladores y supervisores del sector financiero, orientadas a garantizar que este tipo de operaciones "no agudicen aún más los problemas derivados de la concentración, exclusión y falta de competencia", con regulaciones que garanticen la inclusión financiera, el crédito a la economía y una mejor remuneración del ahorro.

También solicitan un acuerdo laboral que proteja las condiciones y el empleo de las dos plantillas, con garantías de empleo. Además de mecanismos de relevo generacional con salidas voluntarias, preservación de las condiciones salariales y un proyecto de empresa con viabilidad futura.

Asimismo, desde UGT aseguran que pelearán por preservar los puestos de trabajo y "no permitirán que las plantillas sean el coste de esta operación". De manera que "no aceptarán medidas forzosas". Ambas entidades acaban de presentar unos beneficios récords en 2023 y el primer trimestre del 2024, y por ello entienden que "no hay excusas".