Los analistas coinciden en que la filial turca de BBVA, Garanti Bank -la gran apuesta del consejero delegado, Onur Genç, y de la que controla más del 85%- se verá doblemente impactada en los resultados del tercer trimestre que el banco presenta el próximo 31 de octubre. Por una parte, recogerá los efectos de la inflación, que en el país roza el 60% y ya ha afectado a sus cuentas en trimestres anteriores. Pero ahora también hará frente a una nueva tasa fiscal del 30% que además tiene efecto retroactivo desde principio de año.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, modificó el pasado mes de julio el impuesto sobre la renta (ISR) de las empresas del sector financiero, como bancos o aseguradoras, incrementándolo del 25% al 30%. La nueva tasa se paga este 2023 y en concreto, este mes octubre. Por este motivo, los analistas de Renta 4 indican que los dos impactos “podrían llevar a la división turca de BBVA a registrar pérdidas en el trimestre”.
Una opinión que comparten los de Bank of America, que en su informe previo a los resultados del banco apuntan a que Turquía presentará unas pérdidas de 53 millones de euros en el tercer trimestre frente a los más de 500 millones de euros de beneficio del primer semestre. "Si bien Turquía ha tenido un desempeño mejor de lo que se temía de enero a junio, su volatilidad seguirá afectando al banco", sobre todo a su valoración en bolsa, añaden los de BofA.
Y es que, aunque BBVA gana dinero en Turquía, el resultado de los últimos meses ha sido más bajo del que le corresponde porque recoge el impacto de la contabilidad por hiperinflación que el banco aplica en el país otomano desde el año pasado. El propio BBVA ya advirtió en el informe financiero presentado a cierre del primer semestre que la situación en Turquía “es inestable” y que sus resultados pueden seguir viéndose “afectados”.
Además de la contabilidad por hiperinflación y la nueva tasa fiscal del 30%, el banco que preside Carlos Torres recuerda que en Turquía conviven con una fuerte depreciación de la lira, un significativo déficit comercial, el agotamiento de las reservas de divisas del banco central y un elevado coste de la financiación externa. A lo que se ha sumado este año el terremoto del pasado mes de febrero, que afectó a un centenar de sus sucursales.
“La persistencia de estas condiciones económicas desfavorables en Turquía podrían resultar en un potencial deterioro en el poder adquisitivo y la solvencia de nuestros clientes (tanto particulares como empresas)”, revela el banco en su informe. Asimismo, la entidad recuerda que los tipos de interés bajos establecidos por el banco central turco en medio de una inflación elevada, las políticas que afectan al sector bancario y la depreciación de la moneda “han afectado y pueden seguir afectando a los resultados del grupo”.
Por todos estos motivos, BBVA reconoce que “no es posible garantizar que estos u otros factores no tendrán un impacto en Turquía y que no causarán un mayor deterioro de la economía turca, lo que podría tener un efecto material adverso en el sector bancario turco, en la situación financiera y en sus resultados”.
Pese a ello, el consejero delegado de BBVA comentaba hace solo unos días en un encuentro financiero que el banco “está tomando muy buenas decisiones” en su filial Turca y la capitalización bursátil de Garanti es reflejo de ello, pues “se ha más que duplicado en los últimos dos años, incluso considerando la depreciación de la lira turca”, apuntaba Onur Genç, que sigue confiando en el potencial de Turquía como país, por su demografía y por ser un centro manufacturero para Europa.
España y México, motor de los resultados de BBVA
Turquía suele ser el segundo o tercer mercado que más beneficios aporta a los resultados de BBVA, algo que no ocurrirá este tercer trimestre, según las previsiones de los analistas, quienes destacan, sin embargo, que España y México serán esta vez el motor de crecimiento del grupo y que sus beneficios de julio a septiembre alcanzarán los 2.000 millones, superando en un 10% los del mismo periodo del año pasado. En el acumulado del año, por tanto, rozarán los 6.000 millones de euros.