El grupo agroalimentario Borges quiere poner freno a las quejas de los campesinos de Lleida que cultivan pistachos y que han decidido vender la cosecha de este año a Aragón, en lugar de comercializarla a través de la marca Borges. Se trata de un colectivo de 70 campesinos que tienen hasta 500 hectáreas de pistacheros en los municipios de Tàrrega, Verdú, les Borges Blanques, Juneda y otras localidades del Segrià, que riegan del canal Segarra-Garrigues. La compañía de la familia Pont sostiene que "el objetivo de Borges es apostar por el territorio y, como no podía ser de otra manera, se han vertido en el proyecto de producción de pistachos todos los recursos a fin de que ambas partes [campesinos y empresa] pudieran alcanzar un resultado satisfactorio, ya que no es el objetivo de Borges tener agricultores descontentos". No obstante, y sin dar cifras, admite que hay "asociados" que "han querido abandonar el proyecto, cancelando sus compromisos con Borges" y que la compañía ha puesto "todas las facilidades" para darles "la posibilidad de rescindir el contrato sin ningún tipo de penalización".
Contrariamente a lo que denuncian los campesinos, "Borges sostiene sigue apostando firmemente por el proyecto de cultivo y producción de pistachos en Lleida, con el ánimo de poder llegar a las 1.000 hectáreas en los próximos años y así lo ha manifestado en más de una ocasión", evidencia la compañía en declaraciones en ON ECONOMIA. En este sentido, concreta que este año, una veintena del total de asociados han aportado la producción de su última cosecha a la marca, pero no porque el resto la hayan vendido a terceros, sino porque "hay cultivos que todavía se encuentran en los primeros años de plantación, donde todavía no hay producción."
El precio "pactado"
Sobre el precio que se ha pagado por esta cosecha, la compañía considera que "la liquidación practicada cumple con el establecido en el contrato que ha pactado entre las partes [campesinos y empresa], que tiene en cuenta aspectos concretos del Proyecto Pistacho, y que se ha llevado a cabo como en años anteriores". Por estas circunstancias, "el procesado primario y secundario se ha llevado a cabo en instalaciones de terceros, homologados en términos de calidad por Borges, ya que el pistacho se tiene que procesar una vez recolectado en un máximo de 24-48 h y la diversidad de ubicaciones de los asociados hace que actualmente la fórmula escogida se considere la más adecuada; los costes trasladados a los agricultores son los que aplica el centro de procesado homologado", se concreta.
El llamado Proyecto Pistacho es una iniciativa que el grupo Borges impulsó en 2015 para contribuir a activar la economía de la zona de regadío del Canal Segarra-Garrigues a través de plantaciones de pistacheros, con interés también por otros regadíos de Lleida y la Franja. Según decía su compromiso, Borges facilitaba toda la información y asesoramiento continuado necesarios para que los productores interesados pudieran cultivar con éxito una plantación de pistachos, en el marco de un acuerdo de cooperación vertical, garantizando su comercialización maximizando su valor. A su vez, los agricultores transformaban sus cultivos tradicionales en la zona de Lleida por cultivos de más rendimiento por hectárea.
Borges también se comprometía a transferir la experiencia adquirida en el cultivo de pistachos durante más de 25 años a sus fincas de Badajoz y Granada, unas 80 hectáreas, más 18 hectáreas en los terrenos de Mas Colom, en Tàrrega. No obstante, en abril de 2024, Borges Agricultural & Industrial Nuts, la unidad de negocio de frutos secos del grupo Borges International, decidió vender su actividad agrícola en Extremadura y Granada, y Portugal centrada en la producción, principalmente, de almendras, nueces y pistachos.
Este año, la polémica se ha destapado después de que los campesinos denunciaran que Borges incumple lo que se estableció en los contratos de compra y que está pagando el kilogramo de pistacho por debajo del coste de producción, por lo cual, los 70 agricultores han decidido vender su cosecha en Aragón. En alguno de los casos, la cosecha se ha llevado a un centro de procesado que se encuentra en el municipio de Laluenga, en la comarca del Somontano de Barbastro, provincia oscense. La procesadora Pistachos del Norte se puso en funcionamiento en septiembre de 2023. Su impulsor, el ingeniero agrónomo José Ignacio Duerto, reconoce que le ha llegado la cosecha de pistacho de algunos campesinos de Lleida, porque sus fincas están a una relativa distancia y son un complemento en la producción que el centro ya tiene proveniente de agricultores de la zona de Barbastro y alrededores. Pistachos del Norte compra los pistachos para venderlos a terceros -sea para el mercado español o para la exportación a Italia y Alemania- y, una pequeña parte, la comercializa con su misma marca a través de la venta online.
Pistacho, sólo un 0,1%
Por su parte, durante el pasado ejercicio 23-24, Borges comercializó cerca de 30.000 toneladas de frutos secos, según datos facilitados por la empresa. "El volumen aportado en el marco del Proyecto Pistacho, supuso aproximadamente un 0,1% sobre este total", concretan. Con respecto al resto de aprovisionamiento del grupo, Borges dice que "desde todas las divisiones nos centramos en poder obtener materias primas de la más alta calidad, con el objetivo de ofrecer a consumidores de todo el mundo los mejores productos, y poder abastecer correctamente la demanda que tenemos en cada momento, haciéndolo en el marco de una cadena de aprovisionamiento responsable y teniendo en cuenta, sobre todo, criterios de calidad. Tenemos una estrecha relación de colaboración con el sector primario, primero y principal peldaño de nuestra cadena de valor, que posicionamos como punto de partida de cualquier iniciativa de impacto, que planteamos como empresa".
En su web corporativa, Borges especifica que comercializa pistachos de la variedad Kerman, provenientes de los Estados Unidos, el principal productor mundial. También hay producciones destacadas en Irán, Turquía, Uzbekistán o Azerbaiyán.